¡°Creo que estoy enojado con este tiempo y que el hambre es la s¨ªntesis de todo lo que me enoja¡± (Martin Caparros ¨C El Hambre)
El pasado mes de abril se celebr¨® en Oviedo el ¡°II Encuentro de la Alianza contra el hambre y la Malnutrici¨®n de Espa?a¡±, un evento organizado por la ACHM-E que en esta edici¨®n tuvo como principal tema de debate la b¨²squeda de ¡°soluciones para la reducci¨®n del desperdicio alimentario". Y es que como hemos denunciado en este blog en varias ocasiones, una de las paradojas m¨¢s terribles de nuestro tiempo est¨¢ relacionada con la comida: cada d¨ªa mueren miles de personas de hambre (y muchas otras no tienen acceso a una alimentaci¨®n digna) y al mismo tiempo despilfarramos un tercio de la comida que producimos. O dicho de otro modo: si hay hambre en el mundo no es por falta de alimentos.
Con el fin de lograr un debate plural y rico en sensibilidades, la ACHM-E invit¨® a estas jornadas a representantes del sector empresarial, de la administraci¨®n p¨²blica, de la sociedad civil y de diversas organizaciones no lucrativas como Feedback, Feeding Zaragoza, Banco de Alimentos de Asturias, Medicus Mundi, Cruz Roja o Nutrici¨®n Sin Fronteras. Las principales conclusiones de estas jornadas ser¨¢n publicadas pr¨®ximamente, pero a continuaci¨®n resumo las cuestiones que, como participante de estas jornadas, me parecieron m¨¢s relevantes:
1) El hambre, la malnutrici¨®n y el despilfarro de comida no son inevitables. Podemos acabar con ellos. Lo primero que hay que hacer es ponerlos en la agenda y convertirlos en una prioridad.
2) Para acabar con el despilfarro de comida lo m¨¢s importante es que la gente sea consciente del problema. Lo que no comunica no existe, y por desgracia demasiada gente desconoce cu¨¢nta comida se tira.
3) El problema de la transparencia. Una gran parte del despilfarro de comida sucede de forma ¡°invisible¡±. ?Cu¨¢nta comida tiran los supermercados? ?Cu¨¢ntos kilos de frutas y hortalizas se quedan el campo sin ser recogidos? Es importante cuantificar estas p¨¦rdidas y que todos los actores publiquen datos que puedan ser contrastados por organismos independientes. Lo que no se mide no existe.
4) Adem¨¢s de publicar datos, los supermercados y las empresas de alimentaci¨®n tienen que implicarse m¨¢s activamente en la reducci¨®n de despilfarro. No se trata solo de que limiten las p¨¦rdidas que producen ellos directamente, sino que tambi¨¦n han de modificar todas aquellas pr¨¢cticas que provocan despilfarro en origen. Por ejemplo, las toneladas de tomates que se quedan en la huerta porque no responden a los criterios de est¨¦tica que emplean algunos supermercados.
5) El poder del consumidor. Acabar con el despilfarro depende en gran medida de nosotros. Lo record¨® Pepe Esquinas en una de las charlas: podemos hacer de nuestra cesta de la compra un carro de combate y elegir productos que respeten ciertos valores (por ejemplo, fruta fea).
Un ¨²ltimo apunte. Al t¨¦rmino de las jornadas, alguno de los asistentes disfrutamos de una apetitosa comida en la Cocina Econ¨®mica, una maravillosa asociaci¨®n ben¨¦fica que facilita alimentaci¨®n sana y nutritiva a las personas sin recursos. Gran parte de los ingredientes que usan son excedentes cedidos por supermercados y otras organizaciones. No cabe sino felicitar a todas las personas que lo hacen posible: un proyecto que lucha contra el hambre y contra el despilfarro. Sin embargo, resulta preocupante saber que en los ¨²ltimos a?os la cantidad de personas que comen gracias a la Cocina Econ¨®mica y otras organizaciones similares no ha dejado de crecer en Espa?a. S¨ª, es gratificante ver la solidaridad de la sociedad civil, pero a la vez produce sonrojo constatar como la caridad est¨¢ sustituyendo a la justicia social. ?Acabar con el hambre no deber¨ªa ser una prioridad de cualquier gobierno decente? Como sugiri¨® alguno de los participantes de este ¡°II Encuentro de la Alianza contra el hambre y la Malnutrici¨®n de Espa?a¡±, el derecho a una alimentaci¨®n digna deber¨ªa formar parte de la Constituci¨®n Espa?ola. Solo falta voluntad pol¨ªtica.
Comentarios
Escasez de recursos siempre hubo. Sucede que las Madres de los pasados siglos se las rebuscaban para dar de comer a su numerosa familia. As¨ª los galaicos bien sabemos de los caldos que hac¨ªan nuestras Abuelas. La cuesti¨®n que la gente no pasaba hambre y deb¨ªan realizar faenas que demandaban fuerza y habilidad. Ahora la gente se conforma con hamburguesas, que no son mas que un rejunte de carnes sobrantes de los cortes que se venden en las carnicer¨ªas, cuya textura conlleva mas del 50% de grasas. Cuando un plato de lentejas, te aporta mucho mas nutrientes que cualquier carne de la mejor calidad.
Al menos los vendedores de frutas y hortalizas que conozco. todos van dejando en sus veredas aquello que se ha seleccionado para descartar, de modo que la gente que pasa por el lugar bien puede aprovechar esos saldos y lo que nadie lleva se lo aprovechan quienes cr¨ªan emplumados.
Como familias o cocineros individuales muchas veces es m¨¢s dif¨ªcil ajustar el desperdicio que si hablamos de restaurantes por ejemplo. Pero si aun siendo poco lo hici¨¦ramos todos se notar¨ªa mucho. Muchas abuelas todav¨ªa tienen la costumbre de guardar todas las sobras y no tirar nada, pero cada vez m¨¢s esta pr¨¢ctica se est¨¢ olvidando. Otra cuesti¨®n importante a destacar son los hoteles, que ofrecen buffets libres en los que los hu¨¦spedes se sirven platos y platos de comida hasta arriba para poder "probar" todo el men¨². Pero como es de esperar, los clientes no pueden comerse ni la mitad de lo que se han servido y todo va a la basura. Es una verdadera l¨¢stima.Adem¨¢s, en nuestro pa¨ªs todav¨ªa no est¨¢ muy extendido el hecho de llevarse de un restaurante la comida que nos ha sobrado de nuestro plato. Algo que la mayor¨ªa de gente no hace pero que casi todos los restaurantes ofrecen. Es una gran satisfacci¨®n poder salir de comer o cenar con un plato para alguien que lo necesite y ellos lo agradecen de coraz¨®n. Todos deber¨ªamos estar concienciados con este tema tan importante a nivel mundial.
Sabemos que existe un gran despilfarro de comida en numerosos pa¨ªses del mundo, pero no sabemos cuanto. Es como todo¡ hasta que no lo vemos no nos lo creemos. Seguimos viviendo en nuestra burbuja ajenos a una realidad social que cada vez se incrementa mas, como es el dif¨ªcil acceso que tienen persona de nuestro pa¨ªs a la comida. Si, porque no hay que irse mucho m¨¢s lejos. Espa?a en los ¨²ltimos a?os ha visto como sus comedores sociales se han llenado de familias de clase media, pudientes y trabajadoras. Familias que han preferido priorizar y dar de comer a sus hijos en comedores antes que quedarse sin sus casas. No paramos de ver a madres avergonzadas de tener que hacer eso para dar, quiz¨¢s, la ¨²nica comida del d¨ªa a sus hijos. Y lo de los supermercados es lamentable. Kilos y kilos de comida en buen estado que se tiran a la basura porque la fecha de caducidad est¨¢ pr¨®xima y eso ya no vale para el consumidor. Comida empaquetada que acaba en contenedores para ser desperdiciada. Ante esto, los estados deber¨ªan de crear pol¨ªticas de gesti¨®n y cambiar, o intentar cambiar por lo menos, este modelo que impera desde hace a?os.
Escasez de recursos siempre hubo. Sucede que las Madres de los pasados siglos se las rebuscaban para dar de comer a su numerosa familia. As¨ª los galaicos bien sabemos de los caldos que hac¨ªan nuestras Abuelas. La cuesti¨®n que la gente no pasaba hambre y deb¨ªan realizar faenas que demandaban fuerza y habilidad. Ahora la gente se conforma con hamburguesas, que no son mas que un rejunte de carnes sobrantes de los cortes que se venden en las carnicer¨ªas, cuya textura conlleva mas del 50% de grasas. Cuando un plato de lentejas, te aporta mucho mas nutrientes que cualquier carne de la mejor calidad.
Al menos los vendedores de frutas y hortalizas que conozco. todos van dejando en sus veredas aquello que se ha seleccionado para descartar, de modo que la gente que pasa por el lugar bien puede aprovechar esos saldos y lo que nadie lleva se lo aprovechan quienes cr¨ªan emplumados.
Como familias o cocineros individuales muchas veces es m¨¢s dif¨ªcil ajustar el desperdicio que si hablamos de restaurantes por ejemplo. Pero si aun siendo poco lo hici¨¦ramos todos se notar¨ªa mucho. Muchas abuelas todav¨ªa tienen la costumbre de guardar todas las sobras y no tirar nada, pero cada vez m¨¢s esta pr¨¢ctica se est¨¢ olvidando. Otra cuesti¨®n importante a destacar son los hoteles, que ofrecen buffets libres en los que los hu¨¦spedes se sirven platos y platos de comida hasta arriba para poder "probar" todo el men¨². Pero como es de esperar, los clientes no pueden comerse ni la mitad de lo que se han servido y todo va a la basura. Es una verdadera l¨¢stima.Adem¨¢s, en nuestro pa¨ªs todav¨ªa no est¨¢ muy extendido el hecho de llevarse de un restaurante la comida que nos ha sobrado de nuestro plato. Algo que la mayor¨ªa de gente no hace pero que casi todos los restaurantes ofrecen. Es una gran satisfacci¨®n poder salir de comer o cenar con un plato para alguien que lo necesite y ellos lo agradecen de coraz¨®n. Todos deber¨ªamos estar concienciados con este tema tan importante a nivel mundial.
Sabemos que existe un gran despilfarro de comida en numerosos pa¨ªses del mundo, pero no sabemos cuanto. Es como todo¡ hasta que no lo vemos no nos lo creemos. Seguimos viviendo en nuestra burbuja ajenos a una realidad social que cada vez se incrementa mas, como es el dif¨ªcil acceso que tienen persona de nuestro pa¨ªs a la comida. Si, porque no hay que irse mucho m¨¢s lejos. Espa?a en los ¨²ltimos a?os ha visto como sus comedores sociales se han llenado de familias de clase media, pudientes y trabajadoras. Familias que han preferido priorizar y dar de comer a sus hijos en comedores antes que quedarse sin sus casas. No paramos de ver a madres avergonzadas de tener que hacer eso para dar, quiz¨¢s, la ¨²nica comida del d¨ªa a sus hijos. Y lo de los supermercados es lamentable. Kilos y kilos de comida en buen estado que se tiran a la basura porque la fecha de caducidad est¨¢ pr¨®xima y eso ya no vale para el consumidor. Comida empaquetada que acaba en contenedores para ser desperdiciada. Ante esto, los estados deber¨ªan de crear pol¨ªticas de gesti¨®n y cambiar, o intentar cambiar por lo menos, este modelo que impera desde hace a?os.
Escasez de recursos siempre hubo. Sucede que las Madres de los pasados siglos se las rebuscaban para dar de comer a su numerosa familia. As¨ª los galaicos bien sabemos de los caldos que hac¨ªan nuestras Abuelas. La cuesti¨®n que la gente no pasaba hambre y deb¨ªan realizar faenas que demandaban fuerza y habilidad. Ahora la gente se conforma con hamburguesas, que no son mas que un rejunte de carnes sobrantes de los cortes que se venden en las carnicer¨ªas, cuya textura conlleva mas del 50% de grasas. Cuando un plato de lentejas, te aporta mucho mas nutrientes que cualquier carne de la mejor calidad.
Al menos los vendedores de frutas y hortalizas que conozco. todos van dejando en sus veredas aquello que se ha seleccionado para descartar, de modo que la gente que pasa por el lugar bien puede aprovechar esos saldos y lo que nadie lleva se lo aprovechan quienes cr¨ªan emplumados.
Como familias o cocineros individuales muchas veces es m¨¢s dif¨ªcil ajustar el desperdicio que si hablamos de restaurantes por ejemplo. Pero si aun siendo poco lo hici¨¦ramos todos se notar¨ªa mucho. Muchas abuelas todav¨ªa tienen la costumbre de guardar todas las sobras y no tirar nada, pero cada vez m¨¢s esta pr¨¢ctica se est¨¢ olvidando. Otra cuesti¨®n importante a destacar son los hoteles, que ofrecen buffets libres en los que los hu¨¦spedes se sirven platos y platos de comida hasta arriba para poder "probar" todo el men¨². Pero como es de esperar, los clientes no pueden comerse ni la mitad de lo que se han servido y todo va a la basura. Es una verdadera l¨¢stima.Adem¨¢s, en nuestro pa¨ªs todav¨ªa no est¨¢ muy extendido el hecho de llevarse de un restaurante la comida que nos ha sobrado de nuestro plato. Algo que la mayor¨ªa de gente no hace pero que casi todos los restaurantes ofrecen. Es una gran satisfacci¨®n poder salir de comer o cenar con un plato para alguien que lo necesite y ellos lo agradecen de coraz¨®n. Todos deber¨ªamos estar concienciados con este tema tan importante a nivel mundial.
Sabemos que existe un gran despilfarro de comida en numerosos pa¨ªses del mundo, pero no sabemos cuanto. Es como todo¡ hasta que no lo vemos no nos lo creemos. Seguimos viviendo en nuestra burbuja ajenos a una realidad social que cada vez se incrementa mas, como es el dif¨ªcil acceso que tienen persona de nuestro pa¨ªs a la comida. Si, porque no hay que irse mucho m¨¢s lejos. Espa?a en los ¨²ltimos a?os ha visto como sus comedores sociales se han llenado de familias de clase media, pudientes y trabajadoras. Familias que han preferido priorizar y dar de comer a sus hijos en comedores antes que quedarse sin sus casas. No paramos de ver a madres avergonzadas de tener que hacer eso para dar, quiz¨¢s, la ¨²nica comida del d¨ªa a sus hijos. Y lo de los supermercados es lamentable. Kilos y kilos de comida en buen estado que se tiran a la basura porque la fecha de caducidad est¨¢ pr¨®xima y eso ya no vale para el consumidor. Comida empaquetada que acaba en contenedores para ser desperdiciada. Ante esto, los estados deber¨ªan de crear pol¨ªticas de gesti¨®n y cambiar, o intentar cambiar por lo menos, este modelo que impera desde hace a?os.
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