Lapas perniciosas
Como se?ala la se?ora Carmena, cada caso es distinto; pero una vez asumido el error, metedura de pata o simplemente estupidez manifiesta, hay que cargar con las consecuencias. Porque las personas que han cre¨ªdo en la regeneraci¨®n democr¨¢tica y defendido los planteamientos de una pol¨ªtica nueva no pueden conformarse con medias tintas. Adem¨¢s, debilita la posici¨®n de sus l¨ªderes. Por eso, la ejemplaridad democr¨¢tica tiene que ser absoluta. No vale, por ejemplo, dimitir un poquito. Esas posturas dejan sin argumentos a los que creen que una democracia diferente es posible. El que se equivoca aunque lo reconozca, pida perd¨®n o se arrepienta, se tiene que marchar, dejar que otros sin ese lastre ocupen su puesto.¡ª Gregorio Torres Trivi?o.?
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