Herederos de Snowden
En San Petersburgo trabaja por turnos un ej¨¦rcito de ¡®trolls¡¯. Son agitadores-blogueros-propagandistas en la Red dedicados a alabar a Putin y su Gobierno
En San Petersburgo, en un edificio de cuatro plantas llamado Investigaci¨®n de Internet, siete d¨ªas por semana y 24 horas al d¨ªa trabaja por turnos un ej¨¦rcito de trolls. Esos agitadores-blogueros-propagandistas en la Red se dedican a alabar a Putin y su Gobierno. Entrar en ese ej¨¦rcito no es f¨¢cil: en el examen de ingreso hay que demostrar la capacidad de escribir 135 art¨ªculos y r¨¦plicas al d¨ªa porque es lo que se le exige a un empleado en una jornada laboral de 12 horas. El objetivo es inundar Internet con mensajes que retraten a Putin como a un benefactor y a Obama y Merkel como a unos sangrientos dictadores. Nada nuevo, una f¨¢brica propagand¨ªstica parecida a la que ya exist¨ªa en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, solo que en versi¨®n redes sociales.
Marat Burkhard, un empleado de la empresa, no aguant¨® m¨¢s de dos meses en ese, seg¨²n ¨¦l, ¡°ministerio de la verdad orwelliano que propaga falsedades¡±. Al abandonar el empleo que calific¨® de ¡°absurdo e indigno¡±, en marzo pasado, dio una entrevista a la emisora Radio Free Europe en la que revel¨® el funcionamiento de ese mastodonte de desinformaci¨®n. La divisi¨®n de trabajo es simple. Cada ma?ana, el ej¨¦rcito de trolls se divide en tres. El primer equipo desempe?a el papel de ¡°villano¡± criticando, por ejemplo, una decisi¨®n del Gobierno central o regional; el papel del segundo equipo es contradecir y difamar la cr¨ªtica del primero con argumentos l¨®gicos y una fuerte carga sentimental, se?alando art¨ªculos del tercer equipo que justifican y alaban la postura y el trabajo de las autoridades. Esos blogueros deben transmitir una imagen de individuos desinteresados, deseosos de expresar su opini¨®n en la Red; contestan cartas de los peri¨®dicos rusos e internacionales tanto en ruso como en ingl¨¦s y otros idiomas, mandan tuits y se hacen amigos de personas reales en las redes sociales. Su tarea tiene alcance internacional: seg¨²n algunas revelaciones, por ejemplo, intentan alejar a Serbia de la UE y atraerla bajo la esfera de Rusia. Se trata de una organizaci¨®n minuciosamente dise?ada; su director es una persona cercana a Putin.
Al contrario que Burkhard, Lyudmila Savchuk nunca quiso trabajar seriamente para la empresa; esta periodista se introdujo en el ej¨¦rcito de los trolls para poder denunciarlo. Al dejar el trabajo, esta madre soltera de 34 a?os se llev¨® archivos importantes que hab¨ªan escrito sus compa?eros y denunci¨® adem¨¢s a la empresa por pagar a sus empleados con dinero negro. ¡°La peor experiencia que tuve en ese trabajo fue tener que describir a Obama como a un mono negro¡±, confiesa Savchuk. ¡°Pero estaba obligada a hacerlo y lo hice. El odio que reparten los trolls llega a llenar el mundo real¡±.
Al denunciar las pr¨¢cticas de su Gobierno, Lyudmila Savchuk y Marat Burkhard han seguido las huellas de Edward Snowden: sacar a la luz el control y la manipulaci¨®n de los ciudadanos. El asesinato del disidente Bor¨ªs Nemtsov fue un signo para Savchuk: ¡°Me di cuenta de que cualquiera que se opone a las autoridades puede acabar como ¨¦l. Incluso yo misma¡±.
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