La dictadura del No Ha Lugar
En la Rep¨²blica Dominicana, la brecha entre los protegidos por un nombramiento y todos los dem¨¢s es cada vez m¨¢s amplia y descarada
El mes pasado, el senador dominicano F¨¦lix Bautista fue favorecido con un No Ha Lugar tras ser acusado por la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica de corrupci¨®n, enriquecimiento il¨ªcito, lavado de activos y falsedad de escritura p¨²blica y privada. Su expediente de corrupci¨®n es el m¨¢s grande en la historia del pa¨ªs caribe?o relacionado con un pol¨ªtico y el ojo de un hurac¨¢n medi¨¢tico, que lleva ya dos o tres a?os, gracias al cual hemos conocido la fant¨¢stica historia de un humilde sastre que se convirti¨® en millonario con empresas privadas paralelas a su desempe?o como empleado p¨²blico.
La sociedad civil recibi¨® el No Ha Lugar con modestas muestras de rabia y agotamiento y el eterno ¡°te lo dije¡± de los que saben que la impunidad se ha convertido en parte del bot¨ªn corsario del nuevo PLD, organizaci¨®n que hace m¨¢s de una d¨¦cada abandon¨® las ben¨¦volas intenciones de su fundador, el profesor Juan Bosch.
Pero esta impunidad bendice no solo a una caterva de altos funcionarios que compran minijets y mansiones con el dinero p¨²blico, sino tambi¨¦n a los medianos y peque?os miembros del partido cuyos cr¨ªmenes, tambi¨¦n de menor estatura, son perdonados por una red de No Ha Lugares curiosamente efectiva y puntual en un pa¨ªs donde nada funciona.
Esta brecha entre los protegidos por un nombramiento y todos los dem¨¢s es cada vez m¨¢s amplia y descarada, y estos privilegios judiciales son el peligroso andamiaje sobre el que se parapeta un r¨¦gimen para el que ciertos derechos civiles se otorgan con un cargo.
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