Escuchemos atentos. Nos avisan del fuego
El trato que da la UE a los refugiados resalta la facilidad con la que los europeos actuamos ajenos a la raz¨®n y a lo l¨ªcito
El problema planteado por centenares de miles de personas que huyen de las guerras en Somalia, Siria o Irak, y de aquellos otros que buscan mejorar sus p¨¦simas condiciones de vida, procedentes de otros pa¨ªses de ?frica, no es simple ni f¨¢cil de resolver. En eso coinciden todos los ministros europeos. Lo curioso es que, a continuaci¨®n, anuncian que ya saben c¨®mo hacerlo. Primer movimiento: hundir en los puertos libios los barcos ¡ª¡°cuando est¨¢n vac¨ªos¡±, se sinti¨® obligado a precisar el periodista que firm¨® la noticia del acuerdo¡ª en los que intentan atravesar el Mediterr¨¢neo. Segundo movimiento: proporcionar ¡°recursos¡± a terceros pa¨ªses, como T¨²nez, Egipto y Sud¨¢n, para que refuercen sus fronteras y taponen las v¨ªas de quienes intentan llegar a trav¨¦s de su territorio a las costas.
¡°Hemos declarado la guerra a los traficantes de personas¡±, anunci¨® esta semana el comisario europeo responsable de Interior e Inmigraci¨®n (?por qu¨¦ van juntas esas dos carteras?), sin darse cuenta de la desagradable iron¨ªa que supone sumar m¨¢s guerras a un territorio que ya est¨¢ arrasado por la violencia. ¡°Vamos a destruir los barcos de los contrabandistas de almas¡±, se corrigi¨®, buscando quiz¨¢s el toque po¨¦tico, un poco m¨¢s tarde.
La primera pregunta que se plantea es ?bajo qu¨¦ mandato se va a realizar esa operaci¨®n? ?Con qu¨¦ fuerzas? La Operaci¨®n Atalanta, citada como precedente, consisti¨® en el despliegue, en 2008, de una fuerza naval conjunta en aguas de Somalia para luchar contra los actos de pirater¨ªa que protagonizaban bandas armadas de ese pa¨ªs. El llamado Gobierno Federal de Transici¨®n de Somalia escribi¨® al secretario general de la ONU solicitando ayuda y el Consejo de Seguridad aprob¨® por unanimidad la Resoluci¨®n 1.816 por la que se autorizaba a los pa¨ªses miembros a ¡°prestar apoyo¡± a tan peculiar entidad, entrando en aguas territoriales somal¨ªes y deteniendo a los piratas.
?C¨®mo distinguir a los nav¨ªos dedicados al transporte de mercanc¨ªas? ?Se bombardear¨¢n desde el mar?
En el caso de los puertos libios, no se sabe que exista solicitud de ninguna autoridad leg¨ªtima, ni resoluci¨®n de la ONU en ese sentido. Y una cosa es detener barcos piratas en aguas somal¨ªes y, otra, hundir barcos atracados en puertos. ?C¨®mo se distinguir¨¢ a los nav¨ªos dedicados al humilde transporte de mercanc¨ªas? ?Se bombardear¨¢n desde el mar? ?Se organizar¨¢n comandos que desembarcar¨¢n en territorio libio y proceder¨¢n a inutilizarlos?
La segunda parte de la soluci¨®n consiste en ¡°proporcionar recursos¡± a T¨²nez, Egipto y Sud¨¢n para que eviten que esos miles de refugiados y desesperados traspasen sus fronteras. ?De qu¨¦ recursos se trata? ?Material antidisturbios?, ?dinero para desplegar agentes armados que disuadan a los viajeros? Amnist¨ªa Internacional ha denunciado al actual Gobierno egipcio, presidido por un militar, por violaciones de los derechos humanos de sus propios ciudadanos. ?Espera Bruselas que se muestre cuidadoso con los derechos de las personas a las que la UE pide que se detengan, petici¨®n acompa?ada de sustanciosos ¡°bonus¡± por resultados? ?Puede la UE ignorar que el presidente sudan¨¦s Omar al Bashir fue el primer presidente en ejercicio procesado por la Corte Penal Internacional por posibles delitos de asesinato masivo, violaci¨®n y pillaje de civiles?
La ¡°soluci¨®n¡± de la UE para afrontar el dif¨ªcil problema de los refugiados es un recordatorio del grado de atrocidad al que somos capaces de llegar los seres humanos en cuanto se nos da la oportunidad. El espejo perfecto en el que mirarnos y en el que reconocer la facilidad con la que los europeos podemos caer en comportamientos ajenos a la raz¨®n y a lo l¨ªcito.
Nuestra experiencia deber¨ªa habernos ense?ado que colocar a ¡°los otros¡± en el l¨ªmite de su conceptualizaci¨®n como personas, jugar con la ignorancia de que son seres humanos con derechos, suele llevarnos a la cat¨¢strofe. El secretario general de C¨¢ritas, Sebasti¨¢n Mora, record¨® el otro d¨ªa a los ¡°avisadores del fuego¡±, la figura descrita por Walter Benjamin, de quien nos recuerda que la barbarie no es lo opuesto al progreso, sino una de sus opciones. La figura de quienes, como explic¨® Reyes Mate, ¡°habiendo escrito antes de la cat¨¢strofe, parece que lo hubieran hecho despu¨¦s¡±. Escuchemos atentos: nos est¨¢n avisando del fuego. solg@elpais.es
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