El dictador como fetiche pop
'Dictadores' es el primer libro de Roberta Marrero, en ¨¦l la artista descontextualizan im¨¢genes populares a trav¨¦s de la alteraci¨®n visual de una serie de iconos totalitarios
En la obra de Roberta Marrero prima el instinto. ¡°Cuando estoy haciendo algo lo hago como en trance, no sabr¨ªa decir el motivo¡±, explica la artista desde su casa en Copenhague. ¡°No hay un mensaje claro en mi trabajo y al mismo tiempo s¨ª lo hay porque soy una mujer con ideas propias sobre esto y aquello. Mis obras est¨¢n muy abiertas a la interpretaci¨®n, que por otro lado es lo interesante, que el espectador saque sus propias conclusiones y haga suyo lo que est¨¢ viendo¡±. Marrero (Las Palmas de Gran Canaria, 1972) lleva a?os creando obras en las que se cruzan y descontextualizan im¨¢genes populares cuya sem¨¢ntica acaba pervertida. Dictadores, su primer libro, sublima esa filosof¨ªa creativa a trav¨¦s de la alteraci¨®n visual de una serie de iconos totalitarios. Warhol es su principal influencia.
¡°Est¨¢ un tanto trivializado hoy en d¨ªa, cuando en realidad era un artista bastante oscuro, casi nihilista. Le fascinaba la muerte, lo extremo, incluso los dictadores como Mao. Ahora todo el mundo ve sus cuadros de Marilyn y piensa ¡°?qu¨¦ colorido!¡±, pero en su momento muchas galer¨ªas se negaron a exhibirlos porque les parec¨ªan blasfemos y necr¨®filos¡±. El Hollywood cl¨¢sico, las estrellas de la m¨²sica pop, la imaginer¨ªa cat¨®lica e iconos de la cultura gay dominan las piezas de Marrero. Fue la editorial que publica el libro quien lanz¨® la propuesta de recopilar su trabajo sobre dictadores. ¡°No hay mucho trabajo publicado sobre los dictadores vistos desde la perspectiva del arte. La imaginer¨ªa fascista es muy poderosa, cuasi religiosa, dir¨ªa yo. Me ha fascinado desde siempre y no sabr¨ªa explicar la raz¨®n. Son im¨¢genes de poder, y estas son recurrentes en mi trabajo¡±.
En el curr¨ªculo de la artista se cuentan un par de ¨¢lbumes de pop electr¨®nico y muchas noches ejerciendo como dj por clubes espa?oles. Desde hace unos a?os, y a ra¨ªz de su traslado a Dinamarca, cultiva exclusivamente su faceta como artista pl¨¢stica. Algunas de sus piezas forman parte de exposiciones como David Bowie Is, organizada por el Victoria&Albert Museum, o de Piaf, en la Biblioteca Nacional de Francia. Joe Dallesandro le escribi¨® proponi¨¦ndole usar una de sus obras para lanzar una camiseta en edici¨®n limitada. ¡°Son cosas que no tienen repercusi¨®n en tu d¨ªa a d¨ªa, pero ir a la exposici¨®n de Bowie y ver all¨ª tu granito de arena en esa maravilla es un gusto. En cuanto a lo de Dallesandro, haber hecho algo con alguien que form¨® parte de la Factory es como que¡ bueno, ya me puedo morir tranquila¡±.
Marrero cuenta que lleg¨® a pintarle un bigote hitleriano a Vladimir Putin. Por motivos evidentes, en Dictadores, no est¨¢ esa imagen pero s¨ª una del Caudillo con el rayo que cruzaba la cara de Bowie en la portada de Aladdin Sane, ¨¢lbum que en su d¨ªa sufri¨® la intolerancia de la censura franquista. ¡°?Por qu¨¦ lo hice? Simplemente me pareci¨® una buena idea¡±, es la warholiana respuesta de Marrero, manifestando cu¨¢nta inteligencia puede albergar eso que llamamos instinto.
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