Una huella de la met¨¢stasis se?ala el punto de origen del c¨¢ncer
Los tumores de origen desconocido son uno de los 10 m¨¢s frecuentes
La huella epigen¨¦tica (los sem¨¢foros que hacen que un gen se active o no) de los c¨¢nceres secundarios sirve para identificar su origen. Esta es la ¨²ltima aplicaci¨®n del estudio de los marcadores que hacen que un gen se exprese o se inhiba (la epigen¨¦tica) que, como destaca su investigador Manel Esteller, director del programa de Epigen¨¦tica y Biolog¨ªa del C¨¢ncer del Instituto de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de Bellvitge (IDIBELL), "ya tiene una aplicaci¨®n pr¨¢ctica". "En 2012 encontramos un dispositivo que detectaba las metilaciones [la principal marca del epigenoma] en muchos sitios, y ya tenemos su desarrollo comercial", a?ade Esteller.
La base del desarrollo es que "cada c¨¢ncer tiene un patr¨®n de metilaci¨®n distinto", explica el investigador. Con el dispositivo se identifican estas huellas epigen¨¦ticas, y se "compara con las 10.000 fotos de tumores humanos que tenemos", a?ade. Estas radiograf¨ªas corresponden a los 40 c¨¢nceres m¨¢s frecuentes, "de la cabeza a los pies". Con ello se pretende solucionar un problema: "Los tumores de origen desconocido son uno de los 10 m¨¢s frecuentes", se?ala Esteller. "Debutan ya con met¨¢stasis, y el onc¨®logo se encuentra con un tumor en ganglios, costillas o piel que no encajan con ese tejido". En estos casos es fundamental saber cu¨¢l es el c¨¢ncer primario porque es el que corre m¨¢s prisa tratar. "En general estos tumores tienen muy mal pron¨®stico porque se diagnostican tarde; muchos pacientes mueren a los seis meses. Son situaciones t¨ªpicas en c¨¢ncer de pulm¨®n y de p¨¢ncreas", afirma.
En la pr¨¢ctica, el investigador se?ala varios ¨¦xitos que ya ha tenido el Epicup, nombre del dispositivo que comercializa Ferrer. ¡°Por ejemplo un m¨¦dico no sab¨ªa el origen de un c¨¢ncer. Le dijimos que era g¨¢strico, y le pudimos orientar. Le dijimos que mirara la mutaci¨®n HER2, y as¨ª le pudieron dar un tratamiento espec¨ªfico¡±.? En otro caso que relata, el c¨¢ncer original era de mama, pero al ser en un hombre hab¨ªa pasado desapercibido. Una vez diagnosticado fue muy f¨¢cil de localizar.
Estos enfoques enlazan el diagn¨®stico epigen¨¦tico con la medicina personalizada que tanto se menciona cuando se habla de oncolog¨ªa: buscar las mutaciones o prote¨ªnas espec¨ªficas de un c¨¢ncer para as¨ª darle un tratamiento a la medida, solo que en este caso se busca la huella epigen¨¦tica, un nivel superior de se?alizaci¨®n de los genes. Esteller afirma que se trata de un proceso que cuesta unos 2.000 euros por proceso, y que actualmente est¨¢n recogiendo muchas muestras de manera altruista para verificar el funcionamiento. "Es un precio comparable a otras t¨¦cnicas, y que puede ahorrar mucho m¨¢s en tratamientos in¨²tiles", apunta. Y eso no redunda solo en la econom¨ªa del proceso. "Lo fundamental es que aumenta la supervivencia porque permite identificar mejor la enfermedad en los casos en que hay tratamiento, y, por otro lado, evita toxicidades innecesarias porque indica qu¨¦ tratamientos no tienen sentido porque el paciente no va a responder". ?
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