La migraci¨®n, una experiencia positiva
He aqu¨ª algunas sugerencias de c¨®mo deber¨ªa ser una actuaci¨®n correcta para lograr que la decisi¨®n de trabajar en otro pa¨ªs sea meditada y con posibilidades de ¨¦xito
Pienso que la migraci¨®n es el m¨¢s controvertido de los temas relacionados con la ayuda al desarrollo. Tanto es as¨ª que no estamos seguros de c¨®mo abordar la tem¨¢tica: Sabemos que hay que trabajar "a favor" de los derechos de las minor¨ªas y "en contra" de los abusos a la infancia. Pero, cuando hablamos de migraci¨®n no tenemos claro qu¨¦ terminolog¨ªa es la correcta. ?Debemos actuar "en contra" o "a favor" de ella?
Muchas veces nos centramos en los pa¨ªses receptores de esa inmigraci¨®n a la hora de enfocar la problem¨¢tica. Pero, ?qu¨¦ significa la migraci¨®n para los pa¨ªses emisores? ?Qu¨¦ consecuencia tiene para el que emigra y para su entorno?
Durante los a?os 2008 y 2009 monitore¨¦ un proyecto implantado, en parte, por una organizaci¨®n internacional especializada en migraciones internacionales. Se trataba de un modelo de migraci¨®n estacional rotativo. El proyecto consist¨ªa en llevar a trabajadores de varias ciudades de Colombia hasta Espa?a. All¨ª, ¨¦stos trabajar¨ªan en la recolecci¨®n de melones piel de sapo. Una vez acabado el periodo de recolecci¨®n, los trabajadores volv¨ªan a su pa¨ªs. Al a?o siguiente, los colombianos reiniciaban el ciclo volviendo a Espa?a cuando comenzaba de nuevo la recolecci¨®n de los melones.
?Qu¨¦ significa la migraci¨®n para los pa¨ªses emisores? ?Qu¨¦ consecuencia tiene para el emigrante y su entorno?
Visit¨¦ Colombia al final del proyecto y pude comprobar los efectos reales del mismo. Me entrevist¨¦ con varios trabajadores colombianos que hab¨ªan participado en el programa y recuerdo, en concreto, el caso de Mar¨ªa y de Evelyn.
Mar¨ªa me recibi¨® en su casa de Cali. Por lo miserable de la vivienda (una casita con una sola pieza con dos literas en la que dorm¨ªan varias personas), pens¨¦ que la experiencia migratoria de Mar¨ªa no fue tan satisfactoria. Ella y su familia segu¨ªan viviendo en la pobreza. Mar¨ªa me explic¨® la historia de su hijo Pedro. ?l era un adolescente cuando ella viaj¨® a Espa?a la primera vez. Los padres de Mar¨ªa se hab¨ªan quedado a su cuidado. As¨ª, ¨¦l iba a la escuela. Tanto el ni?o como los abuelos mejoraron su nivel de vida gracias a los ingresos adicionales que Mar¨ªa les enviaba bajo forma de remesas.
Todo parec¨ªa id¨ªlico hasta que una madrugada Mar¨ªa recibi¨® una llamada de su madre. Llorando le comentaba que Pedro hab¨ªa sido detenido por la polic¨ªa. Hab¨ªa tenido una pelea y hab¨ªa disparado a otro joven con un arma. ?De d¨®nde sac¨® Pedro la pistola? Mar¨ªa hab¨ªa vivido enga?ada por sus familiares. Sus padres, ya ancianos, no pod¨ªan lidiar con el chico quien, tras la partida de su madre, se hab¨ªa vuelto rebelde. Abuelos y nieto llegaron a un acuerdo: se repartir¨ªan las remesas enviadas por su madre. Ellos mentir¨ªan a Mar¨ªa asegur¨¢ndole que el hijo iba a la escuela y ten¨ªa una vida normal y Mar¨ªa quedar¨ªa tranquila. Pablo abandon¨® la escuela y se dedic¨® a actividades inciertas cuyo fruto ya conocemos. Mientras Mar¨ªa estaba fuera y, tras el acuerdo con su nieto, los abuelos gozaban de un poco m¨¢s de dinero para vivir con algo m¨¢s de holgura. Pedro cumpl¨ªa condena en una c¨¢rcel colombiana. Su madre, Mar¨ªa, no pod¨ªa contener las l¨¢grimas al relatarlo.
El otro caso que me sorprendi¨® es el de Evelyn. Ella vive en Medell¨ªn. Afortunadamente, su familia no sufri¨® ninguna tragedia como la de Mar¨ªa. Evelyn viaj¨® a Espa?a dos a?os con el proyecto de migraci¨®n circular. Con lo recaudado en sus viajes a Espa?a, ella compr¨®, para su hijo mayor, un impresionante equipo musical y equipamiento deportivo (ch¨¢ndal, zapatillas de deporte¡) de marca. A su hija de seis a?os, le renov¨® el vestuario completo. A los pocos d¨ªas de volver, la madre hab¨ªa gastado todo el dinero que con tanto esfuerzo hab¨ªa ganado en Espa?a. El dinero fue gastado en bienes de consumo que a medio y largo plazo no mejorar¨ªan su vida. ?Mereci¨® la pena incurrir en tantos riesgos, sacrificios y complicaciones por un beneficio tan reducido? Recordemos que la mayor parte de la educaci¨®n que recibe un ni?o proviene de sus progenitores. Los hijos del migrante pagan un alto precio en t¨¦rminos educativos (y de protecci¨®n) al ser obligados a renunciar a la presencia de sus padres.
Los inmigrantes colombianos en Espa?a se limitaban a introducir melones en cajas de cart¨®n; poco aprendizaje se pod¨ªa sacar de eso
M¨¢s cr¨ªticas. Primera: los inmigrantes son los primeros en sufrir las crisis econ¨®micas en los pa¨ªses receptores. Tras la crisis econ¨®mica de Espa?a del 2008, los empresarios agr¨ªcolas contrataban mano de obra espa?ola, mucho m¨¢s accesible (y por tanto m¨¢s barata). Muchos de los trabajadores colombianos que contaban con viajar tres o cuatro a?os a Espa?a, no volvieron a hacerlo.
Segundo: el proyecto ten¨ªa como objetivo secundario que los trabajadores colombianos aprendieran de t¨¦cnicas agr¨ªcolas que pudieran serles de posterior utilidad en Colombia. La realidad, sin embargo, es que se limitaban a introducir melones en cajas de cart¨®n durante toda su jornada laboral. Poco aprendizaje se pod¨ªa sacar de eso.
Podemos dividir las experiencias migratorias en dos categor¨ªas: las positivas (aquellas en las que la situaci¨®n final es mejor que la inicial para todos los actores implicados) y las negativas (aquellas en las que dicha situaci¨®n es peor).
Para aumentar el n¨²mero de experiencias migratorias positivas, los pa¨ªses receptores deber¨ªan trabajar m¨¢s en los pa¨ªses donde la migraci¨®n se origina. En concreto habr¨ªa que llevar a cabo m¨¢s acciones de concienciaci¨®n dirigidas a aquellos individuos que pretender migrar. Esas acciones deber¨¢n explicar la realidad a la que los migrantes deber¨¢n hacer frente. Tambi¨¦n, brindar acompa?amiento al migrante y a su entrono antes, durante y despu¨¦s de su experiencia migratoria. Y, por ¨²ltimo: identificar a aquellos migrantes cuyo perfil corresponda con el efectivamente buscado en los pa¨ªses de destino. Ellos tendr¨¢n m¨¢s posibilidades de vivir una experiencia migratoria positiva.
Miguel Forcat Luque es economista y trabaja para la Comisi¨®n de la Uni¨®n Europea. El prop¨®sito de este art¨ªculo fue escrito por el autor por su propio nombre y no refleja necesariamente el punto de vista de la instituci¨®n para la que trabaja. El prop¨®sito de este art¨ªculo no compromete la responsabilidad de esta instituci¨®n.
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