Gazprom en el banquillo
El proceso de la UE contra el gigante energ¨¦tico es una decisi¨®n estrat¨¦gica respecto a Rusia
La batalla legal iniciada por la UE contra Gazprom, el gigante gas¨ªstico controlado por Rusia, no es un simple asunto t¨¦cnico, aunque as¨ª lo haya presentado la Comisi¨®n por boca de su comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. Se trata de un movimiento estrat¨¦gico realizado por una instituci¨®n europea ninguneada sistem¨¢ticamente por el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, y que ocurre en el momento m¨¢s bajo de las relaciones entre Mosc¨² y Europa Occidental desde la II?Guerra Mundial.
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No se trata s¨®lo de que Gazprom se haya aprovechado de su posici¨®n dominante y aplique precios abusivos en cinco pa¨ªses de Europa del Este; eso es una mala praxis comercial. Mucho m¨¢s grave es que Bruselas tenga pruebas de que la compa?¨ªa, detr¨¢s de la cual est¨¢ el Gobierno ruso, ha amenazado al menos a dos pa¨ªses (Bulgaria y Polonia) con cortarles el suministro de gas si sus Gobiernos no colaboran econ¨®micamente en proyectos respaldados por Gazprom: un chantaje inaceptable ante el que la UE ha hecho lo correcto al reunir pruebas y reaccionar.
Al despreciar el papel de Bruselas y considerar que este problema se resuelve de Estado a Estado, Putin est¨¢ cometiendo un error que recuerda ¡ªsalvando todas las distancias¡ª al de EE?UU hace dos d¨¦cadas, cuando en una disputa agraria con Bruselas a sus representantes les chocaba que un austr¨ªaco ¡ªFranz Fischler, entonces comisario de Agricultura¡ª defendiera a otros pa¨ªses europeos. Pero ahora hay grandes diferencias: no se trata de un peque?o desacuerdo entre aliados, la UE tiene mucho m¨¢s engrasados los mecanismos de respuesta a una agresi¨®n econ¨®mica y el presidente ruso acaba de anexionarse por la fuerza un territorio de otro pa¨ªs europeo.
Bruselas ha dado un paso arriesgado pero valiente al iniciar el proceso legal contra Gazprom. No es una medida apresurada al calor de hechos recientes, ya que el caso ha sido investigado durante cuatro a?os. Pero es innegable que se enmarca en la tensi¨®n que se vive con la Rusia de Putin, en cuyo alero queda ahora la pelota. Mosc¨² tiene 12 semanas para responder a las acusaciones planteadas, que podr¨ªan desembocar en una hist¨®rica sanci¨®n de hasta 10.000 millones de euros.
Le guste o no al presidente ruso, la UE no es un complejo burocr¨¢tico, sino el proyecto de 500 millones de europeos.
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