El ¡®Hubble¡¯, una ventana al cielo abierta hace 25 a?os

El telescopio espacial Hubble, una leyenda viva para los astr¨®nomos, pero tambi¨¦n para millones de personas de todo el mundo que se han asomado a trav¨¦s de sus im¨¢genes a la belleza del cielo como nunca antes, cumple ahora 25 a?os, desde que fue lanzado al espacio el 24 de abril de 1990. ¡°Dicen en Estados Unidos que el Hubble es el telescopio de la gente que usamos los astrof¨ªsicos¡±, resume la astr¨®noma Eva Villaver, que ha trabajado ocho a?os en el instituto cient¨ªfico del observatorio en Baltimore (EE?UU) y que ahora es profesora de la Universidad Aut¨®noma de Madrid (UAM). ¡°Las colisiones del cometa Shoemaker-Levy 9 en J¨²piter, asombrosas nebulosas, sistemas protoplanetarios, galaxias en colisi¨®n, fotograf¨ªas del universo profundo en que aparecen las galaxias m¨¢s lejanas y primitivas... forman parte de las im¨¢genes que han acercado de modo espectacular la astronom¨ªa al gran p¨²blico y que ya forman parte del acervo cultural de las dos ¨²ltimas generaciones¡±, apunta Asunci¨®n S¨¢nchez, directora del Planetario de Madrid.

Dise?ado para funcionar en ¨®rbita 15 ¨® 20 a?os, el Hubble sigue en plena forma acumulando descubrimientos. En un cuarto de siglo se han hecho con ¨¦l ¡°m¨¢s de 1,2 millones de observaciones cient¨ªficas y los astr¨®nomos han publicado m¨¢s de 12.800 art¨ªculos, haciendo de este telescopio uno de los instrumentos cient¨ªficos m¨¢s productivos jam¨¢s construidos¡±, se?ala la NASA. Su coste hasta el lanzamiento fue 2.330 millones de euros y alcanz¨®, en 2010, los 9.300 millones, sumando la operaci¨®n y las mejoras.

La del Hubble es una historia de ¨¦xitos plagada de dificultades y retos, desde su mismo lanzamiento, en 1990, con retraso debido al accidente del Challenger (1986) que aplaz¨® todas las misiones de los transbordadores de la NASA, hasta el defecto del espejo principal del telescopio descubierto cuando ya estaba en ¨®rbita y sin posibilidad de cambiarlo. El liger¨ªsimo error de pulido del espejo emborronaba las im¨¢genes y supuso un jarro de agua helada para miles de astr¨®nomos que so?aban con esta m¨¢quina cient¨ªfica ¨²nica. ¡°Unas 10.000 personas trabajaron durante dos d¨¦cadas para lograr poner el Hubble en la plataforma de lanzamiento¡±, recordaba Eric J. Chaisson en su libro The Hubble Wars (1994). Inasequibles al desaliento, cient¨ªficos e ingenieros buscaron una soluci¨®n a la miop¨ªa (t¨¦cnicamente aberraci¨®n esf¨¦rica) del Hubble, que se concret¨® en 1993, cuando siete astronautas le instalaron unas gafas correctoras.

Con un espejo principal de 2,4 metros de di¨¢metro, el Hubble no era, en 1990, el telescopio m¨¢s grande, y pocos a?os despu¨¦s empezaron a funcionar en tierra los primeros del rango de diez metros. Pero en el espacio, por encima de la atm¨®sfera, el Hubble evita la distorsi¨®n que produce el aire en la luz de las estrellas, obteniendo unas im¨¢genes de gran resoluci¨®n. Im¨¢genes que, tratadas con los filtros que facilitan su an¨¢lisis cient¨ªfico a la vez que embellecen el resultado, fascinan a millones de personas.

¡°El Hubble ha permitido, como ning¨²n otro instrumento cient¨ªfico, sortear la barrera atmosf¨¦rica y ha hecho posible observar y, por tanto, conocer, desde las estrellas m¨¢s cercanas hasta las galaxias m¨¢s distantes conocidas con una precisi¨®n y detalles exquisitos¡±, dice el astr¨®nomo Carlos Eiroa, de la UAM. ¡°Ha sido una herramienta maravillosa, y en tantos aspectos ¨²nica, para el avance del conocimiento humano¡±. Y sigue si¨¦ndolo, apunta Villaver: tantas son las peticiones de astr¨®nomos de todo el mundo para utilizarlo que solo se puede asignar tiempo de observaci¨®n a una de cada cinco.

¡°Gracias a la combinaci¨®n insuperable de su resoluci¨®n y sensibilidad, as¨ª como a su amplia cobertura de longitud de onda, el Hubble ha permitido realizar algunos de los hallazgos m¨¢s emocionantes y fundamentales, incluido el descubrimiento de la energ¨ªa oscura, las primeras im¨¢genes directas de planetas alrededor de estrellas cercanas y un primer vistazo de las fases tempranas de la formaci¨®n de galaxias tras el Big Bang que dio origen a nuestro universo¡±, se?ala Danny Lennon, jefe de operaciones cient¨ªficas de la Agencia Europea del Espacio (ESA), copropietaria (15%) del Hubble. Villaver resalta un objetivo inicial del programa: determinar el valor de la llamada constante de Hubble para precisar la edad del universo (ahora establecida en 13.800 millones de a?os).

Cuando, en 2009, los astronautas fueron al telescopio para ponerlo al d¨ªa y repararlo, se decidi¨® que no habr¨ªa otra misi¨®n y no se pod¨ªa precisar hasta cuando funcionar¨ªa. Han pasado seis a?os y sigue activo. Mientras tanto, la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense preparan el sustituto: el telescopio James Webb, que tiene un espejo de 6,5 metros, un presupuesto disparado ya a casi 8.000 millones de euros y el lanzamiento previsto para 2018.