No a Terminator en Grecia
En EEUU nadie ech¨® la culpa de la crisis a la moneda norteamericana, nadie elucubr¨® con el fin del billete verde. Calcadito a lo de aqu¨ª.
En 2009 Grecia encaraba el desastre. California suspend¨ªa pagos. Hoy, Grecia bracea, zigzagueando junto al precipicio. California debate c¨®mo repartir el exceso de super¨¢vit. ?Por qu¨¦ tanta diferencia?
Se dir¨¢: California es El Dorado rico, octava potencia mundial, PIB de dos billones de euros; Grecia, el farolillo rojo de Europa, PIB de 180.000 millones, pa¨ªs pobre. Pero California es al tiempo el m¨¢s rico Estado de EE?UU y el m¨¢s m¨ªsero: 23,4% de pobres.
Se dir¨¢: la deuda p¨²blica de California apenas alcanza el 50% de su PIB; la de Grecia dobla el suyo. Pero el pago de sus intereses apenas exige m¨¢s sacrificio a los griegos (en torno al 6% del presupuesto) que a los californianos (5%).
Se dir¨¢: los rescates de Europa adormecieron a los griegos, mientras que en EE?UU los Estados pueden quebrar (desde principios del XIX), y as¨ª espabilan por s¨ª mismos. Pero el presupuesto federal tambi¨¦n ayuda, con transferencias de protecci¨®n social, infraestructuras, rescates bancarios. Se dir¨¢: ambas crisis son incomparables. Pero la burbuja inmobiliaria californiana fue atizada por la inversi¨®n extranjera, y el exceso de d¨¦ficit griego, por el mal uso del euro barato: ambas causas, semiex¨®genas.
Las grandes diferencias no vienen de todo eso. Vienen por las distintas pol¨ªticas econ¨®micas aplicadas. Arnold Schwarzenegger, el gobernador republicano, hizo honor a su personaje, Terminator: al estallar la crisis saj¨® los gastos sociales en escuelas y asilos, recort¨® brutalmente los salarios a los funcionarios. Austeridad extrema.
Claro que su sucesor, el dem¨®crata Jerry Brown, mantuvo recortes, pero sobre todo aument¨® los ingresos fiscales, subiendo los impuestos personales, especialmente a los m¨¢s ricos: en cuatro a?os la recaudaci¨®n de la renta ha aumentado un 55%; el 1% m¨¢s pr¨®spero paga el 50% del total. Una utop¨ªa, en Grecia.
Vienen por la r¨¢pida mejora de la econom¨ªa norteamericana tras la Gran Recesi¨®n, frente al lento repunte de la europea. Por el infinito dinamismo empresarial, econ¨®mico y tecnol¨®gico del Oeste americano, comparado con el secular atraso hel¨¦nico. Y porque all¨ª nadie ech¨® la culpa de la crisis a la moneda norteamericana, nadie elucubr¨® con el fin del billete verde ni con la salida ni la expulsi¨®n de California del ¨¢rea d¨®lar. Calcadito a lo de aqu¨ª.
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