Va de culo
Mientras en el Met unas estrellas acud¨ªan a Fuman Ch¨² como referencia otras optaron por volverse jarrones Ming, estrat¨¦gicamente desnudas y vestidas a la vez
Hay eventos que se convierten en m¨ªticos ante nuestros ojos. Es lo que ha sucedido este a?o en la escalinata del Museo Metropolitano en Nueva York. Esta primavera el Instituto de Moda del citado museo ha travestido un evento social en un acontecimiento sociol¨®gico. Desde hace m¨¢s de 30 a?os, esta gala inaugura una exposici¨®n volcada a un dise?ador o a una etapa hist¨®rica en la moda. Pero este a?o se ha transformado en un desfile del lujo, la exuberancia y quiz¨¢s de la creatividad m¨¢s desnortada, algo que todos consumimos como si fuera un fascinante circo.
El tema de la exposici¨®n era China a trav¨¦s de un espejo, una clara demostraci¨®n que la nueva y pujante China comunista es la mayor consumidora de glamour, marcas y lujo del planeta. Mientras unas estrellas acud¨ªan a Fuman Ch¨² como referencia otras optaron por volverse aut¨¦nticos jarrones Ming, estrat¨¦gicamente desnudas y vestidas a la vez. Y como siempre sucede con la moda se cre¨® la tendencia y el esc¨¢ndalo. Beyonc¨¦, Kim Kardashian y Jennifer Lopez decidieron ajamonar la mayor competencia de culos en el hemisferio occidental, algo todav¨ªa inalcanzable todav¨ªa en el oriente. A unos les resulta una tortura china la vulgar combinaci¨®n de encaje y piel apretada. A otros les vigoriza. Con la que se mont¨® en Espa?a cuando Carla Bruni y Letizia Ortiz ascendieron por las peque?as escaleras de Zarzuela, la imagen de las nuevas tres gracias, Beyonc¨¦, Jennifer y Kim, viene a decirnos que en Am¨¦rica todo es m¨¢s grande, m¨¢s arriba, m¨¢s ce?ido y a otra escala. M¨¢s all¨¢ de las transparencias y jirones tambi¨¦n pudimos constatar que la moda internacional y sus clientes todav¨ªa observan a China como algo misterioso. Una combinaci¨®n de 50 sombras de Grey con 50 D¨ªas en Pek¨ªn. JLo y Donatella Versace posaron cogidas de la mano, confirmando la llegada de la avanzadilla zombi chic. O una nueva Pandilla Basura. Y es que a la moda nunca le gusta encorsetarse en una sola tendencia, prefiere o devora la acumulaci¨®n de varias. En la escalera del Met hubo culos vivos y zombis a medio vestir, quiz¨¢s escapados de las torturas de Fuman Ch¨² o quiz¨¢s como alegor¨ªa de la escasa libertad de expresi¨®n en China.
Madonna, que es siempre la m¨¢s cerebral de las celebridades, no se decant¨® por las transparencias, ella ya lo hizo antes de que JLo supiera hablar ingl¨¦s, sino por una suerte de traje-capa Vampirella con inscripciones achinadas. Como buena zombi, Madonna solo se dejaba fotografiar junto a otras zombis del col¨¢geno y persiguiendo esa provocaci¨®n l¨¦sbica de la cual ella es casi una pionera. JLo y Donatella la imitaron. Puede entenderse como poder femenino. O el hecho de que hoy, en la moda, humor y horror van de la mano.
La escalera del Museo Metropolitano no ha sido el ¨²nico evento de la semana. No ser¨ªa mala idea que en los Parlamentos auton¨®micos se dedicaran un rato a risas y charleta comentando los modelos, para evitar momentos pol¨ªticos tan horrorosos como el bullying al que fue sometida la portavoz de Podemos en el Parlamento andaluz. Lo m¨¢s tranquilizador que le espetaron fue ¡°C¨¢llate ya, bonita¡±. Sospechamos que si Teresa Rodr¨ªguez pudiera aparecer con uno de los trajes de la escalera del Met, a esos parlamentarios machistas se les helar¨ªa la sangre. La moda a veces incomoda pero siempre abre y cierra bocas. Y bolsillos. Y aunque la todav¨ªa no presidenta, Susana D¨ªaz, habr¨¢ sentido que tenia que hacer un gesto y opt¨® por librarse de las medias que usaba incluso bajo el sol m¨¢s justiciero de Sevilla. Pero no es suficiente, Susana, ahora habr¨ªa que corregir esa conducta cuartelaria de tus compa?eros.
Tambi¨¦n pareciera que los de Podemos, quiz¨¢s porque son una tendencia nueva, quiz¨¢s porque el aparato institucional se esfuerza en hacerles bullying de todo tipo, deber¨ªan ascender por la escalera del Palacio de San Telmo, sede del Parlamento andaluz, en plan thriller.
Quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa en el Met organicen una gala sobre Espa?a vista a trav¨¦s de sus cuentas en Suiza y a ver qu¨¦ tipo de transparencias se llevan en la escalera. Y, sobre todo, quienes nos representar¨ªan, porque los representantes ser¨ªan muchos y variopintos. Hay de todo, pol¨ªticos, deportistas, celebridades A, B, C o Z. Una infanta, dos tesoreros, tres exministros, 40 exalcaldes.
Es necesaria mucha seguridad en esa escalera para defender esas pintas. Adem¨¢s ahora, con el fe¨ªsmo, se est¨¢ poniendo de moda arrojar comida a las personas p¨²blicas. Al cantante Adam Levine, uno de los varones m¨¢s guapos de la televisi¨®n americana, le arrojaron un paquete de harina. Y a Nicol¨¢s Maduro le lanzaron un mango en mal estado durante un discurso en Caracas, seg¨²n numerosas cuentas de Twitter venezolanas, donde la red social es como un canal de televisi¨®n. Y a Cristina Cifuentes, que como D¨ªaz es probable que tenga que gobernar en compa?¨ªa de alguien no tan bien vestido como ella, se le escapo lo de que en su partido no es que hubiera manzanas podridas sino melones podridos, casi sugiriendo un nombre de banda a alg¨²n reto?o de Luis B¨¢rcenas o de Rodrigo Rato. El hecho es que en t¨¦rminos de fruter¨ªa, comer alimentos podridos podr¨ªa dejarte el cuerpo preparado para uno de esos Versace zombi chic de la escalera del Met o del Parlamento. Eso s¨ª, con un buen culo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.