Frank Stephenson, el mago del dise?o del autom¨®vil
Es el dise?ador de coches m¨¢s innovador del mundo. El padre de modelos m¨ªticos como el BMW X5, el nuevo Mini o el Fiat 500, adem¨¢s de haber revolucionado Ferrari y Maserati Hoy, desde McLaren, crea los veh¨ªculos superdeportivos m¨¢s revolucionarios. Sus amigos le llaman ¡®Curro¡¯

Cada cual es muy libre de creer en el destino o no. Pero Frank Stephenson Santos, Curro para los amigos, tiene muchos m¨¢s motivos que la mayor¨ªa para hacerlo. Naci¨® el 3 de noviembre de 1959 en Casablanca, casi por azar, y, seg¨²n asegura, ese mismo d¨ªa se presentaba el primer Mini, el original, que acab¨® convirtiendo al dise?ador griego Alec Issigonis en sir de la corona brit¨¢nica. Y, ?qu¨¦ casualidad!, el mismo coche que 40 a?os m¨¢s tarde le tocar¨ªa resucitar y le convertir¨ªa, en cuanto lo present¨® al p¨²blico, en el l¨¢piz m¨¢s deseado de la industria del autom¨®vil.
Este relato pretende mostrar una vida fren¨¦tica. Frank, hijo de Stevie, un noruego de nacionalidad estadounidense, y Mar¨ªa, una malague?a, ha tenido una trayectoria de pel¨ªcula. Y todo ha pasado tan r¨¢pido que aquel ni?o se hizo grande, pero sigue siendo casi igual de afable y enamorado de su trabajo, como cuando sacaba abolladuras a base de martillazos en Auto Confort, el taller de chapa que ten¨ªan su padre y su t¨ªo Pepe en M¨¢laga.
?Es verdad que le iban a llamar Fidel, en honor a Castro? Eso quer¨ªa mi padre, que no s¨¦ qu¨¦ ten¨ªa con los Castro. Ya le hab¨ªa puesto Ra¨²l a mi hermano, pero mi madre dijo que ya era suficiente. Y me qued¨¦ con Curro, Francisco, vamos.
?C¨®mo naci¨® ese c¨®ctel de apellidos? Mi padre trabajaba en 1956 en la Marina Mercante americana y le dieron dos semanas libres en Casablanca. Fue a tomar algo a un bar y escuch¨® a dos hombres hablar de coches. Como le gustaban mucho, se acerc¨® y se hicieron amigos. Eran los hermanos de mi madre, que ten¨ªan un garaje all¨ª, y como se iban a M¨¢laga, le invitaron. As¨ª empez¨® la relaci¨®n. Despu¨¦s volvi¨® a su pa¨ªs y al a?o siguiente, el 17 de septiembre de 1956, se casaron en M¨¢laga y se fueron a EE UU. Pero mi madre no aguant¨® y a los seis meses de embarazo se vino a Casablanca con sus hermanos y su madre. All¨ª, en 1957, naci¨® Ra¨²l, y mi padre, que segu¨ªa navegando, le conoci¨® ya con seis meses. Entonces mi madre le pidi¨® que se quedara y en un par de a?os llegu¨¦ yo. Vivimos en Marruecos hasta que cumpl¨ª 11 a?os, en 1970 m¨¢s o menos¡±.
?All¨ª empez¨® a coleccionar idiomas? S¨ª. Estudiaba en el Colegio Internacional en ingl¨¦s; hablaba espa?ol con mi madre, franc¨¦s con mi hermano, ¨¢rabe en la calle y noruego con mi padre. Y como nos fuimos a vivir a Estambul, aprend¨ª algo de turco. El alem¨¢n y el italiano llegaron con el trabajo.
Frank Stephenson ha llegado corriendo a la sala de invitados de McLaren. La estancia se encuentra justo al principio del Boulevard, la avenida cubierta con estructura de acero y vidrio que recorre toda la fachada del McLaren Technology Centre, el edificio high tech proyectado por el arquitecto Norman Foster que ocupa 500.000 metros cuadrados en Woking (Surrey), a 40 kil¨®metros al sureste de Londres, y aloja desde 2003 el consorcio brit¨¢nico de autom¨®viles deportivos futuristas. A lo largo de ese pasillo ondulado se suceden los accesos a las ¨¢reas que forman el cuartel general de McLaren, desde la escuder¨ªa de f¨®rmula 1 hasta los hornos para la fibra de carbono y el impresionante t¨²nel de viento de 145 metros de largo donde se afina sin descanso la aerodin¨¢mica de los monoplazas del Gran Circo. Enfrente, tras una b¨®veda acristalada que envuelve todo el conjunto, un lago da un toque buc¨®lico y al tiempo permite refrigerar el t¨²nel y los hornos. Detr¨¢s, en el edificio del McLaren Production Centre, se fabrican los deportivos de calle. Estamos en una de las zonas m¨¢s exclusivas de Londres, donde la casa McLaren convive con las mansiones de las fortunas de toda la vida y las de esos magnates emergentes que aterrizan en la City.
Hablaba ingl¨¦s en el colegio, espa?ol con mi madre, franc¨¦s con mi hermano, ¨¢rabe en la calle¡¡±
En este complejo tecnol¨®gico se encuentra el centro de dise?o donde Frank Stephenson pasa media vida, ¡°abriendo y cerrando la puerta cada d¨ªa de ocho a ocho, como m¨ªnimo¡±. Este es su cortijo, como ¨¦l afirma con sorna, ¡°en el que espero seguir ensuci¨¢ndome las manos mucho tiempo¡±, y donde esculpe los moldes de yeso y arcilla que se convertir¨¢n en algunos de los superdeportivos m¨¢s deseados del mundo. Llega al encuentro con El Pa¨ªs Semanal acompa?ado por Esteban Palazzo, un dise?ador de yates argentino que trabajaba en Barcelona y al que fich¨® tras conocerle en una conferencia que dio en Madrid: ¡°Nada m¨¢s ense?arme sus dibujos vi que ten¨ªa talento¡±. En cuanto se sienta, le comento que Flossy Bellm, la responsable de prensa que McLaren ha puesto a nuestro lado para fiscalizar cualquier indiscreci¨®n durante la cita, ha pedido que le entrevistemos en ingl¨¦s. Es lo habitual, porque el ¨¢rea de dise?o es confidencial y la firma quiere saber lo que hablamos. Stephenson salta como un resorte con su acento andaluz: ¡°?No puede s¨¦!¡±. Y se dirige a ella con tal convicci¨®n que Flossy se gira, coge su m¨®vil y se pone a trabajar al margen de la conversaci¨®n en espa?ol.
?C¨®mo le lleg¨® la vocaci¨®n por el dise?o? De Turqu¨ªa volvimos a Madrid en 1975 y acab¨¦ el Bachillerato en Torrej¨®n. Sol¨ªa ser el primero de mi clase y en casa esperaban que me fuera de cabeza a la Universidad. En el sistema americano, a los primeros les dan becas con todo pagado, y ten¨ªa una para Malib¨². Pero no quer¨ªa estudiar, porque me pasaba cada verano trabajando con mi t¨ªo Pepe en el taller de chapa y pintura de M¨¢laga. Y me encantaba, porque era m¨¢s arte que otra cosa, y aprend¨ª el oficio de chapista. Pero conoc¨ª a un amigo de Madrid que participaba en motocross y ped¨ª a mi padre un a?o sab¨¢tico para correr. Gan¨¦ el Campeonato J¨²nior de Andaluc¨ªa, luego hice el S¨¦nior, el Campeonato de Espa?a¡ As¨ª hasta 1982, cuando mi padre me sent¨® y me dijo: ¡®Vas a llegar a los 30 sin hacer lo suficiente para ser campe¨®n del mundo. Es mejor dejarlo ahora. Puedes trabajar conmigo o estudiar lo que quieras¡±. ?l pensaba que har¨ªa Arquitectura en Espa?a o algo as¨ª. Pero, por suerte o casualidad, yo hab¨ªa visto el Art Center College of Design en California, que ense?aba dise?o de autom¨®viles, y, como desde peque?o hab¨ªa dibujado coches, le ped¨ª ir all¨ª. Me dijo que s¨ª, pero que ten¨ªa que ser el mejor. Escrib¨ª y me solicitaron 12 dibujos para evaluarme y ver si ten¨ªa talento. Los mand¨¦ y me admitieron.

?Qu¨¦ pens¨® al tener que dejar las motos? Pues lo que cualquier chaval, porque estaba viviendo un sue?o. Me levantaba a las cinco de la ma?ana, cog¨ªa la moto, entrenaba y com¨ªa sano. A las nueve de la noche ca¨ªa muerto en la cama. Era de los pocos en M¨¢laga que no sal¨ªan. Y ten¨ªa Torremolinos, Fuengirola y Marbella al lado. Ahora veo que mi padre ten¨ªa raz¨®n. Si no es por ¨¦l, seguir¨ªa arreglando chapa. Me hizo elegir lo que quer¨ªa estudiar y me apoy¨®. Cre¨ªa que yo ten¨ªa un don, talento para dibujar. Pero me fui a Am¨¦rica pensando que no pod¨ªa volver sin un trabajo de dise?ador de autom¨®vil, porque era car¨ªsimo. Muchos padres dicen a sus hijos que el arte no tiene salida. El m¨ªo dec¨ªa que cualquier profesi¨®n se paga bien si eres el mejor. Siempre hay hueco para los buenos.
?C¨®mo fue ese cambio de vida? Muy duro. Llegas y el primer d¨ªa te dicen: ¡®Sois 30 afortunados porque evaluamos cada a?o a 4.000 que quieren venir. Pero lo peor empieza ahora: nunca han acabado m¨¢s de 10¡¯. De los 30 que empezamos, solo terminamos 6: Grant Larson, que hizo el primer Porsche Boxster; Craig Durfey, autor del primer ?Dodge Viper; Okuyama, el del Ferrari Enzo y director de Pininfarina; Andreas Zapatinas, el del Fiat Barchetta; Miguel ?ngel Galluzzi, que hizo la Ducati Monster, y yo.
?Pero cu¨¢nto costaba ese curso? Unos 40.000 d¨®lares de ahora, solo las clases. Y otro tanto el resto. Se gasta mucho en materiales, vivir, la casa, que all¨ª es car¨ªsima. Y no puedes trabajar porque est¨¢s todo el d¨ªa en el Art Center: de nueve de la ma?ana a diez de la noche. Y as¨ª de lunes a s¨¢bado. El domingo te quedas en casa a recuperarte. En cuatro a?os no dorm¨ª cuatro horas diarias de media y nunca fui a la playa. Por eso acaban tan pocos. No aguantan el ritmo.
?Por qu¨¦ dorm¨ªa tan poco? Porque all¨ª no paras de dibujar. Es como un marat¨®n; si te paras un minuto, ya no vuelves a correr.
?Cu¨¢l fue su primera experiencia laboral? Acab¨¦ en mayo de 1986, pero me hab¨ªa fichado Ford, que pag¨® los dos ¨²ltimos a?os de carrera. Casi nunca pasa, pero si ven que vales, te cogen antes de salir y te comprometes cinco a?os. Me pidieron ir a Detroit, pero era una ciudad muy violenta y yo quer¨ªa vivir. Ped¨ª Colonia y me fui en julio de 1986. Mi primer proyecto fueron los tapacubos del nuevo Ford Sierra y luego el Escort RS Cosworth.
?El del aler¨®n trasero aquel tan aparatoso? S¨ª. Como era un coche alem¨¢n, me inspir¨¦ en el Fokker DR1 del Bar¨®n Rojo de la I Guerra Mundial. Le puse un aler¨®n con tres bandejas, pero llegaron los financieros y dijeron que hab¨ªa que abaratarlo y quitaron una.
Muchos dicen a sus hijos que el arte no tiene salida. Siempre hay hueco para los buenos¡±
Stephenson se calla unos segundos y se?ala la cristalera del Boulevard de McLaren: ¡°Mire, ah¨ª van Ron [Dennis, m¨¢ximo responsable de la compa?¨ªa] y ?ric [Boullier, director del equipo de f¨®rmula 1 y jefe de Fernando Alonso]. Les puede preguntar por qu¨¦ van tan mal este a?o¡±. El Gran Premio de Bar¨¦in, Alonso hizo un carrer¨®n, aunque acabara el 11?. Interviene el otro dise?ador, Esteban Palazzo: ¡°A ese t¨ªo, a Fernando, le subes en un ladrillo y hace buenas carreras¡±.
?Qu¨¦ momentos han sido clave en su carrera? El d¨ªa que me fui de Ford. No es que no me gustara la empresa o los proyectos: era lo que en ingl¨¦s llaman una compa?¨ªa bread & butter (pan y mantequilla), o sea, normal. Y yo quer¨ªa hacer algo especial, pero en Alemania. Me gustaba la forma de trabajar, los coches y el nivel de vida, y hablaba ya bien alem¨¢n. As¨ª que mand¨¦ el curr¨ªculo a BMW, Audi, Mercedes y Porsche. Y eleg¨ª la primera.
?Solo BMW le ofreci¨® trabajo? No, todas lo hicieron. En BMW me dijeron que no ten¨ªan nada, pero que ver¨ªan mi porfolio por si sal¨ªa algo. Y al verlo me pidieron empezar. Porsche no me gustaba tanto, porque hac¨ªa siempre lo mismo. Mercedes era demasiado alemana, y Audi a¨²n no ten¨ªa la misma reputaci¨®n. Me mud¨¦ a M¨²nich en 1991. Fue interesante, porque no hab¨ªa jefe de dise?o y tard¨® un par de a?os en llegar¡
?C¨®mo le encargaron el BMW X5? Cuando por fin contratan a Chris Bangle como jefe de dise?o, BMW acababa de comprar el grupo Rover, con Land Rover, Mini¡ Y lo primero que le pide Wolfgang Reitzle, n¨²mero dos de la empresa y director de producto, es hacer un SUV (todoterreno) tipo Land Rover. Pero lo quer¨ªa ?en seis semanas!, y Chris le contest¨®: ¡°OK, preparo un boceto de c¨®mo podr¨ªa ser¡±. Y Reitzle le dice: ¡°?No! Quiero ver un modelo real escala 1 a 1 de c¨®mo puede ser un coche de esos¡±. As¨ª que Chris, sabiendo que los sindicatos no dejaban trabajar en Alemania los fines de semana, me envi¨® a Italia. Lo dijo un viernes y el domingo sal¨ªa para all¨¢: ¡°Vuelas a Tur¨ªn, a G-Studio, que te va a hacer la maqueta. No hay tiempo para dise?ar el coche en grupo, as¨ª que vas, dibujas tu propuesta y yo me f¨ªo de ti. Empiezas el lunes y en seis semanas vuelves con el modelo a escala real¡¡±.
Frank Stephenson Santos

Naci¨® en Casablanca (1959), de padre noruego con nacionalidad estadounidense y madre malague?a. Creci¨® en Marruecos y Turqu¨ªa, y de all¨ª pas¨® a Madrid, donde acab¨® el Bachillerato. Tom¨® un a?o sab¨¢tico, que se convirti¨® en tres, para correr en motocross. Despu¨¦s le aceptaron en el Art Center de Pasadena, donde se gradu¨® cuatro a?os m¨¢s tarde para incorporarse a Ford. De all¨ª pas¨® a BMW para dise?ar el primer X5 y el nuevo Mini. El ¨¦xito le llev¨® a ser director de dise?o de Ferrari y Maserati, y acaba haciendo el nuevo Fiat 500. Ah¨ª le llama McLaren, donde dirige su centro de dise?o en la actualidad. Vive en Londres con Linda, su pareja desde 1996, hija de madre noruega y padre ingl¨¦s.
?Y cu¨¢ndo lo dibuj¨®? Lo hice en el avi¨®n, tranquilo, volando. Llegu¨¦ con el boceto en un papel: tres cuartos delantero, tres cuartos trasero. No hab¨ªa para m¨¢s.
Cuando lleg¨® contrarreloj a Italia, ?qu¨¦ pas¨®? Todo fue incre¨ªble. Al llegar me recoge el traductor y me lleva al pueblo, cerca de Tur¨ªn. Abre la puerta, casi un agujero en la pared, y veo tres t¨ªos muy mayores, de unos setenta y tantos a?os, tomando caf¨¦ y fumando, vestidos con un mono lleno de polvo. El traductor me los presenta y le pregunto: ¡°?Estos podr¨¢n trabajar 18 horas al d¨ªa, siete d¨ªas a la semana, durante un mes y medio?¡±. Y me dice que no me preocupe, que son los tres que hicieron el Lamborghini Miura¡ ?Qu¨¦? Era como tener delante a Miguel ?ngel, Da Vinci¡ Y dije: ¡°?Oz¨²!¡±. Eran incre¨ªbles. Y lo hicimos. En seis semanas volvimos a BMW y metimos el modelo en la sala donde se presentaban los nuevos prototipos. Reitzle lo vio, dio una vuelta por un lado, otra por otro, y dijo: ¡°Este es el coche y lo vamos a hacer. Manos a la obra¡±. As¨ª naci¨® el primer X5.
?Cu¨¢nto tardaron en sacarlo? Calcularon lo que iba a costar y faltaba algo de dinero. As¨ª que lo congelaron un a?o y al cabo de ese tiempo empezaron a desarrollarlo.
?Qu¨¦ hizo en ese tiempo? Justo ah¨ª empez¨® el proyecto del Mini. Redise?ar un coche ic¨®nico era el sue?o de cualquier dise?ador y BMW pens¨® que no ser¨ªa f¨¢cil que se aceptara un icono ingl¨¦s con dise?o alem¨¢n. As¨ª que¡ Cuando se prepara un coche nuevo, se hacen tres propuestas y se elige una. Toyota, General Motors y las m¨¢s grandes hacen cinco, porque es muy caro. Pero BMW se cur¨® en salud con ?15!: cinco de M¨²nich, cinco de BMW California, cuatro de Inglaterra y la de Giugiaro. Tuvimos seis meses de plazo, hasta octubre de 1995: uno para dibujarlo y hacer el boceto y cinco para elaborarlo. Y hab¨ªa que estar aislados para que cada idea fuera ¨²nica y pura. Entre los 15 hab¨ªa de todo: el que se hab¨ªa estado seis meses durmiendo y el que hab¨ªa fumado y no hab¨ªa hecho un Mini, sino algo llegado del espacio. En el centro estaba el m¨ªo, y al hablar con los dise?adores vi que ninguno tuvo mi l¨®gica. Hab¨ªa libertad para crear el Mini del siglo XXI y pens¨¦ en respetar el original por su car¨¢cter ¨²nico. Y dise?¨¦ uno por cada 10 a?os: la primera semana hice el de 1969; la segunda, el de 1979; la tercera, el de 1989, y la cuarta, el de 1999, el nuevo Mini. Por eso los periodistas dijeron que era bonito, perfecto, pero ten¨ªa algo retro. Yo dec¨ªa que no, que era como hubiera sido el Mini de ese momento y no miraba atr¨¢s, sino al futuro.
?Siempre tuvo claro que ser¨ªa un ¨¦xito? Yo cre¨ªa que hab¨ªa dado en la cabeza del clavo y hab¨ªa entrado hasta el fondo. Cuando lo acab¨¦, present¨ª que ser¨ªa algo grande. Cada vez que lo ense?¨¢bamos, enamoraba al instante. Reun¨ªa el sabor, el car¨¢cter y la emoci¨®n del pasado con la tecnolog¨ªa del futuro. Y nada m¨¢s salir peg¨® muy fuerte, por el dise?o, porque fue el primer coche en reinterpretar con ¨¦xito un veh¨ªculo del pasado. El New Beetle (el escarabajo) no lo hab¨ªa logrado.

?Ese dise?o cambi¨® su vida? Empezaron a llegarme ofertas, pero estaba muy a gusto en BMW y ten¨ªa el futuro del Mini por delante. Hasta que llam¨® una se?ora que no se quer¨ªa identificar para ofrecerme un gran puesto. Me mandaron un billete de avi¨®n para volver en el d¨ªa a Tur¨ªn, y pens¨¦: ¡°All¨ª solo est¨¢ Fiat y no me interesa¡±. Pero decid¨ª ver qu¨¦ propon¨ªan. Llegu¨¦ a mediod¨ªa a un restaurante y aparecen Humberto Rodr¨ªguez, jefe de dise?o de Fiat, y el jefe de desarrollo. Me preguntan por mi filosof¨ªa de dise?o, lo que pienso del futuro de los deportivos¡ As¨ª llegamos al postre y dicen que soy el candidato perfecto, pero me piden confidencialidad si no acepto, porque solo contactan en privado a quien les interesa. Yo estaba comiendo mi tiramis¨² cuando me ofrecen ser director de dise?o de Ferrari y Maserati. Y doy tal resoplido que casi les pongo perdidos. ¡°Debe ser una broma¡±, les dije, ¡°porque en estas marcas no hay director de dise?o, se apoyan en Pininfarina, Giugiaro¡±. ¡°Es verdad, no lo ha habido nunca, pero ahora nos hace falta. Se est¨¢n quejando de los dise?os, necesitan alguien dentro que valide lo que se hace y eres la persona¡±. ¡°?D¨®nde hay que firmar?¡±, les digo, mientras pienso: ?c¨®mo me puede tocar esto? Lo ¨²nico que he hecho ha sido el Mini y el X5 y ya quieren que sea el jefe de dise?o de Ferrari, el sue?o de cualquiera que dibuje un coche.
?No lo entend¨ªa? No, era una locura, pero acept¨¦, y en d¨ªas me fui de M¨²nich a M¨®dena, a vivir enfrente de Maserati, al lado de la casa de Enzo Ferrari. Me cortaba el pelo su peluquero¡ Y viv¨ª situaciones incre¨ªbles para ganarme la confianza de la gente. Al llegar me llama Montezemolo, el presidente, y me manda a ver a Giugiaro a Ital Design. ¡°Tienes que decirle que cambie los pilotos traseros del Maserati que estamos haciendo¡±. Yo miro las fotos y le digo: ¡°?Pero si est¨¢n muy bien!¡±. Y me responde que aunque me gusten, tengo que hacer que los cambie¡ ?A Giugiaro, que hab¨ªa hecho maravillas? As¨ª que llego a la sala de presentaci¨®n con ¨¦l, su ingeniero jefe y un traductor, y me ense?an el coche. Les digo que me gusta todo menos el piloto trasero, que lo hagan nuevo. Y Giugiaro responde con un ¡°?qu¨¦?¡± y empieza a soltar tacos a gritos con su voz de pito. Pero al final los cambi¨®, y ?Montezemolo qued¨® satisfecho: este t¨ªo tiene pelotas, es tonto o tiene pelotas. Y nos llevamos muy bien. Era el Maserati Quattroporte. A partir de ah¨ª empec¨¦ con Pininfarina los Ferrari 430 y el FXX.
?C¨®mo fue su fichaje por Fiat? Un viernes por la noche estaba en casa con gripe y llama Montezemolo para decirme que me tome una copa de champ¨¢n, que el lunes me voy a Fiat. ?He hecho algo malo?, porque mandarme all¨ª despu¨¦s de Ferrari es pasar del cielo al infierno. Era 2006 y Fiat iba muy mal porque no vend¨ªa. Y me dice: ¡°No, es que tenemos nuevo jefe, Sergio ?Marchionne. Le ha puesto la familia Elkan para salvar Fiat y quiere que vayas con Giuseppe Bonollo, jefe de estrategia de producto¡±. Vamos y Marchionne nos dice que si en 10 meses no sacamos un coche que triunfe, nos vamos a la mierda. ¡°?C¨®mo vamos a sacar algo nuevo en 10 meses?¡±. Y responde: ¡°Ese no es mi problema. Yo no entiendo mucho de coches, pero s¨ª de dinero. Si no lo logr¨¢is, la compa?¨ªa fracasa¡±. Empiezo a pensar con Giuseppe y le digo: ¡°Sabes que no se puede dise?ar un coche nuevo en 10 meses y sacarlo. Lo normal son 5 a?os, 3 ya es apretado, 18 meses sin probarlo y con fallos. Pero en 10 meses, imposible¡±. Y solo se nos ocurri¨® quitarle la carrocer¨ªa a un Panda y ponerle otro traje. As¨ª naci¨® el Fiat 500, que se empez¨® a vender muy bien en Mil¨¢n, Par¨ªs...
?En solo 10 meses? S¨ª, y se dise?¨® en cinco d¨ªas. Lo interpretamos como si fuera un 500 moderno, como con el Mini. Si lo hac¨ªamos bien, ser¨ªa un coche neutro, ni masculino ni femenino, ni joven ni viejo. Y podr¨ªamos a?adir la personalizaci¨®n, accesorios y una versi¨®n Abarth ca?era, como los Cupra de Seat. Y as¨ª fue: sali¨® el 500 y triunf¨®, pero enseguida me mandaron a Alfa Romeo. Hasta que llama McLaren.
A esta casa donde estamos¡ S¨ª. Antony Sheriff y Ron Dennis estaban montando su marca de coches de calle por si se acababa la f¨®rmula 1. Y a m¨ª me interesaba su estrategia de futuro. Quer¨ªan lanzar tres gamas: Sportcar, como el 570 actual; Supercar, como el 650, e Hypercar, como el P1. Estaban con el Supercar, que no ten¨ªa a¨²n nombre, y todav¨ªa se pod¨ªan cambiar cosas. El objetivo era competir con marcas como Ferrari y, en el futuro, situarse incluso m¨¢s arriba. Ser¨ªa una compa?¨ªa de innovaci¨®n que empujar¨ªa a las dem¨¢s con ingenier¨ªa y tecnolog¨ªa de f¨®rmula 1. Y vi que si Ferrari era el cielo, McLaren era mi para¨ªso. Pod¨ªa empezar en un papel en blanco y crear un lenguaje de dise?o m¨ªo, el reto so?ado. Y comenc¨¦ a retocar el P11: parachoques delantero, faros, un interior m¨¢s futurista. Pero mi primer boceto en blanco fue el P1 y vi que, como marca de coches de carreras, el lenguaje no deb¨ªa ser tanto de belleza como tecnol¨®gico y prestacional. As¨ª llegu¨¦ al mundo de la naturaleza, al dise?o biomimicry, en ingl¨¦s: imitar el dise?o biol¨®gico como inspiraci¨®n del dise?o mec¨¢nico.
?Los McLaren se inspiran en la biolog¨ªa? S¨ª, busqu¨¦ los animales m¨¢s r¨¢pidos: peces, p¨¢jaros y mam¨ªferos, y todos tienen un lenguaje minimal body fat, ?cuerpos sin grasa que parecen tener hambre. Todas las marcas en que he trabajado quer¨ªan coches bonitos, con formas y curvas. Y pens¨¦ ir al contrario, sacarles el aire, vaciarlos. Es en s¨ª un lenguaje de dise?o, y al reducir peso, gana en eficiencia. En el P1 es como si se hubiera simplificado la carrocer¨ªa para vestirla con una piel pegada que cubre solo la mec¨¢nica.
Usted ha trabajado en las escuelas americana, alemana, italiana e inglesa de dise?o. ?En qu¨¦ se diferencian? ?Su cultura es m¨¢s espa?ola o m¨¢s americana? Se lo voy a explicar. En BMW pon¨ªan una reuni¨®n a las tres, y cinco minutos antes estaba todo el mundo listo. En Italia, la reuni¨®n empieza a las tres, media hora despu¨¦s no ha llegado nadie y a las cuatro ves que se les ha olvidado. Pero todo es mucho m¨¢s flexible. Si en Alemania algo no va bien se rompe todo: se hace as¨ª o no se hace. En Ferrari hab¨ªa mil soluciones para cada cosa. Al llegar a Inglaterra me dijeron que en McLaren faltaba la pasi¨®n. Luego he visto que los ingleses tienen incluso m¨¢s, pero est¨¢ por dentro. Un italiano te habla con las manos, grita¡ Aqu¨ª son m¨¢s discretos. Por lo que se refiere a m¨ª, mi cultura es m¨¢s espa?ola, porque el dise?o sale del coraz¨®n, viene m¨¢s del arte y la pasi¨®n. La de mi padre, que ven¨ªa de Noruega y se crio en Am¨¦rica, era m¨¢s fr¨ªa y t¨¦cnica. Yo tengo de los dos, porque tambi¨¦n me gusta la tecnolog¨ªa. ?l era como Ron [Dennis], un perfeccionista obsesivo. Mi madre es m¨¢s artista: flamenco, arte, danza.
?C¨®mo es Ron Dennis, el patr¨®n de McLaren? Muy duro; como jefe, dur¨ªsimo. No acepta que le des menos del 110%. Cuando empec¨¦ con el P1 me dijo que no quer¨ªa ver ning¨²n boceto hasta que estuviera casi acabado. Al a?o y pico le ense?amos el coche y se le cay¨® la mand¨ªbula; no la baba, ?la mand¨ªbula! Estaba casi en shock, porque no sab¨ªa qu¨¦ parte era la de delante y cu¨¢l la de atr¨¢s. Nunca hab¨ªa visto algo as¨ª. Y me dijo: ¡°?Est¨¢s seguro? Si crees en esto, vale, te apoyo, pero si falla es tu pescuezo. Yo, como autom¨®vil, no lo entiendo¡±.
?Y funciona? S¨ª, y ahora me apoya al 100% y no pone pegas. Dice lo que piensa y casi siempre est¨¢ de nuestra parte, del dise?o.
?Qu¨¦ debe aportar usted a McLaren? Cada modelo nuevo tiene que tener algo innovador que rompa moldes y abra caminos. Nuestros clientes saben de coches. No son como esos que les toca la loter¨ªa y compran un Ferrari.
?Qu¨¦ objetivo tiene ahora? Crear coches ic¨®nicos que no envejezcan, que se queden para siempre, como la belleza de Sophia Loren, que perdura en el tiempo. Y que ayuden a que se conozca m¨¢s McLaren. No olvide que en 2014 solo se vendieron 1.649 unidades.
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