¡°La todav¨ªa presidenta de UPyD¡±
Los contextos habituales de ese adverbio nos sugieren que algo se encamina a su t¨¦rmino
Algunas palabras figuran a veces en las noticias sin ser necesarias para la comprensi¨®n del mensaje. No alteran los hechos que se narran, y por tanto no a?aden informaci¨®n. Hablamos de t¨¦rminos como ¡°actual¡± o ¡°todav¨ªa¡±, entre otros equivalentes.
El periodista norteamericano-espa?ol William Lyon usaba como efecto ret¨®rico en sus art¨ªculos de EL PA?S Madrid, en los a?os noventa, la locuci¨®n ¡°mi actual esposa¡±. De tal modo, su ¡°actual esposa¡± opinaba sobre un asunto u otro seg¨²n conviniera al relato. Pero a esa enunciaci¨®n de los hechos le habr¨ªa bastado con que Lyon hablara de su ¡°esposa¡±, y ya habr¨ªamos entendido que se trataba de la ¡°actual¡±. Tanto ¡°mi esposa¡± como ¡°mi actual esposa¡± nos informan sobre la misma persona.
Sin embargo, el adjetivo in¨²til se transformaba en relevante por el solo hecho de figurar en el texto, y contribu¨ªa a enriquecer el estilo socarr¨®n del articulista: si ten¨ªa una esposa actual (que por otro lado nadie conoc¨ªamos), se deduc¨ªa que alguna hubo antes y, ay, que alguna vendr¨ªa despu¨¦s.
La rama de la ling¨¹¨ªstica conocida como ¡°pragm¨¢tica¡±, que estudia los sentidos que expresamos m¨¢s all¨¢ del significado exacto de cada vocablo, nos ha ilustrado sobre la ¡°m¨¢xima de relevancia¡± (Herbert Paul Grice, 1913-1988). Cada palabra que decimos es percibida como relevante: si est¨¢ ah¨ª es por algo. Por eso no tiene sentido decir ¡°cad¨¢ver muerto¡±, porque el adjetivo no a?ade informaci¨®n. (Ahora bien, esa locuci¨®n s¨ª ser¨ªa relevante en un relato sobre muertos vivientes donde hiciera falta distinguirlos de los muertos bien muertos).
Del mismo modo se podr¨ªa hablar en cada Telediario de ¡°el todav¨ªa presidente del Gobierno, Mariano Rajoy¡±, o de ¡°el todav¨ªa presidente de la Generalitat, Artur Mas¡±. Y as¨ª sucesivamente.
El Telediario de las 15.00 en La 1 nos ofreci¨® el 8 de abril (minuto 02.01) un ejemplo interesante a este respecto. Se?al¨® la presentadora refiri¨¦ndose a Rosa D¨ªez: ¡°La todav¨ªa l¨ªder de UPyD ha tomado el control de la formaci¨®n en Asturias, Andaluc¨ªa y Castilla y Le¨®n¡±. Y as¨ª, la palabra ¡°todav¨ªa¡± se col¨® en una noticia donde resultaba prescindible, como en otro tiempo la ¡°actual esposa¡±. ¡°La presidenta¡± y ¡°la todav¨ªa presidenta¡± son tambi¨¦n la misma persona.
Ahora bien, la expresi¨®n no conten¨ªa ninguna mentira: ni una sola palabra falsa. ?La podemos criticar entonces?
Quiz¨¢s s¨ª. Porque del mismo modo y con las mismas premisas se podr¨ªa hablar en cada Telediario de ¡°el todav¨ªa presidente del Gobierno, Mariano Rajoy¡±, o de ¡°el todav¨ªa presidente de la Generalitat, Artur Mas¡±. Y as¨ª sucesivamente. Incluso ¡°el todav¨ªa conserje¡±, porque alg¨²n d¨ªa se jubilar¨¢.
Es verdad que en el horizonte de Rosa D¨ªez se avista un congreso decisivo; pero tambi¨¦n se avizoran elecciones municipales, y auton¨®micas, y catalanas, y generales. La provisionalidad alcanza hoy a casi todos, y los sondeos vienen dando motivos para que nadie se sienta reelegido de antemano. Entonces, ?por qu¨¦ se us¨® ¡°todav¨ªa¡± en ese caso y no en los dem¨¢s que desfilaron por el mismo informativo?, ?por qu¨¦ se convirti¨® en relevante ese vocablo? Y adem¨¢s, ?qu¨¦ significa realmente ¡°todav¨ªa¡±?
El fil¨®sofo franc¨¦s Emmanuel Levinas (Parole et silence. Grasset, Par¨ªs, 2009, p¨¢g. 70) escribi¨® que los contextos habituales en que se utiliza una palabra resuenan en ella y as¨ª influyen en nuestra percepci¨®n de lo que expresa. Porque tal reiteraci¨®n acaba impregn¨¢ndolas. As¨ª nos ocurre hoy por ejemplo con ¡°involucrado¡±. Si o¨ªmos de alguien que ¡°est¨¢ involucrado en la venta de un piso¡±, lo convertimos en sospechoso a pesar de que ese vocablo no implica ilegalidad alguna: envuelto, abarcado, incluido.
Del mismo modo, el Diccionario dice en la entrada ¡°todav¨ªa¡±: ¡°Hasta un momento determinado desde tiempo anterior¡±. Nada inquietante, tampoco. Pero los contextos habituales de ese adverbio nos sugieren que algo se encamina a su t¨¦rmino (¡°todav¨ªa estoy despierto¡±, ¡°todav¨ªa no he llegado¡±), y por eso lo que nos estaba diciendo la noticia es que Rosa D¨ªez ¡ªy s¨®lo Rosa D¨ªez¡ª tiene las horas contadas.
Los Telediarios suelen ser juzgados en funci¨®n de los minutos que conceden a cada pol¨ªtico. Una medici¨®n interesante, desde luego. Pero a¨²n no hemos ideado el sistema que analice el segundo escaso que dura una palabra como ¡°todav¨ªa¡±.
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