Tu madre es una avanzadora, y lo sabes

Por Laura Hurtado (@laurtado).

Sole Gim¨¦nez, Jineth Bedoya y Pilar Jurado, durante la presentaci¨®n del librodisco de Avanzadoras

Cuando leo las historias de mujeres recogidas en el discolibro Avanzadoras siempre pienso en mi madre. Ya sea una activista con estudios universitarios de Ecuador (como Johanna), una campesina ind¨ªgena de Guatemala (como Mar¨ªa) o una refugiada en un campo perdido de Sud¨¢n del Sur (como Martha).

Llamamos a estas mujeres avanzadoras porque hacen avanzar el mundo. Son mujeres que luchan cada d¨ªa, y de forma cotidiana, por derechos tan elementales como poder estudiar, cobrar por el trabajo que realizan o no sufrir maltrato. Como hace mi madre, y muchas madres en el mundo.

Seguro que nuestras madres se identificar¨¢n con las mujeres avanzadoras y descubrir¨¢n que no est¨¢n solas, que hay otras mujeres al otro lado del planeta que abren camino como ellas.Se reconocer¨¢n en Johanna, coordinadora de la Fundaci¨®n Yerbabuena de Ecuador, que ya de peque?a se negaba a ir siempre con faldas y reclamaba cuando ve¨ªa que sus colegas varones ten¨ªan ciertos privilegios.

Tambi¨¦n es probable que vean en ellas a Moon Sharma, presidenta de una cooperativa de comercio justo de la India, que de muy joven se rebel¨® contra el tipo de vida que le impon¨ªan sus padres. Hoy afirma orgullosa que se ha mantenido soltera en un pa¨ªs donde muchas mujeres son obligadas a casarse siendo ni?as.

Igualmente, puede que nuestras madres se vean reflejadas en Mariam Nana, joven emprendedora de Burkina Faso, que consigui¨® que su marido la dejara salir a trabajar y ganarse un sueldo por su cuenta.

As¨ª se sintieron tambi¨¦n las mujeres que han interpretado las 12 canciones escritas por mujeres y que tambi¨¦n han tenido que pelear mucho para estar donde est¨¢n. Sole Gim¨¦nez, Ana Bel¨¦n, Pilar Jurado, Mar¨ªa de Medeiros, Lamari de Chambao, entre muchas otras, son ejemplos de trabajo, excelencia y superaci¨®n, y de generosidad.

Avanzadoras y el discolibro son el mejor homenaje que se puede hacer a la mujer y a la madre. Y adem¨¢s todos los beneficios de su venta se dedican a proyectos en pro de los derechos a las mujeres en Espa?a y en el extranjero. No se me ocurre un mejor regalo para el primer domingo de mayo.

Renacer

A veces, antes de acostarme, me estremezco mirando a mis hijos que duermen. Tan fr¨¢giles, tan suaves, esencias de vidas que comienzan. Por mis hijos dar¨ªa mi vida. Como Marta.

Martha arrastra a tres ni?os sobre ella y otros tres m¨¢s la siguen. Martha atraviesa el desierto. No le queda nada, no tiene casa, no tiene pertenencias, ha perdido al resto de su familia. Sin embargo es capaz de crear un nuevo hogar en el que sus seis hijos podr¨¢n sobrevivir. De las cenizas de su desgracia Marta renace como un ave f¨¦nix.

Las mujeres tenemos esa capacidad de renacer con cada adversidad. Renacemos con cada hijo. Renacemos con cada golpe. Renacemos orgullosas y valientes y seguimos avanzando. Y en esta resurrecci¨®n arrastramos a quien nos rodea. Somos el motor que hace que todo siga adelante dentro del gran cambio que es en si la vida.

No me puedo imaginar que de la noche a la ma?ana tuviera que abandonar mi casa, mi barrio, mi ciudad. No he tenido que vivir la crudeza que ha vivido Martha pero siento su fuerza en m¨ª. Si ella ha podido, yo tambi¨¦n.

Texto del disco libro avanzadoras por Lucila Rodriguez-Alarcon (@lularoal)