El discurso desnudo
Existen dos tipos de personas: los verdaderos profesionales y los presuntos. Jennifer L¨®pez es de los primeros. Igual de desnuda que Monedero y Sebastien Thiery, ella es la magia que a?ora Pablo Iglesias

El actor y dramaturgo franc¨¦s S¨¦bastien Thiery apareci¨® desnudo durante los 27? premios Moli¨¨re para reivindicar los derechos laborales de los autores teatrales. Durante cuatro minutos, a veces detr¨¢s del atril, otras descendiendo hacia platea, Thiery desgran¨® sus motivaciones y se dirigi¨® frontalmente a la ministra de Cultura francesa, Fleur Pellerin, que unas veces se tapaba la cara y otras miraba con atenci¨®n al saberse vigilada por las c¨¢maras de televisi¨®n.
El desnudo siempre llama la atenci¨®n. ?Por qu¨¦? Por lo inesperado, podr¨ªa concluir despu¨¦s de haberlo practicado varias temporadas en televisi¨®n. Por las mismas razones tambi¨¦n puedo afirmar que su reiteraci¨®n desgasta su efecto y te aparta de la lista de los mejor vestidos. Hay que reconocerle a Thiery que no tiene mal f¨ªsico, por momentos su discurso recuerda un momento de Edward Norton en Birdman cuando empieza una discusi¨®n interminable completamente desnudo durante una prueba de vestuario. Norton no consigui¨® el Oscar por esa escena , pero Thiery s¨ª consigui¨® que vi¨¦ramos la cultura francesa de otra manera. Como con m¨¢s flema brit¨¢nica, que es la que al final demostraron tanto la ministra como el presentador del acto que termin¨® pidiendo un aplauso para el autor nudista como si estuviera animando un programa de Jos¨¦ Luis Moreno.
Desnudarse puede ser tambi¨¦n un striptease emocional, que es lo que estamos viviendo con Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos, que empez¨® anunciando que necesitaba apartarse de la vor¨¢gine para en 48 horas dejar el partido como lo quieren sus adversarios, desnudo y superdespeinado. Como buenos latinos, Pablo Iglesias y Monedero han cruzado cartas y declaraciones cargadas de profundas emociones y superficiales explicaciones. ?Qui¨¦n iba a decirle a Iglesias que su partido ser¨ªa el primero en convertirse en uno de esos reinos inmersos en batallas internas de su serie favorita, Juego de tronos? Se constata que por mucho que pretendas vestir de otra manera, al final est¨¢s desnudo y nunca puedes cambiar nada. El discurso pol¨ªtico del partido se ti?e de cursi en las palabras escogidas. Monedero le reconoce ¡°magia¡± a Iglesias y el l¨ªder resumi¨® la separaci¨®n como ¡°profundamente dolorosa¡±. Puede que Podemos tenga que debatirse entre la osad¨ªa y la institucionalidad , pero queda claro que su lenguaje de rupturas le debe mucho al ?Hola!
Siempre recordaremos a Monedero cuando decidi¨® mantener una amistad con Carmen Lomana. Ella misma nos lo cont¨® en casa durante la cena de A?o Nuevo y mientras mencionaba a Monedero cada dos palabras, los presentes cre¨ªamos que se refer¨ªa a Enrique Monereo, el cirujano pl¨¢stico, porque quiz¨¢s con prejuicio lo asimil¨¢bamos m¨¢s af¨ªn a Lomana. Lomana se puso seria: ¡°No me estoy equivocando, os estoy hablando de Monedero, es mi nuevo mejor amigo¡±. Fue el momento en que sentimos que Podemos hab¨ªa entrado definitivamente en nuestras vidas. Y que estaba en muy buena direcci¨®n. Al final, somos un pa¨ªs tan distinto y con un concepto tan alocado de las agendas que Monedero se volvi¨® disidente y Lomana superviviente.
?lvaro P¨¦rez, El Bigotes, al igual que Monedero, podr¨ªa considerarse como un cofundador, pero este de la trama corrupta G¨¹rtel. Sus declaraciones en El Mundo y Un Tiempo Nuevo la semana pasada consiguieron casi ponerlo en la misma franja de popularidad que al Peque?o Nicol¨¢s, solo que El Bigotes no tiene la desnuda fotogenia del esp¨ªa y confidente telef¨®nico de importantes empresarios de los noventa.
Pese a que llevamos m¨¢s de un lustro con esta trama, El Bigotes consigui¨® ofrecernos algunas novedades, como la de que el reloj que regal¨® a la esposa de Francisco Camps era un Cartier descatalogado de 2.000 euros. Una declaraci¨®n complicada, porque vimos, en el ¨²nico d¨ªa del juicio, a Correa, el jefe de la presunta trama, lucir un Santos de muchisisisimos m¨¢s ceros. Es decir, hubo un criterio discriminatorio en la administraci¨®n de regalos. A la esposa del expresident, una antigualla fuera de cat¨¢logo, por la que sin embargo ella se deshizo en esos agradecimientos ya hist¨®ricos, ¡°te has pasado 20 pueblos¡±, mientras que al jefe un peso pesado originalmente dise?ado por la casa francesa para conmemorar las haza?as del c¨¦lebre pionero de la aviaci¨®n brasilero, Alberto Santos Dumont. Quiz¨¢s en G¨¹rtel, como en tantas otras empresas, se manifieste poca igualdad entre hombres y mujeres. Quiz¨¢s pueda ser que Correa se vea a s¨ª mismo como un pionero, de momento bastante incomprendido, que quiz¨¢s intent¨® transformar lo presunto en pol¨ªtica financiera.
Pr¨¢cticamente desnuda, Jennifer Lopez avanz¨® con seguridad extrema en la alfombra blanca de los premios Billboard latinos en Miami. Acompa?¨® su jumpsuit de encaje blanco con una capa vainilla que manejaba con precisi¨®n torera. La humedad le oblig¨® a sacudirse la melena delante de los fot¨®grafos, como una leona acalorada. El gesto de una diva, capaz de lo inesperado ante sus mayores enemigos. Al verlo pens¨¦ que existen dos tipos de personas, los verdaderos profesionales y los presuntos. Los que saben construir un imperio de s¨ª mismos y los que parecieran complacerse en ver c¨®mo se desmorona. Jennifer es de los primeros. Igual de desnuda que Monedero y Thiery, la Lopez es, en silencio, la magia que a?ora Iglesias. Y no necesita m¨¢s discurso que ser estrella.
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