Los parques necesitan a los ind¨ªgenas
Laura de Luis responsable deComunicaci¨®n Survival International en Espa?a -@survivalesp
El medioambiente no es algo separado de nosotros; nosotros estamos dentro de ¨¦l y ¨¦l est¨¢ dentro de nosotros. Nosotros lo creamos y ¨¦l nos crea a nosotros
El medioambiente no es algo separado de nosotros; nosotros estamos dentro de ¨¦l y ¨¦l est¨¢ dentro de nosotros. Nosotros lo creamos y ¨¦l nos crea a nosotros
Hace unos d¨ªas celebr¨¢bamos un a?o m¨¢s el D¨ªa de la Tierra. Una jornada para rendir homenaje al planeta que habitamos y concienciar sobre la apremiante necesidad de cuidar de su inmensa, pero menguante, biodiversidad. M¨¢s all¨¢ de las celebraciones y las declaraciones de buenas intenciones, ?vamos por buen camino? A la vista salta que no. La nefasta amenaza del cambio clim¨¢tico y la huella ecol¨®gica humana han pasado del acecho al hecho y sus tremendas consecuencias se hacen sentir ya en buena parte del globo.
La destrucci¨®n de las selvas y entornos naturales avanza sin freno al amparo de un sistema insaciable que cuantifica su ¨¦xito en beneficios econ¨®micos. Y aunque cada vez se crean m¨¢s parques naturales, reservas y ¨¢reas protegidas con la intenci¨®n de salvaguardar regiones de gran valor ecol¨®gico, lo cierto es que los indicios constatan que el modelo vigente de conservaci¨®n medioambiental no funciona como debiera.
Survival International denuncia que muchos pueblos ind¨ªgenas y tribales est¨¢n siendo expulsados ilegalmente de sus tierras ancestrales en nombre de la conservaci¨®n de la naturaleza, o forzados a abandonarlas. Los ¡°refugiados de la conservaci¨®n¡±, personas que han sido despojadas de sus territorios, modos y medios de vida, se cuentan por millones. El modelo actual de protecci¨®n medioambiental no solo no est¨¢ alcanzando sus objetivos, si no que est¨¢ violando derechos ind¨ªgenas y generando sufrimiento y dolor evitables.
De forma habitual se habla de "zonas v¨ªrgenes" como si hubieran permanecido intactas desde el origen de los tiempos, cuando en realidad buena parte de ellas son tierras ancestrales de pueblos ind¨ªgenas que las han habitado, gestionado y modelado haciendo posible su inmensa riqueza actual. Yosemite, Yellowstone o Serengueti son solo algunos ejemplos de supuestas "¨¢reas pristinas". Sus habitantes originarios fueron expulsados a la fuerza cuando se convirtieron en parques nacionales, como si su mera presencia humana fuera a arruinar la integridad de sus h¨¢bitats. Sin embargo algunos "humanos" s¨ª son bienvenidos a las "zonas v¨ªrgenes", como los turistas ¨¢vidos de fotos y aventuras que circulan en jeeps por las reservas de tigres m¨¢s famosas del mundo o los cazadores de trofeos que a cambio de grandes sumas de dinero pueden cazar incluso elefantes.
Parad¨®jicamente, los ind¨ªgenas que han propiciado la conservaci¨®n de estos parajes de extraordinaria biodiversidad ven pisoteados sus derechos y son forzados a marcharse. Quienes resisten se enfrentan a arrestos y palizas, tortura y muerte. Sociedades cazadoras-recolectoras pasan de la noche a la ma?ana a ser tachadas de ¡°furtivas¡± y se las condena a la hambruna pese a haber convivido con la fauna y cazado de forma sostenible para alimentar a sus familias desde tiempos inmemoriales.
Survival International denuncia a trav¨¦s de su campa?a Los parques necesitan a los ind¨ªgenas casos actuales de abusos contra los derechos ind¨ªgenas en nombre de la conservaci¨®n de la naturaleza. En Camer¨²n los ¡°pigmeos¡± bakas sufren abusos rutinarios y graves por parte de guardabosques que dependen del apoyo econ¨®mico del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). En Botsuana, cuyo presidente es miembro de la junta de Conservaci¨®n InternacionaI (CI), a los bosquimanos se les proh¨ªbe la caza de subsistencia y son forzados a marcharse de sus tierras bajo la excusa de preservar a los animales salvajes, pese a que se fomenta la caza de trofeos y se permite la apertura de una mina de diamantes en su territorio. En la India, pueblos tribales est¨¢n siendo expulsados ilegalmente de sus tierras para abrir reservas de tigres que luego se explotan tur¨ªsticamente.
A la luz de las cr¨ªticas, las organizaciones conservacionistas han adoptado sobre papel en los ¨²ltimos a?os medidas "amigables" con los pueblos ind¨ªgenas y reconocen la necesidad de obtener su consentimiento libre, previo e informado en proyectos de ¨¢reas protegidas, tal y como contempla el derecho internacional. Pero sobre terreno la realidad dista de los compromisos alcanzados por escrito.
La conservaci¨®n de la naturaleza es m¨¢s necesaria que nunca, pero urge un modelo eficaz que funcione y coloque a los pueblos ind¨ªgenas y su medio en el centro. Para que pueda alcanzar sus objetivos es fundamental que respete sus derechos y tenga en cuenta su ingente conocimiento sobre los entornos que los han visto nacer, prosperar y desarrollarse, y con los que han establecido una profunda conexi¨®n material y espiritual. No es casualidad que el 80% de las ¨¢reas m¨¢s biodiversas de la Tierra sean o hayan sido el hogar de pueblos ind¨ªgenas. Hasta la fecha han demostrado ser los mejores guardianes del mundo natural.
¡°Las iniciativas de Survival para integrar la conservaci¨®n con los derechos ind¨ªgenas y su participaci¨®n son m¨¢s que bienvenidas. Estos asuntos son de gran importancia y estas iniciativas merecen un s¨®lido apoyo¡±. Noam Chomsky, 2014.
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