Galliano: ¡°Soy un alcoh¨®lico y no lo pongo como excusa¡±
El dise?ador intenta redimir sus faltas en una sinagoga de Londres, ante la oposici¨®n de parte de la comunidad jud¨ªa
¡°Soy un alcoh¨®lico, y de ninguna manera lo pongo como excusa. Sol¨ªa culpar a los dem¨¢s de lo que me suced¨ªa pero ahora asumo la responsabilidad¡±. As¨ª se present¨® John Galliano durante un seminario de moda y religi¨®n que tuvo lugar en la sinagoga central de Londres el jueves por la noche. ¡°No es f¨¢cil estar aqu¨ª¡±, admiti¨® nervioso el dise?ador, condenado por la justicia francesa y despedido de Dior por proferir insultos antisemitas. Seg¨²n relat¨® la periodista del diario de la comunidad jud¨ªa londinense Jewish Chronicle, Galliano se dirigi¨® con la voz temblorosa a una sala en tensi¨®n con opiniones divididas sobre el modisto. Un grupo de miembros de la sinagoga hab¨ªa organizado una recogida de firmas para boicotear el evento, pero la charla organizada por el rabino Barry Marcus ¨Camigo de Galliano- finalmente sali¨® adelante. ¡°?Cu¨¢ntos de ustedes podr¨ªan vivir con el constante recuerdo de sus errores? Pregunt¨® Marcus a la audiencia. ¡°Aqu¨ª tenemos a un valiente que se ha dedicado a un periodo de reflexi¨®n¡± El rabino instruy¨® a Galliano sobre el Holocausto, y le ha animado a rezar y meditar. Gracias a ¨¦l el dise?ador es ¡°m¨¢s espiritual¡±.
Con este acto de contrici¨®n el gibraltare?o pretende ultimar su rehabilitaci¨®n que llev¨® a cabo sin obst¨¢culos en la industria de la moda. Cuatro a?os despu¨¦s del incidente Galliano es part¨ªcipe de algunas de las fechas clave del calendario del sector. Ha sido nombrado el flamante director creativo de Maison Margiela, y particip¨® en la gala del Met de este a?o con un vestido a medida para Amal Clooney. Todo esto no hubiera sido posible sin su valedora la directora del Vogue estadounidense Ana Wintour y su gran amiga Kate Moss. ¡°No puedo imaginarme otra persona m¨¢s que llamase a alguien reci¨¦n salido de una cl¨ªnica de desintoxicaci¨®n para dise?ar su vestido de novia¡±, brome¨® sobre la modelo.
Sin embargo, est¨¢ pendiente su rehabilitaci¨®n moral. Sus acercamientos a la ultrajada comunidad jud¨ªa han levantado sospechas por quienes lo consideran una maniobra publicitaria. Si es as¨ª, su operaci¨®n de limpieza de imagen est¨¢ hilada hasta el ¨²ltimo detalle. El gibraltare?o lleva una vida tranquila junto a su pareja de los ¨²ltimos 15 a?os Alexis Roche en el barrio parisiense de Les Marais, el mismo lugar en el que tuvieron lugar los altercados que dieron al traste con su reputaci¨®n. Ha dejado de beber y pasa cada vez m¨¢s tiempo trabajando en el jard¨ªn de su casa de campo en la regi¨®n francesa de Auvergne. Entre semana madruga para ir a su estudio de la Maison Margiela en Par¨ªs, ataviado con traje y bata blanca, y los fines de semana pasea por mercadillos de antig¨¹edades con el hijo autista de una amiga, al que en ocasiones cuida. Sus salidas por la ciudad se limitan a cenas en restaurantes locales y florister¨ªas. Seg¨²n confes¨® a la revista Vogue es la primera vez que trabaja sobrio.
La moda, ese mundo insaciable y devorador que le hizo perder el norte, le ha vuelto a admitir entre sus filas. El dise?ador brit¨¢nico pas¨® sus tres lustros en Dior en una enrarecida burbuja, en la que compensaba el enloquecedor ciclo de trabajo con una serie de privilegios versallescos. Juan Carlos Antonio Galliano Guill¨¦n no enviaba correos electr¨®nicos, nunca us¨® el transporte p¨²blico ni aprendi¨® a conducir y no sab¨ªa c¨®mo retirar dinero en un cajero. Viv¨ªa en una fantas¨ªa de toreros y damiselas dieciochescas, en los que los sin techo que ve¨ªa por las calles ejerc¨ªan de inspiraci¨®n para sus colecciones. Su desconexi¨®n con la realidad era tan acusada que se present¨® en el funeral de un amigo vestido con unos shorts de lentejuelas doradas. En una entrevista con Vanity Fair describi¨® c¨®mo beb¨ªa en exceso para soportar la presi¨®n de crear cada vez m¨¢s colecciones para un gigante del lujo como es el conglomerado LVMH. Empez¨® a tomar pastillas para conciliar el sue?o, acompa?adas de m¨¢s pastillas para que no le temblaran las manos. Trabaj¨®, y trabaj¨®. Incluso justo despu¨¦s de la muerte de su padre, y tambi¨¦n de la de su estrecho colaborador Steven Robinson, quien se despidi¨® de su puesto y sufri¨® un paro card¨ªaco tras encerrarse en casa a consumir coca¨ªna.
En el libro Gods and Kings the rise and fall of Alexander McQueen and Galliano, la autora Dana Thomas compara las vidas de los dos creadores brit¨¢nicos. Ambos conocieron la gloria y los infiernos. Los dem¨¢s decidir¨¢n si la historia de Galliano se terminar¨¢ con una desventurada borrachera en un caf¨¦ de Par¨ªs.
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