¡®La gesta de mayo¡¯
La presidenta de Argentina utiliza la ret¨®rica para velar una desastrosa gesti¨®n econ¨®mica
Este pasado 25 de mayo, la plaza de Mayo en Buenos Aires estuvo tan llena de nostalgia kirchnerista que no hubo lugar para los h¨¦roes patrios. Tan ocupada estuvo la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner en recalcar sus logros que no record¨® que la celebraci¨®n no era por un nuevo aniversario de la asunci¨®n presidencial de su difunto esposo, sino por el primer Gobierno patrio, hace 205 a?os.
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Una l¨¢stima: 1810 fue uno de esos a?os cruciales para Hispanoam¨¦rica. Un primer ¡°Gobierno patrio¡± en Buenos Aires comenz¨® el proceso de independencia en toda la regi¨®n. El deseo de refundaci¨®n republicana atrajo a muchos de los que lucharon por la libertad de Espa?a ante Napole¨®n, incluido Jos¨¦ de San Mart¨ªn, para luego luchar por el liberalismo y en contra del absolutismo del restaurado Borb¨®n Fernando VII.
La necesidad de nostalgia proselitista en la fecha de los padres fundadores de las democracias latinoamericanas tiene que ver con que 2015 tambi¨¦n es un a?o crucial. Con la campa?a para suceder a Kirchner al rojo vivo, la presidenta teme al futuro.
Hace bien en preocuparse: se vislumbran los d¨ªas en los que el aparato de propaganda ¡°nacional y popular¡± no podr¨¢ contener el peso de la realidad. El peronismo dominante en la esfera pol¨ªtica argentina tiende a reinventarse cuando lo necesita; despu¨¦s de 12 a?os de poder ininterrumpido, los deseos de continuidad kirchnerista no sobrevivir¨¢n las urnas.
En un discurso lleno de falsas dicotom¨ªas, Kirchner equipar¨® cualquier cambio con una ¡°vuelta al pasado¡±, el retorno del capitalismo salvaje y hasta las dictaduras antidemocr¨¢ticas del siglo XX. La estrategia de sembrar miedo est¨¢ desgastada; las encuestas hablan de deseos de cambio.
Ning¨²n sector necesita un cambio m¨¢s desesperadamente que la econom¨ªa. La radicalizaci¨®n heterodoxa de los Gobiernos de Cristina desde la muerte de su marido ha llevado inequ¨ªvocamente a mal puerto. Hoy existe una fuerte operaci¨®n del aparato oficial para recalcar la ¡°estabilidad y experiencia¡± del equipo econ¨®mico de Axel Kicillof, el favorito en la corte de Cristina.
La estrategia de sembrar miedo est¨¢ desgastada; las encuestas hablan de deseos de cambio
Esta operaci¨®n ¡ªcomo tantas otras¡ª no se condice con la realidad: la econom¨ªa es un desastre. El a?o 2015 ser¨¢ el tercero consecutivo en que la econom¨ªa argentina no crecer¨¢. Kirchner y Kicillof siguen hablando de ¡°una crisis mundial¡± para justificarse, pero este espejismo irreal s¨®lo sirve para defender ideas anacr¨®nicas y fallidas. La Espa?a que aman criticar crecer¨¢ mucho m¨¢s que Argentina (al menos un 2,5%); crear¨¢ nuevos trabajos (en marzo m¨¢s que EE UU, una econom¨ªa cinco veces m¨¢s grande); Argentina los destruir¨¢. En Argentina la industria acumula 21 meses de ca¨ªda ininterrumpida, y el consumo, 15 meses. Kicillof es claramente mejor favorito que ministro.
La estanflaci¨®n no s¨®lo es falta de crecimiento: la emisi¨®n del Banco Central cre¨® inflaci¨®n por encima del 20% con picos de m¨¢s del 40%. Si los salarios crecen un 27% tras un a?o de una inflaci¨®n de m¨¢s del 30%, los trabajadores perder¨¢n salario real: el Gobierno popular con alta inflaci¨®n da?a a los que menos tienen. Las mentiras estad¨ªsticas son necesarias porque es innegable que la inflaci¨®n es un fen¨®meno regresivo: los ricos la eluden, los pobres la sufren. La misma cantidad de pesos argentinos que compraban un auto en 2001 alcanzan hoy para un smartphone (ni pensar en un iPhone, dado los controles de capital e importaci¨®n).
Y ni hablar del sector exterior: Argentina permanece en suspensi¨®n de pagos luego del error no forzado en su batalla legal contra los fondos buitre de la reestructuraci¨®n de la deuda, todav¨ªa no finalizada despu¨¦s de una d¨¦cada. El coste de emitir deuda es cinco veces el de Espa?a y m¨¢s del doble que el de Bolivia. Y dadas las restricciones al comercio exterior, los socios estrat¨¦gicos de Mercosur amenazan con desmembrar el bloque para negociar tratados de libre comercio (con Europa) que esta Argentina aislada insiste en bloquear.
Se le atribuye a Talleyrand esta frase sobre los Borbones: no han aprendido nada y no han olvidado nada. Mientras Kirchner insiste en hacer o¨ªdos sordos a la realidad, el final de su mandato se acerca, ineludible. Argentina se merece m¨¢s que la ret¨®rica vac¨ªa. Y, con shock o gradualismo, la pol¨ªtica econ¨®mica necesita un cambio radical que la aleje de los radicales cuya experiencia ha sido ¡ªno hay otra palabra¡ª desastrosa.
Pierpaolo Barbieri es director ejecutivo de Greenmantle y asesor del Consejo sobre el Futuro de Europa del Instituto Berggruen para la Gobernanza. Su libro, Hitler¡¯s Shadow Empire, ser¨¢ publicado por Taurus en Espa?a en noviembre.
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