Por qu¨¦ cada vez hay m¨¢s miopes
Los expertos vaticinan que al final de la d¨¦cada un tercio de la poblaci¨®n mundial usar¨¢ gafas. Y no es solo por gen¨¦tica. Usted puede evitarlo
?Mira a su alrededor y ve gente con gafas por todas partes? No es por moda: el n¨²mero de miopes se ha incrementado en los ¨²ltimos a?os de forma notable y, para algunos, alarmante. Para pa¨ªses de Asia Oriental, la revista Nature ya habla de ¡°epidemia¡±: en China, donde hace sesenta a?os el porcentaje de gente que padec¨ªa este problema se limitaba al 20%, hoy alcanza el 90% entre adolescentes y j¨®venes adultos. En Se¨²l (Corea del Sur), la cuota llega el 96,5% de los j¨®venes, seg¨²n la Universidad Cat¨®lica de Corea en Suwon.
En el resto del mundo el crecimiento no es menos llamativo. A principios de la d¨¦cada de 1970, la miop¨ªa afectaba en Estados Unidos a un 25% de la poblaci¨®n; entre 1999 y 2004 aquejaba ya al 41,6%, revel¨® el Instituto Nacional de Salud de Bethesda, en Maryland (EE. UU.). El Libro Blanco de la Visi¨®n, publicado en 2013 por la Federaci¨®n Espa?ola de Asociaciones del Sector ?ptico Espa?a, sostiene que en la actualidad 25 millones de espa?oles utilizan gafas o lentes de contacto.
Algunas instituciones, como el Instituto para la Visi¨®n Brien Holden, en Sidney (Australia), vaticinan que al t¨¦rmino de esta d¨¦cada un tercio de la poblaci¨®n mundial podr¨ªa ser corta de vista. Las cifras son elocuentes: indican que algo condena a las nuevas generaciones a usar cristales correctores. ?De qu¨¦ se trata?
¡°La miop¨ªa se produce cuando el globo ocular es m¨¢s largo de lo normal. En ese caso, la imagen no se forma en la retina, sino antes, y lo que llega a la retina es una imagen borrosa¡±, explica el profesor Jos¨¦ Manuel Ben¨ªtez del Castillo S¨¢nchez, secretario general de la Sociedad Espa?ola de Oftalmolog¨ªa. Hasta ahora se apuntaba a la gen¨¦tica como principal causa de este defecto; sin embargo, estudios recientes a?aden un factor ambiental: el tiempo de exposici¨®n a la luz natural en edad de crecimiento. ¡°En los ni?os que est¨¢n en penumbra disminuye la producci¨®n de dopamina, un neurotransmisor que producen, entre otras, las c¨¦lulas de la retina. Eso ocasiona una debilidad escleral [el esqueleto del ojo], provocando que este ¨®rgano crezca m¨¢s de lo normal y se vuelva miope¡±, a?ade el oftalm¨®logo.
?H¨¢gase la luz!
All¨ª donde hay ni?os encerrados en casa estudiando o pegados al ordenador hay un buen caldo de cultivo para la miop¨ªa. No tanto por el hecho de fijar la atenci¨®n en la pantalla, sino por el entorno, presumiblemente con poca luz, donde solemos consultarla. Expertos de la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus (EE. UU.), concluyeron: "Los ni?os que pasan menos tiempo al aire libre tienen mayor riesgo de padecer miop¨ªa¡±. Y certificaban que el ascenso de esta anomal¨ªa entre los j¨®venes asi¨¢ticos ¡°est¨¢ relacionado, posiblemente, con el estudio intensivo y la atenci¨®n de cerca¡±.
La Academia Americana de Oftalmolog¨ªa reforz¨® esa teor¨ªa desde otro punto de vista, se?alando que los escolares de clase baja de China tienen mejor visi¨®n que los de clase media. Tiene sentido, si aceptamos que la mayor¨ªa de los j¨®venes menos favorecidos de aquel pa¨ªs viven en entornos rurales y pasan m¨¢s tiempo al aire libre que sus colegas m¨¢s acomodados. ¡°Los estudiantes de ¨¢reas de ingresos m¨¢s bajos utilizan la pizarra para aprender y tienen m¨¢s dificultad para adquirir libros¡±, aclaraba el informe.
?Tiene esto soluci¨®n?
En estos tiempos en que prima el ocio tecnol¨®gico, los ni?os pasan poco tiempo en la calle. Y la clave reside en empaparse de luz. Investigadores de tres universidades australianas recomendaron en 2013 que los infantes pasen al menos tres horas al d¨ªa bajo una luminancia de 10.000 lux, lo que equivale a estar en la calle, a la sombra, en un d¨ªa claro (en el otro extremo, un aula bien iluminada no tiene m¨¢s de 500 lux). Pasar m¨¢s tiempo al aire libre parece, pues, el remedio m¨¢s efectivo para prevenir las complicaciones visuales de la vida moderna: es bueno para nuestros ojos y, por qu¨¦ no decirlo, para un mont¨®n de cosas m¨¢s.
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