Elecci¨®n crucial en Turqu¨ªa
De los comicios del domingo dependen las reglas pol¨ªticas y la vida democr¨¢tica del futuro
En muy pocas democracias, un leve giro en la cantidad de votos dar¨ªa lugar a resultados tan diversos como los que podr¨ªan ocurrir en las elecciones turcas de ma?ana. Una diferencia de menos del 1% de los votos a escala nacional podr¨ªa decidir si el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) se ve obligado a formar un Gobierno de coalici¨®n (el primero tras 13 a?os de r¨¦gimen unipartidista), dejando al presidente Recep Tayyip Erdogan sin herramientas para cumplir su deseo de fortalecer la presidencia.
Las elecciones turcas han sido m¨¢s bien mon¨®tonas desde que el AKP llegara al poder en 2002: una y otra vez han arrojado victorias arrolladoras y dado pie a Gobiernos de mayor¨ªa. Sin embargo, este a?o las perspectivas son distintas, ya que los resultados son inciertos y lo que est¨¢ en juego no puede ser mayor. De ellos depende no s¨®lo el futuro pol¨ªtico de Erdogan, sino la posibilidad de llegar a un arreglo duradero con los kurdos turcos y garantizar la solvencia en el largo plazo de la propia democracia turca.
Esta vez la incertidumbre se puede atribuir al (HDP) Partido de la Democracia de los Pueblos, predominantemente kurdo. Debido a su temor a no alcanzar el umbral del 10% del voto necesario para entrar al Parlamento, los partidos pol¨ªticos kurdos han preferido en el pasado no participar en las elecciones. En lugar de ello, los pol¨ªticos kurdos se presentaban como candidatos independientes, que no est¨¢n sujetos a ese umbral, para reunirse bajo la bandera de un partido una vez logrado el esca?o. Pero este a?o el movimiento pol¨ªtico kurdo ha presentado sus candidatos como miembros de un solo partido. Si bien no exenta de riesgos, esta estrategia podr¨ªa darles grandes r¨¦ditos, con importantes consecuencias para las perspectivas del pa¨ªs.
Los partidos pol¨ªticos kurdos han preferido en el pasado no participar en las elecciones
En el caso de que el HDP no alcanzara el 10%, se abrir¨ªan las puertas para una reforma del sistema pol¨ªtico. Si los kurdos y sus candidatos quedan fuera del Parlamento, al AKP le bastar¨ªan resultados apenas ligeramente mejores que lo que predicen las encuestas para conservar su hegemon¨ªa. Con poco m¨¢s del 45% de los votos, las peculiaridades de las leyes electorales turcas le dar¨ªan m¨¢s de 330 representantes en un Parlamento de 550 esca?os.
Un resultado as¨ª dar¨ªa a Erdogan poder para hacer realidad el tipo de sistema presidencial que durante tanto tiempo ha buscado. La mayor¨ªa parlamentaria del AKP le permitir¨ªa redactar unilateralmente una nueva Constituci¨®n y someterla a refer¨¦ndum en el plazo de un a?o; y en las regiones del sureste podr¨ªa haber m¨¢s des¨®rdenes si el movimiento kurdo (ante una falta de representaci¨®n pol¨ªtica en tiempos de transici¨®n institucional) intenta presionar en la calle para lograr mayor autonom¨ªa local.
Por otra parte, si el HDP logra el umbral del 10%, su suerte (y la de Erdogan) ir¨ªa en la direcci¨®n opuesta. Los candidatos del partido lograr¨ªan una importante representaci¨®n de minor¨ªa en el Parlamento y es probable que el AKP pasase a ser el socio mayoritario de un Gobierno de coalici¨®n. El primer ministro, Ahmet Davutoglu, se ver¨ªa obligado a escoger entre hacer alianzas con el HDP o bien con el conservador Partido del Movimiento Nacionalista (MHP). Si bien es te¨®ricamente posible, no ser¨ªa congruente con la cultura pol¨ªtica turca una gran coalici¨®n con el principal partido de la oposici¨®n, el centroizquierdista Partido Republicano del Pueblo (CHP).
Un resultado as¨ª dar¨ªa m¨¢s fuerza al Ejecutivo, encabezado por Davutoglu, en detrimento de la presidencia. Si pierde fuerza la perspectiva de que Erdogan se convierta en un presidente ejecutivo, su poder empezar¨ªa a desvanecerse con rapidez. Incluso en el supuesto de que el AKP siga siendo el partido mayoritario, el equilibrio de poder comenzar¨ªa a inclinarse en su contra.
En las democracias liberales, se supone que las elecciones nacionales dan al bando ganador un mandato popular para gobernar y establecer prioridades hasta las elecciones siguientes. S¨®lo raramente tienen implicaciones que duren m¨¢s all¨¢ de un ciclo electoral. Sin embargo, ese es el caso en la Turqu¨ªa de hoy: es probable que los resultados de las elecciones determinen las reglas de la vida pol¨ªtica por muchos a?os. El HDP alcanza hoy cerca de un 10% en las encuestas. Un empujoncito en una direcci¨®n u otra podr¨ªa marcar un mundo de diferencia.
Sinan ?lgen es presidente del centro de estudios EDAM, con sede en Estambul, y profesor visitante de Carnegie Europa.
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