Pantoja, presa y m¨¢rtir
Su salida temporal de la c¨¢rcel no defrauda ni a los partidarios ni a los detractores que le gritan "guapa" y "choriza" con id¨¦ntica pasi¨®n en cuanto pone un pie en la calle
De rojo-rojo clavel y blanco-blanca Paloma. A punto de desnucarse de lo alta que llevaba la testa. Caminando m¨¢s derecha que una vela d¨¢ndole tumbos a su bolsito de volantes blancos y rojos en bandolera en homenaje a su Virgen de su Roc¨ªo de su alma, testigo muda de sus d¨ªas de fino y rosas con Juli¨¢n Mu?oz, el hombre que le busc¨® la ruina. De la mano de su hermano Agust¨ªn, su caballero sirviente desde que vino al mundo por la cuenta que le tiene. Primorosamente maquillada por alguna compa?era de trena igual o mejor que cuando el peluquero estrella Leonardo la estucaba para el especial Nochevieja de Televisi¨®n Espa?ola. Lustrosa como pocas, guapetona como es ella, morena zah¨ªna de piel y de pelazo como solo consigue ennegrecer el sol del patio de la c¨¢rcel y una mano experta de tinte en las ra¨ªces. M¨¢s flamencona que nunca. Pantoja en estado puro. De esa guisa ha salido de la c¨¢rcel la reclusa m¨¢s famosa de Espa?a en su primer permiso penitenciario. Sin defraudar a nadie. Ni a los partidarios ni a los detractores que gritan ¡°guapa¡± y ¡°choriza¡± con id¨¦ntica pasi¨®n a su paso cada vez que la estrella de la copla condenada por blanqueo de capitales pone el pie en la calle.
Decir que Isabel Pantoja domina la escena es como decir que el sol sale cada ma?ana. Un pleonasmo, con perd¨®n de la palabra, innecesario. Varios d¨ªas, con sus noches, llevaban los periodistas de los programas card¨ªacos y de los informativos m¨¢s prestigiosos haciendo guardia a las puertas de la prisi¨®n de Alcal¨¢ de Guada¨ªra para no perderse el espect¨¢culo. Unos y otros saben que Pantoja vende. Y ella sabe que ellos lo saben. Seguro que hab¨ªa visto el despliegue de medios en la tele del talego en las v¨ªsperas. Y, seguro que, antes muerta que sencilla, decidi¨® salir del talego como sale ella al escenario: dejando clavado al asiento al respetable sin ni necesidad siquiera de abrir la boca.
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Sus aires de diva en el pase¨ªllo hasta el coche lo dec¨ªa todo. Su frente altiva de estoy viva y coleando pese a quien pese. Su sonrisa de qui¨¦n r¨ªe ¨²ltima r¨ªe dos veces. Su rictus de lo que estoy sufriendo no est¨¢ ni agradecido ni pagado. Sus ojos acuosos de chivo expiatorio de la manada de corruptos que son, han sido y ser¨¢n en este pa¨ªs de pandereta. Su indisimulado orgullo de yo ya casi he pagado mi deuda. Sus cejas levantadas de no soy ni la primera ni la ¨²ltima que se ve en esta tesitura, y no miro a nadie, Cristina de Borb¨®n y Grecia. Su inequ¨ªvoca jeta de mi venganza (medi¨¢tica) ser¨¢ tremenda.
No consta por ahora si Pantoja ha ejercido o no su derecho al voto por correo en las municipales y auton¨®micas. Ni si habr¨¢ seguido los resultados electorales en chirona. Ni si sabr¨¢, o no, que, al cierre de esta edici¨®n, Seraf¨ªn Castellano, delegado del Gobierno en Valencia, es el pen¨²ltimo pol¨ªtico detenido y cesado por presunto corrupto. Lo que seguro que s¨ª sabe es que Isabel Pantoja Junior, la ni?a de sus ojos, est¨¢ pasando calamidades transmitidas en directo desde una isla perdida de Honduras a raz¨®n de 30.000 euros la semana. Que su ni?o Kiko Rivera va aumentar pr¨®ximamente con otro beb¨¦ la ya nutrida prole a su cargo. Y que su vida, ya que no su obra, sigue llenando horas de televisi¨®n y p¨¢ginas de revistas sin que ella, de momento, vea un euro al respecto.
Eso, bien lo sabe ella, tiene remedio. ¡°Los focos, a mi persona¡±, volver¨¢ a decir a su debido tiempo, como dijo en su d¨ªa a los t¨¦cnicos de iluminaci¨®n de una de sus galas en una de esas perlas salvajes para labrar en piedra, aunque sea p¨®mez, que solo sueltan por esa boca en los momentos cr¨ªticos ciertas folcl¨®ricas, futbolistas y toreros. Pagada su deuda con la sociedad y con el fisco, es la primera que sabe que teles y revistas de todo pelaje guardan su ausencia para reabrirle las puertas de la gloria en cuanto ella se deje. ?No se la han abierto a otro convictos de menos campanillas? Seguro que Vasile ha tomado nota. ?Qu¨¦ Gran Hermano VIP, ni qu¨¦ Supervivientes, ni qu¨¦ S¨¢lvame Deluxe? El aut¨¦ntico reality show es ella.
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