Claroscuros en la tragedia que conmovi¨® a Alemania

La historia de Tug?e Albayrak conmovi¨® a Alemania a finales del a?o pasado. Esta joven estaba en una hamburgueser¨ªa en la madrugada del 15 de noviembre cuando sali¨® en defensa de dos chicas que sufr¨ªan un ataque. El agresor le dio un golpe y ella qued¨® en coma. Dos semanas m¨¢s tarde, su familia desenchufar¨ªa la m¨¢quina que la manten¨ªa con vida.

El pa¨ªs entero llor¨® la muerte de Albayrak, a la que se describi¨® como ¡°hero¨ªna¡± o ¡°¨¢ngel de la misericordia¡± y de la que el presidente federal, Joachim Gauck, dijo que era un ejemplo a seguir. La estudiante de 22 a?os, de origen turco y perfectamente integrada en la sociedad alemana, se contrapon¨ªa al agresor, Sanel M., hijo de serbios, desempleado y con antecedentes. Ella ejemplificaba las virtudes de una juventud trabajadora y comprometida; ¨¦l, los fracasos de la sociedad multicultural. Una historia sin aristas, f¨¢cil de contar. Pero el juicio ha demostrado que la realidad era mucho m¨¢s compleja.

¡°Ni la v¨ªctima era una hero¨ªna nacional ni el acusado el mat¨®n rabioso que muchos han descrito¡±, dijo el fiscal. La sentencia condena a Sanel M. a tres a?os de c¨¢rcel por lesiones con resultado de muerte. Pero deja claro que los dos se insultaron y se enzarzaron en una pelea tras una noche de fiesta y alcohol. ?l dio una bofetada a Albayrak. Ella se desmay¨® y se dio con la cabeza en el suelo.

El caso que ha llenado portadas de peri¨®dicos queda reducido a una pelea con tr¨¢gico final, pero que, como dijo el juez Jens Assling, ¡°no es algo extraordinario¡±. Assling se dirigi¨® a los padres para decirles que su hija era muy valiosa, pero que no hab¨ªa muerto como una hero¨ªna.

El juicio ha dado una lecci¨®n a algunos que no estaban en el banquillo de los acusados. Primero, a medios de comunicaci¨®n como el Bild, que tacharon de asesino a Sanel M. ¡ªcon fotograf¨ªa incluida¡ª antes de ser juzgado. Y en segundo lugar a pol¨ªticos como Gauck, para el que la joven fue ¡°v¨ªctima de una agresi¨®n brutal¡±. ¡°Para un tribunal es dif¨ªcil trabajar cuando un alto representante del Estado ya ha repartido las culpas¡±, dijo el juez.