¡°La cocina de concurso es irreal¡±
Defensora de la visibilidad de las mujeres cocineras, la autodidacta Bego?a Rodrigo, primera ganadora de ¡®Top Chef¡¯, ha cimentado su prestigio culinario
¡°Quiero pegar una colleja a todos los que nos ponen obst¨¢culos a las mujeres cocineras para conseguir las cosas¡±. Con este cuchillo afilado rasg¨® el techo de cristal de la visibilidad femenina en el podio de gastron¨®mico Bego?a Rodrigo al ser proclamada con 38 a?os ganadora de la primera edici¨®n de Top Chef, en 2013.
Tras el concurso televisivo de talentos culinarios han pasado dos a?os, y muchas cosas buenas en la trayectoria de esta luchadora chef valenciana de formaci¨®n autodidacta (aumento de la afluencia de p¨²blico en su restaurante La Salita, asesor¨ªas, viajes, proyecto de un nuevo espacio en la playa de la Patacona, Cocinera del A?o 2014 de la Comunidad Valenciana, clases en la Universidad de Castell¨®n, talleres en comedores infantiles), pero a¨²n sigue dando muestras de su car¨¢cter.
¡°Yo gan¨¦ Top Chef porque era la mejor, no porque necesitaran una ganadora femenina¡±, dice ante los comentarios mal¨¦volos. Hay quien le ha comentado que tiene fama de borde, lo que evidentemente le molesta: ¡°Me han visto en la tele como han querido que me vean, una Rottenmeyer. Ya se sabe c¨®mo son los montajes, hay un guion de lo que les interesa sacar. Para que uno aparezca como bueno los otros no tienen que parecer una mierda. Da una imagen de inseguridad, de gente llorona, de agresividad... Y en verdad no hay qui¨¦n aguante que le humillen. La cocina de los concursos televisivos no se corresponde con la realidad. Est¨¢n vendiendo algo que no existe¡±.
Pero ¡°hay una parte positiva, todo el mundo ahora habla de cocina y le interesa. Antes los ni?os quer¨ªan jugar al f¨²tbol y las ni?as a las mu?ecas y ahora se juntan para aprender a cocinar. ?En una de mis clases una cr¨ªa de 9 a?os me propuso hacer un solomillo Wellington! Hace a?os los padres me ped¨ªan en el restaurante comida especial para los ni?os, ahora ellos quieren elegir el men¨²¡±. Hasta su hijo, Mik, se pone un peque?o delantal y trastea eficiente en la cocina de mam¨¢.
Rodrigo tambi¨¦n persigui¨® su sue?o. Abandon¨® los estudios de ingenier¨ªa industrial por seguir su instinto b¨¢sico culinario. Se entren¨® en ?msterdam y Londres antes de abrir hace diez a?os La Salita en Valencia con su marido holand¨¦s Jorne, sumiller. Durante una semana Rodrigo ha trasladado sus sabores mediterr¨¢neos al hotel Villa Magna de Madrid: fideu¨¢ de plancton con berberechos; ensalada de encurtidos y salazones; anguila en su all i pebre con causa lime?a; guiso de garrafones al dente con cal?ots a la brasa. Deja entrever influencias n¨®rdicas y de chefs que admira, como ?ngel Le¨®n. Domina los fondos y caldos y gusta de sabores intensos, como el mar y monta?a de parpatana de at¨²n, verduras agridulces y fondo de manitas de cerdo. Su men¨² degustaci¨®n ha sido un escaparate ¡°fuera del zulo¡±, como denomina con humor al recoleto espacio de Valencia que absorbe su tiempo y su vida.
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