Discapacidad y revoluci¨®n en T¨²nez
El trabajador de la FIIAPP cuenta c¨®mo afront¨® el reto de desplegar pol¨ªticas con los colectivos m¨¢s vulnerables en un periodo de convulsi¨®n social y pol¨ªtica
Cuando llegu¨¦ a T¨²nez, en las navidades de 2011, la transici¨®n hab¨ªa hecho que todos los aspectos de la vida en T¨²nez fueran pol¨ªticos: la forma de vestir de mujeres y hombres, c¨®mo se llevaba la barba o el pelo, qu¨¦ mezquita frecuentabas, la radio que escuchabas, el peri¨®dico que le¨ªas¡ y tambi¨¦n la discapacidad. El desafiante contexto de la transici¨®n pol¨ªtica y la vulnerabilidad de las pol¨ªticas de discapacidad, anteriormente bajo la tutela directa de Ben Ali, motivaron que la discapacidad dejara de figurar entre las prioridades de la Administraci¨®n. Sin embargo, en el mismo contexto de la Revoluci¨®n pronto surgieron nuevas organizaciones de j¨®venes con discapacidad que quer¨ªan denunciar los abusos anteriores, reformar las instituciones preexistentes, e igualmente se produjeron disensiones dentro de las grandes organizaciones cl¨¢sicas, la construcci¨®n de nuevos liderazgos asociativos, nuevas reivindicaciones de participaci¨®n y transparencia¡
Hace un a?o que dej¨¦ el pa¨ªs. Viv¨ª y trabaje all¨ª durante dos a?os y cuatro meses como experto de la Fundaci¨®n Internacional y para Iberoam¨¦rica de Administraci¨®n y Pol¨ªticas P¨²blicas (FIIAPP). Tuve la inmensa fortuna profesional y personal de vivir pr¨¢cticamente toda la transici¨®n pol¨ªtica desde el interior de la Administraci¨®n tunecina y en contacto directo con su sociedad civil, y m¨¢s concretamente con uno de los colectivos m¨¢s vulnerables: las personas con discapacidad.
Llegu¨¦ a T¨²nez en una situaci¨®n privilegiada, como consejero residente de un proyecto de hermanamiento de la Uni¨®n Europea: los llamados twinnings, en argot comunitario. Se trata de una herramienta de cooperaci¨®n institucional de la Comisi¨®n Europea, que en Espa?a gestiona la FIIAPP, que pretende favorecer el acercamiento de la gesti¨®n administrativa y las pol¨ªticas p¨²blicas entre los pa¨ªses vecinos de la Uni¨®n. En mi caso, se trataba de apoyar el desarrollo de pol¨ªticas de inclusi¨®n de personas con discapacidad en el nuevo marco que impone la Convenci¨®n de Naciones Unidas.
Aprovech¨¦ el par¨¦ntesis vacacional de las Navidades de 2011 para realizar la mudanza y el traslado de mi familia. Al iniciar enero, ya est¨¢bamos all¨ª los cinco con un gusto de aventura en todos los sentidos, a pesar de estar s¨®lo a dos horas de avi¨®n de Madrid. Esas semanas nos recibi¨® el mayor temporal invernal registrado desde que en T¨²nez se recog¨ªan datos meteorol¨®gicos, incluida la mayor nevada en el interior del pa¨ªs en 40 a?os. Ser¨ªa un presagio de que las cosas no resultar¨ªan tan f¨¢ciles como hab¨ªamos pensado.
Despu¨¦s de unos inicios muy dif¨ªciles sin poder realmente establecer una interlocuci¨®n efectiva con nuestros socios de la Administraci¨®n tunecina, poco a poco pudimos ir orientando el trabajo a trav¨¦s de una serie proyectos-piloto en materia de educaci¨®n inclusiva y programas de empleo. Los avances se produjeron sobre todo gracias a la acci¨®n de un grupo de organizaciones de la sociedad civil que, siguiendo el modelo del CERMI espa?ol, se constituyeron en un potente lobby de presi¨®n que permiti¨® regularizar la situaci¨®n laboral de los trabajadores de los casi 300 centros de atenci¨®n a las personas con discapacidad con que cuenta T¨²nez, y pactar con el Ministerio de Asuntos Sociales un nuevo cuadro de financiaci¨®n estable basado en objetivos e indicadores de calidad.
Se puede apoyar la revoluci¨®n tunecina del Jazm¨ªn perdi¨¦ndose este verano por sus playas, monta?as y desiertos, compartiendo sus riquezas arqueol¨®gicas y naturales
Este momento fue sin duda el punto de inflexi¨®n del proyecto, ya que permiti¨® crear un nuevo ambiente en el que, a pesar de las dificultades y discusiones, se hab¨ªa generado de nuevo una estructura b¨¢sica.
Sin embargo, el contexto general puso, de nuevo, las cosas dif¨ªciles al estallar una primera oleada de violencia pol¨ªtica que comenz¨® en junio de 2012 y que culminar¨ªa seis meses m¨¢s tarde con el asesinato del abogado de derechos humanos y diputado de la izquierda laica Chokri Belaid, aunque quiz¨¢s a efectos internacionales el episodio m¨¢s conocido fuera el asalto y destrucci¨®n de la Embajada de Estados Unidos.
Personalmente, esas vivencias me retrotrajeron a mi infancia en la transici¨®n pol¨ªtica espa?ola. Al ver a mis hijos disfrutar divertidos de los d¨ªas sin colegio que se sucedieron en estas situaciones, me recordaba a m¨ª mismo disfrutando de momentos similares en la Espa?a de los setenta, mientras no era capaz de ver en los ojos de mis padres la preocupaci¨®n que viv¨ªan, como espero que mis hijos no la vieran en m¨ª en esos momentos.
Finalmente, logramos elaborar un documento de estrategia nacional de la discapacidad; formamos un grupo de unas 30 personas para afrontar la reforma de la educaci¨®n especial y llevamos proyectos piloto de esta reforma en cinco escuelas de T¨²nez y su ¨¢rea metropolitana. Incluimos en los proyectos piloto de educaci¨®n inclusiva a padres, madres y maestros, inspectores educativos y dimos oportunidades a muchas personas, como Kauser.
En el caso de las pol¨ªticas de empleo para personas con discapacidad, intentamos romper su marginalidad en el mercado laboral poni¨¦ndolas en contacto con las empresas, mejorando los programas de capacitaci¨®n profesional y sensibilizando a los empresarios acerca de las ventajas que puede tener la diversidad en las plantillas. La experiencia de Fundaci¨®n Inserta fue clave en ese sentido. Y formamos en cada provincia un peque?o equipo sociolaboral que podr¨ªa atender de manera coordinada a las personas con discapacidad.
A pesar de ello, muchas cosas quedaron por hacer, pero me march¨¦ de T¨²nez con la satisfacci¨®n de haber dado lo m¨¢ximo de m¨ª en un contexto muy dif¨ªcil que los tunecinos compartieron con generosidad conmigo y con mi familia.
Me fui de T¨²nez amando el pa¨ªs, amando a sus gentes, su clima, su cultura, sus calles¡ Y con el sabor agridulce de querer participar a¨²n m¨¢s y mejor en ese esp¨ªritu de reforma que me invadi¨® dos a?os y cuatro meses atr¨¢s, cuando llegu¨¦ por primera vez al pa¨ªs. El futuro de T¨²nez es el futuro de todos los que vivimos a orillas del Mediterr¨¢neo, por eso sufr¨ª con los tunecinos con el atentado del maravilloso museo de El Bardo. Y por eso quiero utilizar estas l¨ªneas para invitar a todos a apoyar la Revoluci¨®n tunecina del Jazm¨ªn perdi¨¦ndose este verano por sus playas, monta?as y desiertos. Compartiendo sus riquezas arqueol¨®gicas y naturales. Beber un vino Kurubis o una cerveza Celtia mirando el azul milenario del Golfo del Cartago, y consolidar de esta manera la libertad y la dignidad de nuestros vecinos, y la nuestra.
Diego Bl¨¢zquez es experto de la Fundaci¨®n Internacional y para Iberoam¨¦rica de Administraci¨®n y Pol¨ªticas P¨²blicas (FIIAPP).
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