Clinton y los hispanos

Aunque no voten, el destino de 11 millones de personas, inmigrantes sin papeles, se presenta como uno de los factores decisivos en la carrera para determinar qui¨¦n ser¨¢ la persona que ocupar¨¢ la presidencia de Estados Unidos a partir de enero de 2017. Y as¨ª lo ha entendido correctamente la precandidata dem¨®crata Hillary Clinton al anunciar su intenci¨®n de regularizar a estas personas. Asume de esta forma como propio uno de los proyectos m¨¢s emblem¨¢ticos de Obama, que choc¨® contra el muro opositor republicano en el Congreso.

Con su declaraci¨®n de intenciones, Clinton ha vuelto a dar sobradas muestras de conocimiento del juego pol¨ªtico. Por un lado, es la primera vez que se reafirma ante su propio electorado dem¨®crata: seg¨²n las encuestas, un 55% de los hispanos le volver¨ªan la espalda en las urnas en el caso de no apoyar esta regularizaci¨®n masiva. Por otra parte, asesta un golpe de imagen al que puede ser su rival republicano, Jeb Bush, casado con una mexicana, hispanoablante y habitual defensor de legislaciones que favorecen a los inmigrantes. La regularizaci¨®n es apoyada por la mayor¨ªa de los estadounidenses, independientemente del grupo al que pertenezcan.

Hillary Clinton ha lanzado una apuesta clara por la inclusi¨®n. Los republicanos deber¨ªan ahora recoger el guante, aunque hasta ahora han dado muestras de seguir enrocados, sin entender que la inmigraci¨®n no es una cuesti¨®n secundaria ni un simple motivo de disputa partidista entre los poderes ejecutivo y legislativo en EE?UU. La respuesta que Washington d¨¦ a este problema tendr¨¢ trascendencia tambi¨¦n fuera de sus fronteras.

La otra gran derivada de este anuncio es la constataci¨®n de la importancia que tendr¨¢ la comunidad hispana en la elecci¨®n presidencial de 2016. Una minor¨ªa en plena expansi¨®n en n¨²mero e influencia. As¨ª lo ha entendido Hillary Clinton.