No es cuesti¨®n de dinero
?De qu¨¦ hablamos cuando hablamos de lujo? Una exposici¨®n en el Museo Victoria & Albert revisa su pasado y presente e imagina un futuro cada vez m¨¢s apto para todos los bolsillos

El entramado de edificios del Museo Victoria & Albert ocupa un territorio de cinco hect¨¢reas en Kensington, una de las zonas m¨¢s exclusivas de Londres. A sus espaldas respira el pulm¨®n verde de los Kensington Gardens y Hyde Park, sus calles aleda?as se encuentran entre las m¨¢s caras de la ciudad: el metro cuadrado de sus edificios georgianos y victorianos est¨¢ en una media de 15.000 euros. Es, junto con Chelsea, el barrio m¨¢s prohibitivo de Reino Unido. ¡°Somos conscientes de que todo podr¨ªa denominarse lujo en un entorno como este. Precisamente por eso era necesario abrir un debate: se debe hablar de lujo en un centro p¨²blico y no solo en las p¨¢ginas del Financial Times¡±, explica Jana Scholze, comisaria junto a Leanne Wierzba de la exposici¨®n What is luxury?, que puede visitarse hasta el pr¨®ximo 27 de septiembre en el museo de arte y dise?o londinense. ¡°El discurso en torno al lujo es demasiado limitado. ¡®?Con mi presupuesto? Imposible¡¯, y ah¨ª se termina la historia. Y lo cierto es que todos tenemos algo que decir. El lujo est¨¢ profundamente enraizado en todos nosotros, en la historia. Es prescindible pero, al mismo tiempo, no lo es¡±.
A pesar de la pregunta, las comisarias insisten en que su objetivo no era ofrecer respuestas, sino desterrar inercias. ¡°En primer lugar, decidimos no centrarnos en consumidores y marcas, sino en la producci¨®n. Nos detenemos en c¨®mo se hacen los objetos, qui¨¦nes los hacen, y abordamos el lujo desde la perspectiva del tiempo empleado por los creadores, que muchas veces es complicado medir en t¨¦rminos econ¨®micos. Por ejemplo, presentamos el molde de la Bone Chaise de Joris Laarman en lugar del objeto final para mostrar la multitud de etapas de fabricaci¨®n que el p¨²blico no suele ver: est¨¢ realizada con capas de tres mil¨ªmetros de tablero DM, montadas a mano, y representa una inversi¨®n de tiempo extraordinaria. Tambi¨¦n nos parec¨ªa clave que la muestra cuestionase el valor y la noci¨®n del lujo como inversi¨®n segura. La ¨²ltima secci¨®n se llama A Future for Luxury y en ella analizamos c¨®mo el valor de distintos materiales cambia en funci¨®n del tiempo y el lugar. En A Comprehensive Atlas of Gold Fictions, Aram Mooradian explica c¨®mo el oro se valora de forma radicalmente distinta en los mercados financieros y en las comunidades abor¨ªgenes de Australia que viven cerca de las minas de Kalgoorie. Su cultura oral y su lenguaje dependen del paisaje, que ha sido arrasado por la fiebre global del oro¡±, explica Leanne Wierzba.
Cada generaci¨®n se relaciona de forma distinta con el lujo. Ahora empezamos a entenderlo de una forma m¨¢s inmaterial
En los almacenes donde atesoran las obras de What is luxury? ¨Cel montaje comenzar¨¢ una semana despu¨¦s¨C se cuela sin tregua la m¨²sica de John Gosling que acompa?a la exposici¨®n de Alexander McQueen, Savage Beauty. Sus celebradas creaciones bien podr¨ªan formar parte de la muestra, pero las comisarias han optado por objetos menos obvios. Desembalan con cuidado una de las delicadas medusas de vidrio soplado de Steffen Dam; luego, The Golden Fleece del orfebre Giovanni Corvaja: un casco realizado con 160 kil¨®metros de hilo de oro m¨¢s fino que el cabello humano. Este vellocino de oro exigi¨® a Corvaja una d¨¦cada de investigaci¨®n y 2.500 horas de ejecuci¨®n. ¡°Ninguno de los artistas y dise?adores de la exposici¨®n se dijeron ¡®vamos a hacer un objeto de lujo¡¯. Su motivaci¨®n es otra. Hay pasi¨®n y obsesi¨®n por la t¨¦cnica, y estas se materializan en innovaci¨®n, no en est¨¦tica¡±, se?ala Scholze.
De una percha cuelga un uniforme militar reci¨¦n llegado del taller de Dege & Skinner. En su discreta tienda de Savile Row, el sastre Nicholas De¡®Ath muestra uno del mismo regimiento que el que se expondr¨¢ en el Victoria & Albert. Ya han tomado las 35 medidas de rigor a su destinatario. A la chaqueta, en la que ya han invertido una semana de trabajo, le falta otra para estar terminada, explica. ¡°Todos los uniformes tienen que ser id¨¦nticos, y eso cuando se cose a mano es dif¨ªcil. Lo conseguimos con una suma de maestr¨ªa, experiencia y tradici¨®n¡±. En sus 150 a?os de historia en Dege & Skinner no solo han confeccionado camisas y trajes a medida para la clase adinerada brit¨¢nica ¨Cy la familia real, suyos son algunos de los uniformes militares de los pr¨ªncipes Guillermo y Enrique¨C, sus sastres viajan por todo el mundo ¨Clos pr¨®ximos destinos son Francia, Suiza, Estados Unidos, Jap¨®n y Om¨¢n¨C. La palabra lujo, aseguran, apenas se pronuncia en una sastrer¨ªa como la suya. Se encogen de hombros: ¡°Sonar¨ªa vulgar¡±.
El artista Alexander Groves tiene que pulir algunas de las piezas de su sorprendente Hair Highway: una serie de piezas decorativas que, a primera vista, parecen de carey o maderas ex¨®ticas. En realidad, est¨¢n hechas de pelo humano y resina. ¡°Nos interesaba transgredir la idea del lujo, y utilizando un material como el m¨¢rmol poco ¨ªbamos a aportar¡±. El cabello, en cambio, les permit¨ªa a ¨¦l y a su socia, la arquitecta japonesa Azusa Murakami, experimentar. Cuando empezaron a comprar materia prima se dieron cuenta de que la etiqueta siempre rezaba ¡°Made in China¡±, as¨ª que se pusieron a investigar: el pa¨ªs asi¨¢tico es el mayor exportador de pelo natural, el mayor importador de maderas tropicales. ¡°El cabello es el ¨²nico recurso natural que crece sin parar. En concreto, el asi¨¢tico crece 16 veces m¨¢s r¨¢pido que los ¨¢rboles de los bosques tropicales, y junto con una resina natural forma un material sostenible que puede ser una alternativa¡±, relata. Las exquisitas creaciones de Studio Swine forman parte de la ¨²ltima secci¨®n de la muestra, que imagina a trav¨¦s de piezas tan audaces como las suyas el futuro del lujo. ¡°El lujo tradicional se basa en recursos naturales que son limitados y los estamos agotando, por eso los dise?adores desempe?ar¨¢n un papel importante a la hora de identificar alternativas¡±, argumenta Scholze.

A la omnipresente pregunta, las comisarias esperan tantas respuestas como visitantes. ¡°Cada generaci¨®n se relaciona de forma distinta con el lujo. De hecho, la definici¨®n de una misma persona variar¨¢ durante el curso de su vida. Nuestras prioridades cambian. Para un joven, el acceso a una buena educaci¨®n puede parecer un lujo. Para alguien m¨¢s mayor, un lugar bonito en el que jubilarse. Para otros, un objeto de coleccionismo como un reloj de George Daniels o Vacheron Constantin¡±, se?ala Wierzba.
Para los trabajadores del Victoria & Albert, el lujo no se encuentra en los cercanos almacenes Harrods: en las encuestas espont¨¢neas a las que ha dado pie la exposici¨®n se impuso ¡°un ba?o caliente¡±. Para la artista Simone ten Hompel, cuya serie de cucharas forma parte de What is luxury?, el lujo es, una vez terminada la jornada en su taller, beber Prosecco y sentarse a comer utilizando sus utensilios ¨C¡°las cucharas son las primeras y las ¨²ltimas herramientas que utilizamos, con dignidad, en nuestras vidas¡±¨C porque siempre tiene que desprenderse de ellos: no puede permitirse conservarlos.
En 2014, seg¨²n estimaciones de la consultora Bain & Company, el mercado global del lujo movi¨® 223.000 millones de euros. Su crecimiento, pronostican, ser¨¢ m¨¢s lento pero constante; su futuro, lleno de cambios. Algunos ya se hacen notar y este estudio confirma la tendencia: junto al tradicional ¡°lujo de objeto¡± (moda, cosm¨¦tica, relojes, perfumes, etc¨¦tera) cobra cada vez m¨¢s protagonismo el ¡°lujo de la experiencia¡± (hoteles, noches en la ¨®pera, alta gastronom¨ªa¡). El sector es y, potencialmente, seguir¨¢ siendo, seg¨²n la definici¨®n de Bernard Arnault, presidente del grupo LVMH, ¡°el ¨²nico campo en el cual se pueden obtener unos m¨¢rgenes de lujo¡±, pero, seg¨²n Scholze, no debemos tomar la parte por el todo. ¡°El lujo est¨¢ cambiando. Empezamos a trascender el ¡®yo quiero¡¯ para entenderlo y experimentarlo de una forma m¨¢s inmaterial. El lujo es tiempo, espacio, protecci¨®n ante la enfermedad. Y ya de los j¨®venes ni hablemos: ellos van a plantear grandes desaf¨ªos¡±. El pasado verano, la marca Abercrombie & Fitch anunci¨® que iba a eliminar los logos de su ropa. Los j¨®venes, insisten sus estudios de mercado, prefer¨ªan prendas an¨®nimas. Quieren vestirse con sencillez, con normalidad. Se trata de no destacar, dicen. De ser como todos los dem¨¢s.
What is Luxury?, proyecto expositivo del museo Victoria & Albert y el Crafts Council con patrocinio de Northacre, puede visitarse hasta el pr¨®ximo 27 de septiembre.
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