Un gesto responsable
Ciudadanos hace lo adecuado en Andaluc¨ªa; el PP deber¨ªa sumarse a la cultura de pactos
En los pr¨®ximos d¨ªas, el partido Ciudadanos tendr¨¢ la primera oportunidad de hacer un gesto favorable a que en Andaluc¨ªa gobierne la fuerza m¨¢s votada, si finalmente se abstiene en la segunda votaci¨®n de investidura de Susana D¨ªaz como presidenta de la Junta, tras el rechazo previsible de toda la oposici¨®n a apoyarla a la primera. El movimiento del partido centrista va en la buena direcci¨®n, no por el hecho de anudar una fuerza emergente a una tradicional, sino por el plus de responsabilidad que puede aportar un partido moderado y reformista que, sin renunciar a las mayores cotas posibles de votos, est¨¢ bien situado en el centro del tablero.
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La abstenci¨®n de Ciudadanos es insuficiente para la elecci¨®n de Susana D¨ªaz, que precisa de la misma actitud por parte del PP o de Podemos. Y ah¨ª conviene dejar claro que la cr¨ªtica del Partido Popular a Ciudadanos es una t¨¢ctica cortoplacista, que prescinde de la realidad de que en menos de tres semanas se producir¨¢n otras elecciones municipales y auton¨®micas en las que el PP necesitar¨¢ el apoyo de otros. Mucho tienen que aprender las fuerzas tradicionales de lo que significa dirigir una Administraci¨®n sin mayor¨ªa absoluta. El banco de pruebas andaluz debe servir para engrasar los oxidados mecanismos de la negociaci¨®n antes de que la catarata de elecciones pendientes los exija a una escala mayor.
Tras algunas concesiones populistas (que ojal¨¢ no se repitan), Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, demuestra cintura pol¨ªtica al flexibilizar su anterior dureza respecto a todo pacto. Cierto que corre riesgos, puesto que permitir el gobierno de un competidor necesita coraje por parte de quien da el paso. Ese coraje es, precisamente, el que se necesita en la pol¨ªtica espa?ola. Ciudadanos cuenta con adversarios en el escenario tradicional que intentan perversamente presentar el apoyo a una investidura como si fuera una coalici¨®n vergonzante. Los que insisten en la l¨ªnea de la denuncia y la traici¨®n son los peores adversarios de la gobernabilidad y de la estabilidad.
Comienza un nuevo tiempo pol¨ªtico, caracterizado por el hecho de que los ciudadanos ya no van a respaldar masivamente a un solo partido. Andaluc¨ªa es un precedente para la din¨¢mica de negociaciones y transacciones que deben abrirse paso como procedimiento de resoluci¨®n de conflictos. En casi toda Europa es moneda corriente que las Administraciones sean dirigidas por Gobiernos de coalici¨®n o minoritarios, y hay que tomar conciencia de que esto es lo habitual en los pa¨ªses regidos por sistemas de escrutinio proporcional.
Es verdad que la idea del pacto no est¨¢ asentada en la actual cultura pol¨ªtica de los espa?oles, y de ah¨ª la tentaci¨®n de plantear reformas electorales que fuercen la consecuci¨®n de una mayor¨ªa. Pero no estamos en el tiempo de abordar esa reforma, sino de abrir paso a la idea de resolver los conflictos por la v¨ªa del di¨¢logo y la transacci¨®n. Oponerse a ello no es una actitud responsable y a¨ªsla a quien lo intenta.
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