Coachella, ?postureo o innovaci¨®n?
El festival es m¨¢s que fotos de famosos y palos de selfie. Gerardo Cart¨®n estuvo en la ¨²ltima edici¨®n y nos lo cuenta.
Dicen las malas lenguas que Coachella es mero postureo, y que la m¨²sica juega un papel secundario en el festival que se celebra desde hace quince a?os en el desierto de Indio.
?Ay! Qu¨¦ atrevida es la ignorancia y cuanto pelafust¨¢n de tecla f¨¢cil arremete contra el que, hoy por hoy, no solo ha sido el mejor cartel internacional del a?o -con permiso de Glastonbury y Primavera Sound-, sino tambi¨¦n el modelo a seguir para promotores de todo el orbe en cuanto a c¨®mo equilibrar artistas consagrados con j¨®venes valores del pop y la EDM para un p¨²blico joven que reclama la m¨²sica de su momento.
Coachella no solo sabe programar como ning¨²n otro festival, sino que act¨²a como incubadora y campo de pruebas para el futuro de todos los festivales que quieran sobrevivir los pr¨®ximos a?os en cualquier punto del planeta.
En 2015, la media de edad de los asistentes al festival ha bajado unos diez a?os, y los veintea?eros han superado a los treinta?eros por primera vez en mucho tiempo. ?Ya era hora, no? ?O pensamos que los festivales son un coto reservado a los que llevamos m¨¢s de veinte a?os asistiendo a los mismos y ya somos ¡°expertos¡± en la materia? ?Desde cu¨¢ndo la M?SICA con may¨²sculas tiene que ser una asignatura y no un fiel reflejo de los gustos de la juventud y de los tiempos que corren?
En Coachella se aprende a?o tras a?o, y el festival act¨²a como term¨®metro de las nuevas tendencias sociales que llegar¨¢n a Europa en el pr¨®ximo lustro. En este sentido, Estados Unidos sigue siendo el pa¨ªs joven y desprejuiciado que alumbr¨® movimientos como el Punk y el Grunge y, mal que les pese a algunos, la EDM se ha postulado como el ¨²ltimo fen¨®meno musical de masas que ha llegado a aquellos Young americans a los que cantaba Bowie en los 80.
"?No es l¨ªcito para un chaval de veinte a?os no querer ver a los grupos que van a ver sus padres?"
Este a?o ha sido realmente impactante ver c¨®mo Kaskade, Madeon o New World Punx reventaban los escenarios en los que actuaban, congregando a mucho m¨¢s p¨²blico que otros artistas de relumbr¨®n como Alt-J, Jack White o los mism¨ªsimos AC/DC. Y yo me pregunto¡ ?No es esto hasta cierto punto ¡°normal¡±? ?No es l¨ªcito para un chaval o chavala de veinte a?os no querer ver a los grupos que van a ver sus padres y reclamar lo que les toca a ellos por edad y circunstancia?
Lo que no es l¨®gico es que la m¨²sica est¨¦ dirigida por cincuentones, puesto que la juventud siempre ha dictado las tendencias en esta disciplina art¨ªstica. Pero lo que es todav¨ªa m¨¢s surrealista es que esta vieja guardia quiera imponer sus gustos y tradiciones, negando los de las nuevas generaciones porque s¨ª. Porque es comercial. Porque es electr¨®nica. Porque no tocan instrumentos.
?No ser¨¢ que es porque se han hecho ustedes mayores, cr¨ªticos musicales y se?ores de la industria?
Este a?o en Coachella he visto c¨®mo la chavalada colaba ¡°palos de selfi¡± en el recinto como si de un acto vand¨¢lico se tratara, c¨®mo padres e hijos iban juntos a bailar con David Guetta, ¡°unidos¡± por el happy house, c¨®mo la gente joven apenas beb¨ªa alcohol y mucho menos se drogaba para disfrutar de esa M?SICA con may¨²sculas que a?o tras a?o crece y se desarrolla en el desierto californiano.
Este a?o, una vez m¨¢s, he visto el mundo cambiar a trav¨¦s de este festival. S¨ª, el del postureo y los famosos.
La vida es cambio, y Coachella, una vez m¨¢s, ha vuelto a ponerle banda sonora a la metamorfosis de la cris¨¢lida.
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