Quisquillosos

Uno de los mejores chistes del Gila dibujante mostraba a un tipo malencarado apu?alando concienzudamente a un pobre diablo que chillaba. Un viandante le dice al agresor: ¡°?Hombre, no le apu?ale m¨¢s!¡±. Y el otro contesta: ¡°?Pues que deje de llamarme asesino!¡±. Gila acertaba de pleno en aquellos tiempos en que ETA comet¨ªa un asesinato por semana, mientras Batasuna acusaba a la Guardia Civil de ¡°criminalizar¡± a la juventud vasca. Suele pasar tambi¨¦n que el hombre p¨²blico que defrauda utilice todos los eufemismos para distinguirse de los estafadores y se indigne con quienes le gritan ¡°?chorizo!¡±, falt¨¢ndole al sacrosanto respeto. Por favor, m¨¢s educaci¨®n, no insultar¡­

Por el mismo camino, los nacionalistas catalanes se encabronan mucho cuando se les recuerda que la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica que practican y que algunos insisten en afirmar que ha tenido gran ¨¦xito (en realidad, s¨®lo el de privar a muchos ciudadanos del derecho a estudiar en la lengua com¨²n del pa¨ªs) es de corte neofranquista. Lo cual no quiere decir que Mas sea Franco y la Generalitat una dictadura (no podr¨ªa ni queriendo, porque forma parte de un Estado de derecho) sino que esa disposici¨®n educativa responde a la mentalidad franquista de que el pa¨ªs se divide si todos no estudian en la lengua imperial. Y los ciudadanos que se concentraron frente a la escuela de Matar¨® para protestar contra la aplicaci¨®n legal del 25% de castellano (en s¨ª mismo una limitaci¨®n injusta, porque el castellano deb¨ªa ser tan lengua vehicular de la ense?anza como el catal¨¢n) tampoco pueden extra?arse de que se les compare con otras turbas autoritarias, no con liberales ni pluralistas.

Menos susceptibilidad indignada y m¨¢s respeto a los derechos de los compatriotas. No se puede ser madame de burdel y llamarse do?a Virtudes¡­