Nueve razones y media para ir al Primera Persona
Este fin de semana la literatura eg¨®latra (y canalla) toma el CCCB de Barcelona
Los festivales literarios tienen algunas ventajas sobre los musicales. A saber: no se sirve J?germeister; no hay que hacer trekking para llegar al escenario, que suele ser un recogido auditorio, y ¨¦ste, adem¨¢s, no lleva un nombre corporativo; no se pierde la cobertura del m¨®vil y adem¨¢s, a partir de ciertas horas, la atm¨®sfera de vicio y sedici¨®n es la misma o peor. Esto ¨²ltimo como m¨ªnimo es cierto en el Primera Persona, el certamen que celebra la narrativa del yo en los libros y las canciones y que lleva ya cuatro a?os juntando a gente interesante y cara de ver en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona ¨Cy agotando entradas en casi todas sus sesiones¨C. En los ¨²ltimos a?os han pasado por all¨ª Junot D¨ªaz, Jonathan Lethem, Sheila Heti, Jonathan Ames y Ben Brooks entre muchos otros y se han vivido momentos emocionantes (Gerald Love, de Teenage Fanclub, Manolo, de Astrud) y descacharrantes (Ra¨²l Cimas). La cuarta edici¨®n del certamen que idearon los periodistas y escritores Miqui Otero y Kiko Amat arranca hoy y aqu¨ª hay algunos motivos para no perd¨¦rsela.
1. Hacer ver como que entiendes todo lo que cantan los Sleaford Mods. Si los Small Faces y Wu Tang Clan tuvieran un hijo¡ser¨ªa un horror. Pero los Sleaford Mods no lo son. El d¨²o de punk hop tan ilustrado como macarra ha conseguido cabrear a todo el establishment musical brit¨¢nico, de Paul Weller a Noel Gallagher y reserva sus mejores rimas para machacar a sus enemigos, reales e imaginarios.
2. El discurso de Caitlin Moran. La cara m¨¢s popular del posfeminismo estrena serie, Raised by Wolves, y novela, C¨®mo se hace una chica (Anagrama) y ambas demuestran que ¡°ser uno mismo¡± est¨¢ sobrevalorado. Moran habla a 300 palabras por minuto y al menos cincuenta de ellas est¨¢n en may¨²scula, as¨ª que verla en directo ser¨¢ un espect¨¢culo.
3. ?Porno! Jordi Costa volver¨¢ a vivir algo similar a la vez que visit¨® el Sal¨®n Er¨®tico de Lisboa ¨Cerotismo e divers?o¨C y charlar¨¢ sobre el nuevo porno con algunas de sus estrellas m¨¢s destacadas, Max Cort¨¦s, Evita de Luna, Amarna Miller y Ratpenat.
4. Cotillear. Al verdadero curioso nada le gusta m¨¢s que entrar en la casa de alguien. Bueno, s¨ª, una cosa: entrar en la casa de los padres de alguien. A eso se expondr¨¢n Mar Coll, Llucia Ramis, Carlos Pardo y Miguel ?ngel Ortiz, que compartir¨¢n los recuerdos sobre los hogares de su infancia.
5. Hacerse el duro frente a Richard Price. Nada de blandirle ejemplares en busca de aut¨®grafos o pedirle selfies al autor de The Wire y La vida f¨¢cil. ?ltimamente, la cr¨ªtica le ha canonizado por The Whites, la novela que a¨²n no se ha publicado en Espa?a, pero aqu¨ª se le celebrar¨¢ m¨¢s por The Wanderers, su cl¨¢sico juvenil sobre las pandillas del Bronx.
6. Honrar a los mayores. Jos¨¦ Luis Cuerda y Eduardo Mendoza charlar¨¢n sobre el papel del humor en sus respectivas obras y Kiko Veneno simplemente hablar¨¢ y cantar¨¢ su obra. Pero habr¨¢ humor, seguro. Y adem¨¢s actuar¨¢ en un escenario dise?ado por su hijo, el pintor Ad¨¢n L¨®pez, Akimoski.
7. Rendirse a varias generaciones de la m¨²sica brit¨¢nica. En s¨®lo dos d¨ªas pasar¨¢n por el CCCB los 70, con John Langford, el l¨ªder de The Mekons ¨Cel documental que cuenta la historia de esta banda de postpunk, Revenge of The Mekons, gan¨® el pasado festival In-Edit¨C, los 80, con The Monochrome Set, el grupo sin el cual no hubieran existido los Smiths, y los 90, con la actuaci¨®n de Laetitia Sadier, de Stereolab.
8. Descubrir a Todd McEwen. Con Las cinco m¨¢quinas simples, Autom¨¢tica Editorial ha traducido por primera vez al espa?ol al escritor californiano que mezcla en sus relatos dos materiales altamente inflamables: el sexo y la risa.
9. Escuchar ¡°el Internet¡±. Por separado, Noel Ceballos y El Hematocr¨ªtico se reaparten el Internet en espa?ol. Juntos, son Los Hermanos Podcast y hacen uno de los mejores shows de radio de la pen¨ªnsula. Lo grabar¨¢n en directo y con el escritor Daniel Ausente de invitado.
9 y media. Poder contarlo. ?O no est¨¢n para eso los festivales?
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