Los emprendedores de Yunus no buscan empleo
El Premio Nobel invierte en la creaci¨®n de empresas por parte de la clase modesta de su pa¨ªs Yunus sigue reduciendo la pobreza en Bangladesh y quiere exportarlo a la Europa en crisis
Todo el mundo est¨¢ sentado en sus asientos a primera hora de una ma?ana de abril con la chuleta de los proyectos que ser¨¢n presentados. Cuando el profesor Muhammad Yunus entra en la sala de conferencias de Grameen Bank, en Dacca, los asistentes se levantan. Hace m¨¢s de tres d¨¦cadas Yunus fund¨® Grameen y populariz¨® el sistema de microcr¨¦ditos que llev¨® a ambos a conseguir el Premio Nobel de la Paz. Abri¨® la puerta del poder adquisitivo a la clase baja con la concesi¨®n de peque?os pr¨¦stamos sin aval a millones de personas, sobre todo, mujeres. El modelo gener¨® ciertos recelos pero ha sido replicado en medio mundo y ha tocado techo en Bangladesh, donde un quinto de la poblaci¨®n es beneficiaria de ellos. Sin embargo, y pese a notables avances, todav¨ªa un tercio de los 160 millones de banglades¨ªes viven bajo el umbral de la pobreza. El microcr¨¦dito era solo una herramienta. Y mucha gente busca hoy empleo sin fortuna.
Fuera de la direcci¨®n de Grameen desde hace cuatro a?os por decisi¨®n judicial, Yunus se ha reinventado. Su nuevo mantra desde hace un lustro es el negocio social. Y desde 2013 apuesta de la mano de entidades en la ¨®rbita de su ni?a bonita por invertir en negocios sostenibles de hijos de beneficiarios de microcr¨¦ditos que quieran convertirse en generadores de trabajo para la sociedad. Si los proyectos convencen, su equipo asesora, forma y pone a prueba a los emprendedores en su camino hacia el ¨¦xito y hasta la devoluci¨®n de la inversi¨®n. Son los primeros pasos de un nuevo modelo de responsabilidad social corporativa que le gustar¨ªa implantar en Bangladesh y m¨¢s all¨¢ de sus fronteras, incluso en la Europa azotada por la crisis.
La joven Najnin tiene 29 a?os y es del distrito septentrional de Mymensingh. Su casa apenas est¨¢ a cuatro horas de la capital por carretera, pero esta es la primera vez que visita Dacca. Su objetivo: convencer a un grupo de expertos reunidos por el Centro Yunus de que su idea vale la pena. Propone abrir una tienda de productos artesanales: bolsos, ornamentos, salvamanteles. Un poco de todo. Colores llamativos, materiales sencillos. Est¨¢ algo nerviosa como los otros cinco ponentes que ser¨¢n escrutados, primero en grupos reducidos de trabajo y, despu¨¦s, por toda la audiencia en un maratoniano ejercicio llamado Design Lab que se repite cada mes desde hace dos a?os.
Puesta en escena en el ecuador del trayecto
En realidad, Najnin ya ha recorrido el ecuador del trayecto. Meses atr¨¢s, trabajadores de Grameen Telecom Trust visitaron su domicilio, analizaron las opciones de mercado, las ventajas e inconvenientes de la iniciativa y le ayudaron a preparar un plan de negocio a tres a?os vista. Seg¨²n la proyecci¨®n, su comercio generar¨¢ 111.000 takas anuales (1.310 euros) de beneficios netos en el tercer ejercicio, un tercio m¨¢s que al comienzo, lo que le habr¨¢ permitido devolver gradualmente la inversi¨®n. Los papeles de Najnin contemplan la depreciaci¨®n de la moneda, transporte, alquiler, los salarios de los tres empleados... ?Pero qu¨¦ suceder¨¢ si el producto no cuaja?, preguntan algunos asistentes. "Una ONG local est¨¢ interesada en el material y me lo comprar¨¢ si no lo puedo vender al principio. Y si la gente no acude a la tienda, ir¨¦ a bodas, cumplea?os y otros eventos a promocionar los productos", responde ya con los nervios disueltos. Asegura que incluso sus familiares deber¨¢n pagar por los accesorios. "Creemos en su ¨¦xito. Transmite confianza", dice Lamiya Morshed, estrecha colaboradora de Yunus. El Nobel, al frente de la conferencia, asiente: "Esta visita ha sido buena para ella y tambi¨¦n para nosotros". Despu¨¦s, sin tiempo que perder, contin¨²a pasando revista al resto de nuevos emprendedores.
Proyectos para todos los gustos
Uno de los candidatos quiere montar un establo con vacas; otro, una zapater¨ªa, y tambi¨¦n hay propuestas para una tienda de decoraci¨®n, una de confecci¨®n de ropa y un colmado. El panel de expertos, entre los que figuran acad¨¦micos, potenciales inversores, fil¨¢ntropos y empresarios, intercambia preguntas sencillas con otras m¨¢s complicadas: ?Por qu¨¦ aumentas tu salario cuando la prioridad es que te conviertas en propietario ¨²nico del negocio? ?Dar¨¢s piensos artificiales a las reses? ?Qu¨¦ pasa si el material se da?a en el transporte? Al final todos los candidatos acaban superando la prueba. Ya van 600 desde 2013 y otros dos centenares de proyectos est¨¢n casi operativos. Entre presentaci¨®n y presentaci¨®n, el ambiente es distendido, se charla sobre futuro y oportunidades. Hay gente que viene a aprender, incluso algunos estudiantes universitarios; muchos aprovechan los recesos para hacerse selfies con Yunus, quiz¨¢s el banglades¨ª m¨¢s respetado y fotografiado del planeta pese a que lucha con algunos detractores, sobre todo en casa propia. Fuera de Bangladesh no deja de recibir invitaciones a eventos, pero su nivel de actividad en su pa¨ªs natal se ha reducido en los ¨²ltimos a?os.
Asesoramiento sobre el terreno
Dacca es solo la puesta en escena, el test final. Despu¨¦s llega la firma del acuerdo entre las partes ¡ªuna especie de joint venture¡ª y un proceso de asesoramiento que incluye cursillos y visitas regulares a los emprendedores. Jayanta Kumer dirige uno de esos equipos. Acompa?ado de analistas financieros y otros ayudantes, monta de vez en cuando en una furgoneta para recorrer cientos de kil¨®metros de punta a punta del pa¨ªs. En esta ocasi¨®n, su destino es la provincia norte?a de Rangpur. En seis d¨ªas a mediados de mayo pone pie en varios distritos y se re¨²ne con personas que ya han arrancado sus negocios. "Esto que hacemos es distinto de los microcr¨¦ditos ¡ªse apresura a matizar¡ª. El microcr¨¦dito te da un dinero, pero no te ense?a c¨®mo utilizarlo. Aqu¨ª se va m¨¢s all¨¢. Nuestro deber es que el beneficiario de la inversi¨®n se convierta en un emprendedor de verdad".
El programa se consolida
Por el camino, Kumer visita a varias mujeres con colmados, sastrer¨ªas y a un joven que regenta una tienda de m¨®viles y accesorios. Comprueba que las cuentas est¨¢n en orden. "El tema legal, de licencias, y la contabilidad son dos aspectos en los que ponemos mucho ¨¦nfasis", subraya. Todos comenzaron desde m¨¢s abajo, con peque?os pr¨¦stamos, y han ampliado el negocio con la inyecci¨®n de capital. Se muestran optimistas y muchos son ambiciosos. Quieren continuar expandi¨¦ndose y probar incluso a vender en otros mercados fuera de su entorno cercano. As¨ª de convencida se muestra, por ejemplo, Kazi Begum, que tras crear una red de clientes vende chaquetas y vestidos al por mayor, se vuelca en las fechas previas a festivales y ya tiene a cinco personas a su cargo. "Estoy muy feliz y esto va a m¨¢s", asegura. Aunque no todos los proyectos se mueven en los mismos tiempos ¡ª"empezar un negocio de cero implica riesgos", dice un analista financiero¡ª, parece que la semilla germina. "Es un programa piloto y hemos tenido un periodo de contraste. Ahora empezamos a ver claro que puede convertirse en un modelo", afirma Kumer. "Ojal¨¢ de entre estos peque?os emprendedores acabe surgiendo alg¨²n gran emprendedor".
Un modelo para sortear la crisis
"No somos buscadores de empleo, somos generadores de empleo". Ese es el lema de Yunus para su programa de Nobin Udyokta (nuevos emprendedores en bengal¨ª). Adem¨¢s de en Bangladesh, el economista est¨¢ replicando su concepto de negocio social en otros lugares como varios pa¨ªses africanos y tiene claro que la f¨®rmula se puede trasladar a Europa, donde podr¨ªa servir para revitalizar econom¨ªas con elevados niveles de desempleo tocadas a¨²n por la crisis.
"El desempleo es un fen¨®meno artificial. No es natural para el ser humano, que ha nacido para resolver problemas. Las escuelas y universidades tratan actualmente de preparar a j¨®venes para convertirse en buscadores de empleo como si esto fuera lo ¨²nico que pueden hacer. El ser humano es por esencia un emprendedor y, por tanto, deber¨ªamos animarle a convertirse en ello. No es tu culpa no tener trabajo, el sistema te pide que lo busques y t¨² no lo encuentras", afirma a este periodista.
Seg¨²n el Premio Nobel banglades¨ª, existe "espacio" para que compa?¨ªas europeas apliquen f¨®rmulas de negocio social e inviertan en ciudadanos "con ideas" a trav¨¦s de fondos como los que ¨¦l propone en Bangladesh. "Todo el mundo lo puede hacer. No necesitas un banco", subraya. De momento, ha lanzado la propuesta ante l¨ªderes pol¨ªticos en Europa, pero todav¨ªa se necesita encontrar "la manera de plasmar el inter¨¦s en hechos".
El director ejecutivo del Instituto banglades¨ª de Investigaci¨®n Pol¨ªtica (PRI), el economista Ahsan H. Mansoor, tambi¨¦n piensa que en Europa habr¨ªa posibilidad de ¨¦xito para este concepto. "La manera en que el profesor Yunus est¨¢ haciendo las cosas busca llevar a las corporaciones a adoptar un modelo distinto. Pon recursos pero no obtengas beneficios. Hay multinacionales que seguramente podr¨ªan destinar parte de lo que dedican a responsabilidad social corporativa (RSC) a este modelo". Sin embargo, Mansoor cree que el concepto "no tendr¨¢ mucha aceptaci¨®n" en Bangladesh, donde "la estructura corporativa no es muy grande".
Aprender a ser responsables
En una de las localidades de la zona, en Thakurgaon, el equipo de Grameen Telecom Trust organiza esos d¨ªas una conferencia. Entre el medio centenar de asistentes, que escuchan con m¨¢s entusiasmo del que hablan, solo figura una persona que emplea a m¨¢s de 10 trabajadores. Un joven con un negocio de mimbre para cuya consolidaci¨®n futura ha pensado en utilizar herramientas como internet y las redes sociales, de manera que pueda darse a conocer tambi¨¦n fuera de la regi¨®n. Kumer les habla del magnate y fil¨¢ntropo estadounidense Warren Buffet, de c¨®mo se convirti¨® en la tercera persona m¨¢s rica del mundo y les arroja una patata caliente: "Ten¨¦is que aprender a ser responsables para controlar a gente y dirigir el negocio. Pensad que cont¨¢is con tres a?os".
?Y si no lo consiguen?, se pregunta el periodista. En condiciones normales, el emprendedor debe devolver en el periodo acordado la inversi¨®n, que oscila entre las 100.000 y 400.000 takas (1.175-4.700 euros), m¨¢s un 20% con el fruto de sus beneficios. "Si la empresa no resulta rentable y el emprendedor abandona el proyecto no tiene que abonar el 20% adicional, solo la inversi¨®n", matiza Kumer. "De momento hemos invertido millones en los proyectos, los cursillos y asesoramiento, y tan solo hemos recuperado unas pocas decenas de miles de takas. Tenemos previsto crear un fondo con el dinero devuelto, aunque eso no lo decimos a los emprendedores para que no se conf¨ªen", sentencia.
El reto es may¨²sculo, pero la esperanza tambi¨¦n es m¨¢xima.
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