"Lo interesante es observar c¨®mo un imperio se destruye"
Nos tomamos un caf¨¦ con Lo?c Prigent, el director que filma en la sombra los ataques de ansiedad y las excentricidades de los dise?adores
Seguramente su nombre es menos conocido fuera del planeta moda, esa galaxia llena de situaciones inveros¨ªmiles y a su vez excitantes. Aunque dentro, este periodista es una referencia; lo apodan el Mediapart de la moda, en alusi¨®n a esa revista digital francesa de actualidad que, ojo, no admite anunciantes.
Lo?c Prigent es el responsable de crear documentales sobre las casas de moda m¨¢s famosas del mundo. Observa de cerca los procesos de Chanel, Marc Jacobs y Louis Vuitton, por citar algunos, justo antes de sacar sus respectivas colecciones. Vamos, le pone cara y ojos a la creaci¨®n y al por qu¨¦ de las prendas, aunque a veces los consumidores no tengan ni idea de qu¨¦ van esos trapos. Filma desde Par¨ªs pasando por Tokio y de vuelta a Nueva York. Es, muy a grandes rasgos, un trotamundos que siempre est¨¢ rodeado por toda esa tropa moderna y exc¨¦ntrica de la industria. Sin ser ¨¦l nada de eso.
¡°No he terminado de hacer documentales¡ ?si apenas he empezado!¡± sentencia, mientras llega el caf¨¦ cortado que ha pedido, ¡°?Es caf¨¦ con Baileys?¡±, bromea. O no tanto (estamos en el festival de Hy¨¦res. Y aqu¨ª el vino comienza a fluir desde el mediod¨ªa).
Prigent tiene una man¨ªa: preguntar a sus entrevistados -que pueden ir desde Donatella Versace a Sonia Rykiel o Alexander Wang- el motivo por el que trabajan en la moda. Lo l¨®gico era sentarlo en el banquillo y preguntarle sin ret¨®rica: ?de d¨®nde proviene esa fascinaci¨®n suya por filmarla y documentarla?
"Mmm, ?por qu¨¦ lo hago? Bueno, es como un gran show para la televisi¨®n ?no? Tiene una parte de belleza. Y siempre hay nuevos episodios cada temporada. Las personas que conozco son algo exc¨¦ntricas¡. A veces, durante el proceso, aparece el t¨ªpico personaje malo, luego los buenos y entre medias mucha gente creativa. Nada nunca es igual, es un ambiente un poco absurdo¡bueno, absurdo en el buen sentido".
"J'ai fait un d?ner avec elle, elle ne parlait que de filtres et de likes, elle est compl¨¨tement Instacentrique."
— Loic Prigent (@LoicPrigent) May 20, 2015
"Elle a plus de Louboutin que de neurones.
— Loic Prigent (@LoicPrigent) February 4, 2015
- Oui. Et elle n'a pas tant que ?a de Louboutin."
"La moda es muy machista. En televisi¨®n, el presentador da paso a la reportera como si dijera: 'Y, ahora, las noticias para mujeres'"
?Como una ficci¨®n, como un cuento?
?Claro, su lado dram¨¢tico me parece incre¨ªble! La moda es como una obra de teatro: tienes nuevos actos cada temporada, incluso actos que sobreviven a trav¨¦s de las d¨¦cadas; las carreras de los dise?adores, sus visiones sobre la creaci¨®n... En mi trabajo, lo m¨¢s interesante es presenciar c¨®mo un imperio se construye o se destruye, desaparece. Desde el punto de vista ¡®dram¨¢tol¨®gico¡¯ me parece que mola mucho.
"La gente em pez¨® a tomarse en serio la moda cuando vio que era un dram¨®n que mov¨ªa muchos millones de euros"
As¨ª que, principalmente, fue eso lo que me atrajo a este mundo. Poder ser testigo o entender esa idea de glamour que manejan. Esos fot¨®grafos de los a?os treinta y sus im¨¢genes sofisticadas y su visi¨®n de la feminidad¡(Se refiere a gente clave del periodo como George Hoyningen-Huene, Horst P. Horst, Man Ray, Edward Steichen¡) Es un mundo muy artificial. Me llama la atenci¨®n a m¨ª y a cualquiera. C¨®mo pod¨ªan crearlo, lo artificioso que pod¨ªa ser y, a la vez, siempre partiendo de algo real, f¨ªsico.
Te refieres a ese lado fantasioso y divertido de las publicaciones en los sesenta. La era de la editora de moda Diana Vreeland, por ejemplo, ?ese tipo de construcci¨®n visual?
"Je ne lis pas de livres ?a pourrait m'influencer."
— Loic Prigent (@LoicPrigent) May 14, 2015
?S¨ª, ese tipo de tonter¨ªa! La desverg¨¹enza y el atrevimiento de Diana Vreeland¡Me gusta mucho esa idea de poder inventarte tu propio mundo y tener la libertad de hacerlo todos los d¨ªas. Es decir, elegir que hoy se lleva el azul y que dentro de una semana sea amarillo. Y si sigues llevando todav¨ªa azul parecer¨¢s s¨²per est¨²pido porque eso ya no es guay o ya no se lleva.
Bueno, es que todo este mundo es muy arbitrario¡
Me encanta ese sin sentido. Me parece fascinante que alguien como Karl Lagerfeld pueda decidir algo y seis meses despu¨¦s est¨¦ dando la vuelta al mundo como una imposici¨®n global. Y luego dos meses m¨¢s tarde ser¨¢ desplazado por alguna otra cosa diferente.
"En la sala de edici¨®n ten¨ªa que decirles a mi compa?eros: '?pero hab¨¦is visto eso? ?Est¨¢n hist¨¦ricos!"
As¨ª es como retrata Pingent este mundo: vertiginoso, caprichoso, estandarizado y, al final, perecedero. En sus documentales encontramos presupuestos de millones de euros para diez minutos de desfile, vidas extravagantes, clientela que compra piezas valoradas en cantidades obscenas y decisiones que afectar¨¢n el trabajo y la salud mental de quienes est¨¢n subidos a un carrusel que no se detiene.
Sin embargo, algunas de sus mejores secuencias no suelen incidir en esta vida a todo tren. Por el contrario, se adentra de forma sutil e ¨ªntima en personajes que son la ant¨ªtesis de este circo de celebridades en primeras filas: las costureras, las jefas de taller, los proveedores, los ch¨®feres, las pruebas con modelos al borde del colapso por cansancio.
Siempre logras inmiscuirte en los rincones m¨¢s humanos y simples de las historias que filmas. ?Es porque es m¨¢s accesible al p¨²blico general o es tu sello como documentalista?
Sencillamente, soy mejor con el fuera de foco, me siento m¨¢s c¨®modo. Odio esas secuencias que s¨®lo se basan en hablar, hablar y hablar como si la marca estuviera emitiendo un comunicado; rollo Power Point. O esas historias tipo ¡® el ADN de las firmas de moda¡¯... Es decir, puede ser interesante tener un documental que navegue hacia lo corporativo, pero siempre intento que mi trabajo sea m¨¢s org¨¢nico y divertido. Por ejemplo, cuando hice la serie The day before con Jean Paul Gaultier, ¨¦l se explicaba directamente mientras rehac¨ªa un vestido una y otra vez, era natural y aprecio el hecho de que sucediera sin filtros¡ no hab¨ªa un cr¨ªtico o un fot¨®grafo de moda. Era su propia visi¨®n capturada en la c¨¢mara. Por eso me gusta grabar directamente al dise?ador cuando dibuja o a las costureras teniendo ataques de ansiedad...
Hablando de ataques, ? esos sonidos que insertas en las secuencias? Las sirenas, las alarmas al aparecer Anna Wintour, los t¨ªtulos sobre la imagen con frases como ¡°Peligro¡±, ¡°Cat¨¢strofe¡±,¡
Si, si, porque la moda de hecho es muy c¨®mica. La idea de los t¨ªtulos naci¨® porque estaba haciendo para Canal + unas historias muy cortas, por lo tanto si pasaba algo gracioso pod¨ªa pasar desapercibido. Tiempo despu¨¦s pens¨¦ que, efectivamente, la gente no se daba cuenta de que hab¨ªa pasado algo s¨²per c¨®mico. Pensaba en edici¨®n, ¡°?Pero habe¨ªs escuchado?, est¨¢n hist¨¦ricos, ?escuchad todos!¡± y como a veces nadie presta atenci¨®n, pues tienes que hacerles leer. (risas) Se me ocurri¨® la idea de poner frases como ¡°AAAAAHHHGGGGG¡± e ironizar, como en los t¨ªpicos subt¨ªtulos de las canciones de rap de los ochenta.
Bueno, eso. Es como una manera de alzar la voz.
O sea que incluyes acentos en situaciones donde todo va muy r¨¢pido o hablan su propio idioma codificado¡ ?eres en la moda como el ojo vigilante de Orwell?
(Risas) ?Que si soy el Gran Hermano?
S¨ª. Antes los procesos internos de la moda no estaban ventil¨¢ndose en los medios, y hoy forman parte de la industria del entretenimiento¡
S¨ª, tienes raz¨®n¡
Entretenimiento en s¨ª mismo¡
Creo que la moda era vista bajo un prisma muy superficial, pero no creo que haya sido su elecci¨®n ni que la gente que trabaja en la industria sea evasiva o solitaria. Creo que la perspectiva era de extra?eza por no entender la moda o no respetarla lo suficiente. Cuando veo muchos de los reportajes sobre moda en la tele¡ el presentador siempre es un hombre y da paso a la secci¨®n Moda con un toque de machismo del tipo, ¡°ah¨ª van las noticias para mujeres¡±, y entonces vemos en pantalla reporteras hablando sobre tendencias con un enfoque superficial.
Es muy sexista. Y las caras B de la moda no estaban documentadas porque sencillamente a los reporteros no les interesaba filmar nada que no fueran los desfiles. Creo que la cosa cambi¨® cuando empez¨® la guerra medi¨¢tica entre el grupo Kering (due?o de Gucci, Balenciaga o Saint Laurent, entre otros) y el grupo LVMH (due?os de Louis Vuitton, Dior, Givenchy, C¨¦line¡) Todos en Francia se dieron cuenta que aquello era un dram¨®n con mucho dinero de por medio. Despu¨¦s lleg¨® el aspecto repulsivo que se suscit¨® en el lujo con el porno chic, la G y todo eso.
(Se refiere a la controvertida campa?a de publicidad de Gucci con Tom Ford fotografiada por Mario Testino, donde la modelo Carmen Kass se bajaba la ropa interior y ense?aba el vello p¨²bico en forma de G con un modelo masculino arrodillado ante ella contempl¨¢ndola).
No creo que la moda haya sido t¨ªmida, m¨¢s bien que los medios no estaban tan interesados en descubrir sus historias a fondo.
?Cu¨¢l es el mensaje m¨¢s poderoso en tu trabajo?
?Pues que la gente se atreva! Tenemos todo el derecho a hist¨¦ricos de vez en cuando y deber¨ªamos hacerlo con m¨¢s frecuencia. Para los dise?adores, no lo s¨¦¡ vender la moto y hacer un desfile con dinero. La historia no deber¨ªa constar m¨¢s de tres mil euros y si eres talentoso podr¨¢s ser¡ ?Saint Laurent!
(Creo que me est¨¢ tomando el pelo a prop¨®sito)
Bueno, honestamente¡ que la creatividad fluya, abrir los ojos y divertirnos en el camino. Ese es el mensaje: divertirnos.
Creatividad, frescura y riesgo. Un distintivo esencial si queremos triunfar en un sector tan competitivo. Esta charla sucedi¨® en el marco del trig¨¦simo aniversario del Festival de Moda y Fotograf¨ªa de Hy¨¨res, Francia, donde Lo?c fue jurado. El festival es el favorito de los concoedores del sector y en ¨¦l participan dise?adores j¨®venes de todo el mundo. Annelie Schubert, franco-alemana, se alz¨® con el premio de Premi¨¨re Visi¨®n, y el catal¨¢n Guillem Rodr¨ªguez fue finalista. Un espa?ol no hab¨ªa estado en la prestigiosa lista de talentos en Hy¨¦res desde hace m¨¢s de veinte a?os.
Ya sea como jurado o entre vuelos intercontinentales, Lo?c no deja de divertirse: mantiene una legi¨®n de seguidores en Twitter, donde escribe asiduamente frases o¨ªdas en el circuito de la moda y, en honor a la verdad, se burla de todo y de todos:
¡°No digas vulgar, di elegancia disruptiva "
¡°Qu¨¦ te gustar¨ªa hacer cuando seas mayor.- Nada¡±
¡°La moda sin el cansancio, no es moda¡±
¡°Gisele Bundchen se acerc¨® a Zaha Hadid para hablar, pero doscientas coreanas se montaron alrededor gritando: el selfieapocalipsis en Chanel¡±.
Prigent empez¨® su fascinaci¨®n con la industria en aquel desfile de Dior de 2001, cuando pill¨® a Yves Saint Laurent dici¨¦ndole a Bernard Arnault (el due?o de la marca): ¡°?S¨¢came de esta estafa!¡±. Curiosamente, Lo?c y su amigo Gildas Loa?c, el fundador de la discogr¨¢fica indie Kitsun¨¦, fueron los que elaboraron el fanzine T¨ºtu, dedicado a la m¨²sica electr¨®nica. Tiempo despu¨¦s, ese nombre ser¨ªa retomado por Pierre Berg¨¦, el viudo de Saint Laurent, en formato revista LGBT.Desde entonces, no ha parado. Para la cadena franco-alemana Arte, ha filmado cada paso de dise?adores como Jeremy Scott, Proenza Schouler, Narciso Rodr¨ªguez, Lanvin o Balmain.
?Es la iron¨ªa la reina de la moda?
Jajajajajajaja ?Te refieres a la reina del planchado?
( Luega con el t¨¦rmino ¡°ironing¡±, que significa planchar en ingl¨¦s)
Claro, al planchado¡
Me encanta la iron¨ªa, sobre todo cuando es voluntaria. Pero a veces no lo es, aunque sea necesaria. Los mejores dise?adores saben de iron¨ªa y me fascina esa actitud, Karl Lagerfeld, por ejemplo¡
?Es el rey¡?
Indudablemente¡ ?el K¨¢iser!
(Aqu¨ª ya no s¨¦ si ha empleado una iron¨ªa o simplemente cumple con el protocolo)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.