Del insulto a la coalici¨®n
La vieja pol¨ªtica del c¨¢lculo partidista a corto plazo parece aquejar ya por igual a cl¨¢sicos y emergentes
En Europa, la regla es la coalici¨®n. S¨®lo 3 de los 28 tienen Gobiernos de mayor¨ªa absoluta (Reino Unido, Espa?a y Malta). Los 25 restantes cristalizan alianzas de dos o m¨¢s partidos. Aunque uno oscila: Francia, donde los verdes entran y salen sin que nadie se percate. El de Italia parece monopartido, por el ¨ªmpetu de Matteo Renzi, pero es una coalici¨®n tripartita.
En Espa?a no ha habido gobiernos centrales de coalici¨®n desde 1978. Pero s¨ª en el nivel auton¨®mico (?y en el local!), en Andaluc¨ªa, en Baleares y en otras comunidades. El m¨¢s notorio y pol¨¦mico, el tripartito de izquierdas (PSC, Esquerra, Iniciativa) que arranc¨® a Catalu?a del sempiterno cerrojo pujolista. Vale la pena ahora evaluar aquella experiencia.
Le propinaron descalificaciones por ser una ¡°coalici¨®n de perdedores¡± como si ganar en democracia parlamentaria no consistiese en disponer de mayor¨ªa suficiente, ya propia, ya a trav¨¦s de un pacto para alcanzarla: ambas v¨ªas son leg¨ªtimas. Esos insultos regurgitan hoy. En Badalona, el gana-perdedor Javier Garc¨ªa Albiol (PP, sector ultra) acusa en un texto soez a los¡±cuatro partidos que han perdido estrepitosamente¡± porque ¡°asaltan la alcald¨ªa¡±.
El tripartito catal¨¢n (2003-2010) realiz¨® una ingente obra de gobierno. Pero cosech¨® un rotundo fracaso pol¨ªtico por su vol¨¢til biso?ez (s¨ªndrome Dragon Kahn); por la carencia de un plan detallado (no lo era el del Tinell, comparado con las 180 p¨¢ginas del programa del actual Gobierno alem¨¢n democristiano/socialdem¨®crata); porque luci¨® como una coyunda de tres partidos en vez de una mayonesa hom¨®genea de varios componentes; y por su cacofon¨ªa, al carecer de discurso unificado.
La sombra de las inminentes legislativas dejar¨¢ alumbrar m¨¢s pactos de investidura que verdaderas coaliciones. La vieja pol¨ªtica del c¨¢lculo partidista a cortoplazo parece aquejar ya por igual, ay, a cl¨¢sicos y emergentes. Vieja, porque las coaliciones, bien trabadas (sean a derecha o a izquierda), dan m¨¢s estabilidad y evitan las flaquezas y errores (por control mutuo) que provocan el retorno del rival. Y a veces los peque?os devienen grandes. Willy Brandt fue vicecanciller en la grossen koalition de 1966. En 1969 gan¨® y se convirti¨® en canciller. Estamos en Europa. Pero a¨²n no nos comportamos como europeos m¨¢s que en los entreactos.
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