Si Corea del Norte es un fen¨®meno pop, es que nos hemos vuelto locos
Potencia nuclear descontrolada. Pa¨ªs bajo el yugo de la m¨¢s cruel dictadura. Y, ahora, tambi¨¦n, escenario par¨®dico. Algo se nos est¨¢ escapando
¡°Si llego a saber de los horrores que tuvieron lugar en los campos de concentraci¨®n nazis, no hubiera hecho El Gran Dictador. Jam¨¢s hubiese bromeado con la locura homicida de los nazis¡±. Esto escrib¨ªa Charles Chaplin en su autobiograf¨ªa publicada en 1964. Chaplin hab¨ªa recibido presiones de los gobiernos alem¨¢n y brit¨¢nico, y una descomunal cantidad de cr¨ªticas desde el mismo Hollywood, cuando se supo de su intenci¨®n de acometer el proyecto de una cinta en la que se parodiara el descomunal egocentrismo que implica cualquier r¨¦gimen totalitarista y personalista, utilizando como ejemplo a un tipo que se parec¨ªa mucho a Adolf Hitler. Cincuenta a?os despu¨¦s de que el cineasta manifestara sus remordimientos al respecto de una de sus obras m¨¢s celebradas, se estrenaba la cinta The interview. Ya sabe, ese desprop¨®sito en el que Seth Rogen y James Franco llegan hasta Corea del Norte para acabar con la vida del amado l¨ªder.
La pel¨ªcula lleg¨® envuelta por la pol¨¦mica, pero no porque hiciera mofa de un r¨¦gimen como el norcoreano, que mantiene a 25 millones de humanos en la esclavitud, con m¨¢s de un 60% de su poblaci¨®n malnutrida, un arsenal nuclear fuera de control y unos 120.000 presos pol¨ªticos, sino por el ataque cibern¨¦tico que sufri¨® Sony, la productora de la pel¨ªcula, y lo divertido que nos result¨® a todos que Kim Jong-un se enfadara y anunciara algo parecido a una plaga b¨ªblica para todo el mundo occidental. Cuando Sony decidi¨® seguir adelante con el estreno, Rogen agradeci¨® a Amy Pascal, capo de la compa?¨ªa, que hubiese tenido ¡°las pelotas para seguir adelante con el estreno del filme¡±.
Estamos hablando del sitio m¨¢s triste y hasta m¨¢s peligroso del planeta. Cuesta mucho vivir all¨ª, es dur¨ªsimo¡±
Suki Kim, profesora infiltrada en Corea del Norte
?¡°No es una cuesti¨®n de pelotas. Para nada¡±, interviene Suki Kim, autora de Sin ti, no hay nosotros (Blackie Books), un volumen en el que esta surcoreana que emigr¨® a EE UU con 13 a?os narra el tiempo que pas¨® en Corea del Norte dando clases de ingl¨¦s a los miembros de la ¨¦lite local. ¡°Lo que sucede all¨ª es una crisis humanitaria descomunal, un desastre. No entiendo c¨®mo a partir de eso se ha armado una broma global. Desde incluso un punto de vista ego¨ªsta, Corea del Norte es una potencia nuclear. Tiene armas de destrucci¨®n masiva apunt¨¢ndonos en manos de gente loca, chalada, peligrosa. Nos hemos olvidado de eso. Cuando uno no sabe mucho del otro, tiende a re¨ªrse de ¨¦l. Es como en la escuela, cuando te r¨ªes del raro. Y Corea del Norte es ese chaval peque?o con gafas del que todos hemos decidido hacer mofa. Un corte de pelo curioso no es raz¨®n suficiente para todo esto. Estamos hablando del sitio m¨¢s triste y hasta peligroso del planeta. Cuesta mucho vivir all¨ª, es dur¨ªsimo. Una mierda¡±.
La misma opini¨®n sobre el pa¨ªs asi¨¢tico mantiene el periodista Peter Walker, actual reportero para The Guardian, y anteriormente corresponsal de France Presse y CNN en Pek¨ªn y Hong Kong. ¡°Corea del Norte no es un lugar divertido. Puede que sea raro, pero no es gracioso. De acuerdo, la agencia de noticias local reporta constantemente noticias sobre milagros obrados por el amado l¨ªder, habla de c¨®mo la cocina norcoreana es celebrada en todo el mundo y dem¨¢s sandeces, pero todo esto termina minado por un estado que es una tragedia en toda regla. Lo que me parece curioso de este estado de cachondeo al respecto del pa¨ªs es que se ha tornado como algo casi oficial. No son s¨®lo los lectores quienes comentan lo absurdo de esto, crean memes o abren cuentas en Twitter parodiando a los dictadores norcoreanos, sino que son los mismos peri¨®dicos los que publican con regularidad listas con hechos peculiares del pa¨ªs, algo que, la verdad, no veo nunca en piezas que tratan sobre Siria, la Rep¨²blica Centroafricana o Libia. No es que me moleste que se r¨ªan de los reg¨ªmenes totalitarios, es que destacar s¨®lo lo absurdo de aquel gobierno, sin resaltar tambi¨¦n su maldad, s¨®lo nos cuenta un 1% de la historia¡±.
Lo curioso de esto es que hacemos broma de un pa¨ªs en el que algunas personas intuyen qu¨¦ es McDonald¡¯s, pero no tienen ni idea de que se trata de una gente que hace hamburguesas, porque ellos saben que la hamburguesa la invent¨® el anterior amado l¨ªder, Kim Jong Il, quien tambi¨¦n era capaz de hacer crecer a los enanos ¨Cde forma literal, aqu¨ª no hay nada figurado¨C y de embocar once hoyos seguidos en un solo golpe el primer d¨ªa que cogi¨® un palo de golf. De un sitio en el que, seg¨²n relata Suki Kim en su libro, si alguien que ha ido de vacaciones a China, se r¨ªen de ¨¦l porque eso es inconcebible. Un lugar en el que muy poca gente posee un televisor, y los pocos que tienen uno muchas veces no pueden encenderlo porque la poca potencia de la electricidad no lo permite.
S¨®lo hay un canal de televisi¨®n y todas las noticias versan sobre el amado l¨ªder. Un sitio en el que el estado est¨¢ tan empe?ado en ocupar todas las horas del d¨ªa de sus s¨²bditos con el fin de que no se les ocurra tener ni media idea propia, que puede mandarles custodiar una estatua del amado l¨ªder durante toda la noche cuando las temperaturas rozan los 40 grados negativos. Un gobierno que posee campos de trabajo en Siberia, adonde manda a laborar bajo r¨¦gimen de esclavitud a s¨²bditos s¨®lo de m¨¢s de 40 a?os y con familia e hijos, para que as¨ª no tengan la tentaci¨®n de escapar. Un r¨¦gimen que ha logrado hacer creer a su gente que en el resto del mundo todos hablan coreano. Y donde se monitorizan todas las llamadas telef¨®nicas. No existe Internet, solo una Intranet rellenada con informaci¨®n provista por el Partido de los Trabajadores.
Es un pa¨ªs con menos kil¨®metros asfaltados que la ciudad de Detroit. Un lugar donde pueden ejecutarle si le pillan viendo una telenovela surcoreana, a no ser, claro, que usted sea aquel guardacostas norcoreano que hace diez a?os capt¨® por casualidad en su transistor la emisi¨®n de una radionovela surcoreana justo en el momento en el que el protagonista se quejaba de que no encontraba un lugar para aparcar el coche. Como en su mente era inconcebible que hubiera tantos veh¨ªculos como para dificultar tal empresa, volvi¨® a la base convencido de las mentiras del vecino del sur. El r¨¦gimen le llev¨® de gira para que contara su historia como ejemplo de la maldad inherente al (d¨ªscolo) hermano del sur. A pesar de ser un lugar tan paup¨¦rrimo como para que todo esto pueda suceder a la vez, Hollywood lo ha elegido como su nuevo antagonista preferido. Pero no porque aparente temerle, sino porque, como recuerda Alyssa Rosenberg, periodista del Washington Post, ¡°la industria del cine no quiere enfrentarse a enemigos militares que cree que son m¨¢s peligrosos, como China o Rusia, pa¨ªses que, adem¨¢s, tambi¨¦n resulta que son enormes mercados emergentes poblados por millones de personas que pueden comprar entradas para ver las pel¨ªculas que produce¡±.
La industria del cine no quiere enfrentarse a enemigos que cree que son m¨¢s peligrosos, como China o Rusia¡±
Alyssa Rosenberg, del 'Washington Post'
Cuenta la leyenda que Kim Jong Il pose¨ªa una colecci¨®n de 30.000 DVD¡¯s, todos facilitados por sus diplom¨¢ticos en Nueva York y Pek¨ªn. En ella estaban todas las cintas ganadores de un Oscar. Era fan de Elizabeth Taylor y James Bond. Lleg¨® a estar tan convencido de la importancia pol¨ªtica del cine que en 1978 decidi¨® relanzar la decadente producci¨®n cinematogr¨¢fica de su pa¨ªs ¨Ctodas las pel¨ªculas norcoreanas de la ¨¦poca ten¨ªan la peculiaridad de contar con una protagonista femenina de mucho car¨¢cter¨C mandando secuestrar a la actriz surcoreana Choi Eun-Hee y a su marido, el director Shin Sang-Ok. Los tuvo retenidos y creando sin parar durante ocho a?os, hasta que ambos lograron escapar. Tal era la creencia del antiguo amado l¨ªder en el poder del cine que, cuando ve¨ªa su muerte cerca, emiti¨® para todo el pa¨ªs El rey le¨®n ¨Cdebe ser la reproducci¨®n pirata m¨¢s vista de la historia, pues dudamos que Disney hubiera cedido los derechos¨C, esperando que la historia de la cinta les convenciera de la idoneidad de su hijo y no de su hermano como leg¨ªtimo sucesor.
Pero su descendencia, el taimado Kim Kong-un, no parece estar tan interesado en la cultura como arma de propaganda. Prefiere el sadismo, como se demostr¨® con la ejecuci¨®n en diciembre de 2013 de su t¨ªo, Jang Song-thaek, en p¨²blico y sirvi¨¦ndose de una ametralladora antia¨¦rea. O como recientemente han informado los servicios de inteligencia de Corea del Sur con la ejecuci¨®n de Hyon Yong-chol, n¨²mero dos de las fuerzas armadas del pa¨ªs. Acusaci¨®n: comportamiento ¡°irrespetuoso¡±. O con su amistad con el baloncestista retirado y enloquecido Dennis Rodman. O incluso con el hecho de que, como recuerda Paul Fischer, autor del libro A Kim Jong Il production (Una producci¨®n de Kim Jong Il), en el que recorre la obsesi¨®n del viejo y a¨²n amado l¨ªder por el s¨¦ptimo arte, ¡°el joven dictador ha puesto a todos los miembros del brillante estudio de arte y cinematograf¨ªa norcoreano a producir animaci¨®n, pues es m¨¢s b¨¢ratro y f¨¢cil de controlar¡±. As¨ª pues, si el asunto The interview hubiese sucedido bajo el mandato de Kim Jong Il y no de su v¨¢stago, en vez de responder con algo tan zafio como un pu?ado de amenazas apocal¨ªpticas y un hackeo masivo, Corea del Norte hubiera secuestrado a James Cameron y Sandra Bullock. Entonces, nadie se hubiese re¨ªdo de ¨¦l. Todos se lo habr¨ªan agradecido.
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