De 'punks' y violencia neonazi: as¨ª es el otro Cannes
La pel¨ªcula Green Room ha dejado boquiabierto a un p¨²blico acostumbrado a verlo todo. No es la primera vez que le ocurre a su director, Jeremy Saulnier
Jeremy Saulnier acaba de dejar sin respiraci¨®n a los espectadores de la Quincena de realizadores de Cannes y no es la primera vez que lo hace. Con Green Room, ha logrado que un buen grupo de gente bregada en ver toda clase de propuestas gritara como adolescentes en un autocine. La pel¨ªcula que ha tra¨ªdo una experiencia cinematogr¨¢fica real al imperio del postureo f¨ªlmico muestra a una banda de punk sin mucha suerte, a la que sale un bolo en medio de la nada. Su p¨²blico resulta ser un pu?ado de neonazis y sus perros rabiosos y, cuando los m¨²sicos se convierten en testigos inconvenientes de un hecho inesperado, la cosa se pone fea. Pero que muy muy fea. Es como una de zombies, pero con cabezas rapadas y una inteligente aproximaci¨®n a la violencia en el cine.
"Crec¨ª en Virginia en los 90, en la era anterior a la matanza de Columbine. Mis amigos y yo grab¨¢bamos peliculas gore en VHS, jug¨¢bamos en la calle a matarnos los unos a los otros con armas de juguete y a nadie parec¨ªa importarle. Luego alguien cruz¨® una l¨ªnea y todo cambi¨®. Los medios de comunicaci¨®n y el cine se volvieron muy cautelosos. Tambi¨¦n ten¨ªa una banda punk. En realidad yo solo gritaba en el micro y mis amigos tocaban. Pero al menos con esta pel¨ªcula he recuperado todos mis mitos de la juventud y a la gente le ha gustado. Es como un sue?o", nos cuenta la ma?ana despu¨¦s de su ovacionada presentaci¨®n en Cannes.
En 2007 Saulnier hab¨ªa debutado tras la c¨¢mara con Murder Party, una cinta de terror ir¨®nico que, al igual que Scream (1996), homenajea a John Carpenter. Solo que esta vez las v¨ªctimas son un pu?ado de hipsters de Williamsburg. El cineasta, que vive y rueda en el barrio desde mucho antes de que se pusiera y pasara de moda, recibi¨® buenas cr¨ªticas por su primer trabajo, pero no el empuj¨®n definitivo en su carrera. Cuando en 2013 al estadounidense le hicieron poco menos que la ola en Cannes no se lo pod¨ªa creer.
Macon Blair es su actor fetiche, adem¨¢s de amigo de la infancia. Cuenta con una fisionom¨ªa que lo sit¨²a m¨¢s cerca del estilo de actores de Steve Buscemi o William H. Macy que de la categor¨ªa de Brad Pitt y Michael Fassbender. Es sin duda una competencia que en definitiva resulta tanto o m¨¢s dura que la de los guapos de Hollywood. Cineasta y actor hab¨ªan perdido la esperanza de dar el gran salto en la industria cuando rodaron en 2013 el tenso thriller Blue Ruin, la historia que les rondaba por la cabeza desde hac¨ªa 20 a?os. Fue m¨¢s un brindis al sol que una ¨²ltima intentona, aunque para hacerlo realidad el director recurri¨® a sus ahorros y los de su esposa y a Kickstarter. Ten¨ªa que lograr el ¨²ltimo pellizco para alcanzar el presupuesto necesario. "En realidad no fue muy dif¨ªcil financiar la pel¨ªcula. Simplemente sacamos la chequera y lar tarjetas de cr¨¦dito y tiramos adelante. Aunque, evidentemente, no es as¨ª como funciona". Los fondos eran tan reducidos que Saulnier tuvo que hacer de su propio director de fotograf¨ªa.
Cuenta que un d¨ªa, mientras se dirig¨ªa a rodar uno de los v¨ªdeos corporativos por encargo con los que pagaba la hipoteca y las m¨²ltiples deudas que arrastraba, se enter¨® que el Festival de Cine de Cannes iba a proyectar Blue Ruin en una de sus secciones paralelas, atra¨ªdos por la originalidad en la mirada de Salunier y la humanidad que desprend¨ªa Blair, un vecino de al lado convertido en h¨¦roe del cine de acci¨®n.
La historia que hab¨ªa rechazado el Festival de Sundance triunfaba de improviso en Francia y a partir de ese momento todo fueron alabanzas para su trabajo, incluso el certamen estadounidense recitific¨® incluy¨¦ndola en su edici¨®n londinense un a?o despu¨¦s. Hasta el todopoderoso Harvey Weinstein, cuyas buenas (o malas) artes dieron el Oscar a Pen¨¦lope Cruz, decidi¨® encargarse de distribuir la pel¨ªcula en Estados Unidos. Eso hizo que financiar Green Room fuera m¨¢s sencillo y que el reparto lo formaran valores en alza de Hollywood como Anton Yelchin, Imogen Poots y Alia Shawkat, adem¨¢s del m¨ªtico Charles Xavier de X-Men, Patrick Stewart.
Ahora que regresa a la Croisette con su nuevo trabajo, los asistentes al certamen han estado atentos a lo que el estadounidense ten¨ªa que ofrecer. Y no se han decepcionado, contagiados por el entusiasmo genuino que hay en su forma de hacer cine. "He esperado toda mi carrera a que alguien influyente pusiera el sello de aprobaci¨®n a lo que hago para que las puertas se abrieran. Por vez primera tengo varias ofertas en la mesa y puedo decidir el siguiente paso a tomar", celebra Saulnier.
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