¡°Verificaci¨®n del sexo¡±, la ¨²ltima humillaci¨®n para las futbolistas
La FIFA obliga a las jugadoras a pasar una prueba de g¨¦nero para competir en el Mundial
"En las competiciones para hombres de la FIFA, solo los hombres pueden ser seleccionados para jugar. En las competiciones para mujeres de la FIFA, solo las mujeres pueden ser seleccionadas para jugar". Estas frases que parecen una perogrullada cacof¨®nica pertenecen al punto 4 del Reglamento para la Verificaci¨®n de Sexo de la organizaci¨®n que rige el f¨²tbol mundial. Est¨¢n dibujando en dos brochazos una realidad?¡ªla de la sexualidad humana¡ª mucho m¨¢s compleja y que, sin embargo, pende como espada de Damocles sobre la vida de las mujeres futbolistas. En concreto, de las jugadoras que no encajan en el estereotipo f¨ªsico de mujer deportista, hasta el punto de amenazarlas con expulsarlas de sus equipos y someterlas a una humillaci¨®n p¨²blica que algunas ya han sufrido.
Las mujeres que se nieguen a participar en este escrutinio humillante ser¨¢n sancionadas. Y lo que es peor a¨²n, las mujeres que no encajen en su g¨¦nero ser¨¢n suspendidas", critica Karkazis
El s¨¢bado arranca en Canad¨¢ la Copa Mundial Femenina de f¨²tbol y con el pitido inicial se habr¨¢ impuesto una normativa calificada como humillante tanto por expertas como por las propias deportistas (que prefieren tomarlo a broma en su mayor¨ªa): las jugadoras tienen que demostrar a la FIFA que son mujeres. Y lo que es peor, en cualquier momento puede desatarse una tormenta sobre una de ellas, basta con que un equipo considere que tiene "motivos y evidencias" de que una jugadora podr¨ªa ser en realidad un hombre para iniciar una "investigaci¨®n a fondo". Seg¨²n el propio reglamento de la FIFA, se debe considerar "cualquier anomal¨ªa de las caracter¨ªsticas sexuales secundarias", es decir, atribuciones f¨ªsicas como pechos y caderas anchas en mujeres y vello corporal o musculatura en hombres. Todo para asegurarse de que las jugadoras "sean del sexo correcto".
"Esta pol¨ªtica puede invitar f¨¢cilmente al abuso apuntando a las mujeres que no se ajusten a las normas de feminidad y someterlas a investigaciones humillantes y estigmatizantes", denuncia la doctora Katrina Karkazis, especialista en bio¨¦tica de la Universidad de Stanford. Karkazis lleva mucho tiempo denunciando los criterios anticient¨ªficos que organismos como el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) y la Asociaci¨®n Internacional de Atletismo (IAAF) usan para tratar como a tramposas a mujeres, por ejemplo, con exceso de testosterona en sus cuerpos, como la corredora sudafricana Caster Semenya. Pero el criterio de la FIFA es incluso m¨¢s irracional, a juzgar por la experta. "El castigo es severo. Las mujeres que se nieguen a participar en este escrutinio humillante ser¨¢n sancionadas. Y lo que es peor a¨²n, las mujeres que no encajen en su g¨¦nero ser¨¢n suspendidas".
C¨¦sped que quema
La llegada del Mundial femenino ha estado cargado de acusaciones de discriminaci¨®n sexual contra las mujeres por parte de la FIFA. Por primera vez en su historia, una competici¨®n de este nivel se jugar¨¢ sobre c¨¦sped artificial, m¨¢s abrasivo, lo que provoc¨® un mot¨ªn de las principales jugadoras (la espa?ola Vero Boquete entre ellas) y una demanda por discriminaci¨®n en los tribunales canadienses. Finalmente, las futbolistas tuvieron que dar su brazo a torcer porque la FIFA se neg¨® a concederles siquiera que la final se jugara sobre hierba.
El organismo que dirige Blatter no se ha caracterizado hasta ahora por su sensibilidad de g¨¦nero, con una representaci¨®n casi residual de mujeres en sus ¨®rganos de decisi¨®n. El propio mandam¨¢s de la FIFA dej¨® claro su respeto por el deporte que practican las futbolistas cuando sugiri¨® que jugaran con pantalones ce?idos para atraer m¨¢s inter¨¦s.
La surcoreana Park Eun-sun, delantera de m¨¢s de 1,80 metros, pas¨® por su personal calvario en 2013, cuando seis de los siete entrenadores de la liga coreana femenina llamaron a un boicot hasta que Park, reina de las ¨¢reas gracias a su f¨ªsico, demostrara que no era un hombre. Su equipo lo calific¨® de atentado contra los derechos humanos. Ella se confes¨® en Facebook: "Me duele el coraz¨®n y es humillante. He pasado por las pruebas de g¨¦nero muchas veces y compet¨ª en la Copa del Mundo y los Juegos Ol¨ªmpicos. S¨¦ que estas personas est¨¢n tratando de destruirme... Pero he trabajado muy duro para llegar hasta aqu¨ª y no me voy a dar por vencida tan f¨¢cilmente". Ahora juega en un equipo puntero ruso y regresa con su selecci¨®n al Mundial donde cabe temer que su aspecto provoque nuevos comentarios hirientes.
La semana pasada,?Doris Fitschen, gerente de la Federaci¨®n Alemana de F¨²tbol, confirmaba al diario Bild que todas sus jugadoras hab¨ªan pasado el examen de sexo. La prueba: los registros m¨¦dicos en los que figuraba su ¨²ltima visita al ginec¨®logo. "No s¨®lo es invasivo y una violaci¨®n de la privacidad, adem¨¢s es poco cient¨ªfico", zanja Karkazis. La ciencia tiene claro que la sexualidad de las personas, las condiciones anat¨®micas y fisiol¨®gicas que caracterizan a cada sexo, est¨¢ lejos de ser ese o blanco o negro que reclama la legislaci¨®n de la FIFA. La prensa brit¨¢nica tambi¨¦n public¨® que las jugadoras inglesas han confirmado su sexo. Consultada por este peri¨®dico, una portavoz del equipo espa?ol (que debuta el 9 de junio en el Mundial femenino) asegur¨® que al equipo m¨¦dico no le consta que deban comprobar el sexo de sus jugadoras, a pesar de lo que exige el reglamento.
"Cada vez hay m¨¢s evidencias de la gran diversidad que hay en el sexo, que no es un sistema binario, ni mucho menos, y que depende de la gen¨¦tica, de la epigen¨¦tica, del desarrollo, del entorno y de otras circunstancias que pueden ocurrir durante la vida de cada persona", explica Victoria Ley, responsable de Salud y Deporte del Consejo Superior de Deportes. El problema fundamental, a su entender, es que los conocimientos cient¨ªficos no se est¨¢n trasladando a la normativa deportiva. "No solo eso: se pretende que la biolog¨ªa se adapte a la legislaci¨®n, lo cual es imposible. Lo l¨®gico es que la ley se adapte a la biolog¨ªa", lamenta Ley.
De un primer vistazo, el problema es simple: ser hombre es una ventaja compitiendo con mujeres. En junio de 2011, tras aprobar este reglamento de verificaci¨®n de sexo, la FIFA envi¨® una circular (PDF) en la que aseguraba que "las hormonas androg¨¦nicas [b¨¢sicamente la testosterona] tienen efectos que mejoran el rendimiento y pueden proporcionar una ventaja en el f¨²tbol" y son, en ¨²ltimo t¨¦rmino, una de las pruebas definitivas para la FIFA, junto a ex¨¢menes f¨ªsicos y reconocimientos de todo tipo. Pero se trata de un planteamiento que choca con lo que la ciencia nos ha permitido saber: no hay un nivel de testosterona que determine que un humano es hombre o mujer. Ni la testosterona ni otra hormona: "No existe un marcador biol¨®gico que sirva para determinar el sexo de una persona", zanja rotunda Karkazis. Esta normativa lleg¨® justo con el anterior Mundial, cuando se acus¨® por su aspecto a tres jugadoras de Guinea Ecuatorial de ser hombres aunque no lo eran.
Un estudio publicado el a?o pasado conclu¨ªa que "la definici¨®n del COI de una mujer como alguien que tiene un nivel de testosterona normal es insostenible". El estudio hab¨ªa sido impulsado por el propio COI, que posteriormente se apresur¨® a encontrarle pegas. Los resultados de un an¨¢lisis de los niveles hormonales de casi setecientos deportistas ol¨ªmpicos mostraron que el 13,7% de las mujeres ten¨ªan testosterona por encima de su rango t¨ªpico y un 4,7% estaban directamente en el rango habitual de los hombres. Entre los atletas de ¨¦lite masculinos, el 16,5% ten¨ªan niveles de testosterona por debajo del rango establecido y el 1,8% ca¨ªan hasta el de las mujeres.
Victoria Ley explica que las normas deportivas han tenido que adaptarse a diferentes caracter¨ªsticas biol¨®gicas y fisiol¨®gicas para establecer los l¨ªmites en sus reglamentos, "l¨ªmites que son arbitrarios, pues se trata de diferencias en un rango de continuidad y nunca son blanco o negro". Se establecen l¨ªmites de peso, de edad y de sexo, pero no se establecen en much¨ªsimos otros aspectos fisiol¨®gicos que afectan enormemente el rendimiento como la cantidad de eritrocitos, la masa muscular, la altura, etc. (siempre que se trate de condiciones naturales). "Se aceptan algunas ventajas si se han adquirido por el entrenamiento o son innatas, aunque sean consecuencia de mutaciones gen¨¦ticas poco comunes, como la variante 577R del gen ACTN3 que tiene el 85% de los africanos y que ofrece claras ventajas en atletismo", asegura.
La opci¨®n m¨¢s razonable es tener en cuenta ¨²nicamente la identidad sexual de cada individuo", indica Victoria Ley
"El razonamiento sobre los niveles de testosterona llevar¨ªa a descartar tambi¨¦n a todos los deportistas de m¨¢s de dos metros de altura... y ?adi¨®s a la NBA!", ironiza Ley. Karkazis publicaba la semana pasada en un art¨ªculo en la revista cient¨ªfica Science ¡ªantes de que se conociera lo que estaba sucediendo en el Mundial¡ª que esta controversia sobre la sexualidad de las deportistas es de car¨¢cter "social y ¨¦tico sobre c¨®mo entendemos y enmarcamos la diversidad humana". A?ad¨ªa: "Y esto tiene consecuencias muy reales sobre la vida de la gente". V¨ªctimas del oprobio y la injusta descalificaci¨®n como Semenya, las indias Dutee Chand (pendiente de los tribunales) y Santhi Soundararajan (que se plante¨® el suicidio), la espa?ola Mar¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªnez Pati?o (suspendida en la d¨¦cada de 1980 en medio de una tormenta medi¨¢tica y personal) o la coreana Park Eun-sun.
"En muchas ocasiones no es posible determinar el sexo de un individuo mediante par¨¢metros biol¨®gicos y por lo tanto la opci¨®n m¨¢s razonable es tener en cuenta ¨²nicamente la identidad sexual de cada individuo", indica Ley. Karkazis coincide: "Son mujeres que han vivido y competido como mujeres durante toda su vida. Sus documentos legales dicen que son mujeres. As¨ª que, ?por qu¨¦ les est¨¢n exigiendo verificaci¨®n de sexo?".?
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