Los ¡°decididos¡± de Berl¨ªn marchan contra las fronteras de Europa
Miles de berlineses representaron el domingo frente al Reichstag una obra cr¨ªtica contra la pol¨ªtica de inmigraci¨®n europea. Esta es otra acci¨®n pol¨ªtico-art¨ªstica del cada vez m¨¢s conocido Centro para la Belleza Pol¨ªtica
El pasado domingo, miles de personas se acercaban a media ma?ana a la ?pera Nacional de Berl¨ªn. Sobre el escenario al aire libre, Daniel Barenboim deleitaba al p¨²blico con su magistral direcci¨®n de orquesta. Mientras, pasantes y turistas observaban extra?ados c¨®mo decenas de furgones de polic¨ªa aparcaban en fila junto a las aceras de la avenida principal de la capital, a tan solo unos cincuenta metros del evento. Como a golpe de batuta llegaban los primeros asistentes a la que han llamado ¡°Marcha de los Decididos¡±: una pieza teatral cuyos actores fueron unos 5.000 ciudadanos que, indignados con las duras pol¨ªticas europeas de refugiados, se dispon¨ªan a velar a las v¨ªctimas de las fronteras blindadas de Europa. El recorrido, desde la avenida Unter den Linden hasta el Barrio del Gobierno en Berl¨ªn, fue la culminaci¨®n de una campa?a que desde el principio ten¨ªa todos los papeles para convertirse, al menos, en una victoria medi¨¢tica.
¡°Vienen los muertos¡± es el nombre de la ¨²ltima acci¨®n de un colectivo de artistas llamado Centro Para la Belleza Pol¨ªtica (Zentrum f¨¹r Politische Sch?nheit, ZPS), que desde hace dos semanas ocupa un puesto elevado en la escena medi¨¢tica alemana (ya hicieron otra sobre muros y las cruces de los muertos llenaron la capital alemana). El objetivo es enterrar a las v¨ªctimas del aislamiento de Europa frente a los despachos de sus ¡°asesinos burocr¨¢ticos¡±, es decir, frente a la Canciller¨ªa en Berl¨ªn. La campa?a, financiada a trav¨¦s de donaciones, ha recaudado hasta ahora m¨¢s de 54.000 euros. Seg¨²n el presupuesto presentado en la p¨¢gina web, para el traslado y entierro de cada muerto se necesitan 14.900 euros. ¡°Juntos con los familiares hemos abierto tumbas inhumanas y exhumado a los muertos. Ahora est¨¢n de camino a Alemania¡±, escribe Philipp Ruch, director art¨ªstico del Centro en la presentaci¨®n de la campa?a. Seg¨²n ACNUR, en lo que va de a?o m¨¢s de 1.700 personas han perdido la vida tratando de cruzar el Mediterr¨¢neo (los cuerpos de inmigrantes encontrados en el mar entre 1990 y 2013 suman 3.188; los desaparecidos son incontables)
En el primer cortejo f¨²nebre, que tuvo lugar el pasado 16 de junio en el norte de Berl¨ªn, se dio sepultura a una mujer siria. Tres d¨ªas m¨¢s tarde, en otro cementerio de la capital germana, los asistentes dieron homenaje a un hombre de 60 a?os. Ambas v¨ªctimas no lograron llegar a Europa con vida. ¡°Estas personas tuvieron que huir desde Siria cruzando el Sud¨¢n, Egipto y Libia, y encontraron la muerte en el mar. Si las fronteras europeas no estuvieran selladas militarmente, podr¨ªan haber llegado a trav¨¦s de Bulgaria y haber disfrutado de su derecho al asilo¡±, declar¨® Stefan Pelzer, otro de los miembros del Centro tras celebrarse el primer funeral. Los actos se desarrollaron con respeto y con el consentimiento de los familiares de las v¨ªctimas, y fueron oficiados por un im¨¢n tal y como dicta la tradici¨®n musulmana. La canciller alemana ?ngela Merkel y el Ministro del Interior Thomas de Maizi¨¨re, entre otros miembros del gobierno, fueron invitados a la ceremonia. Sin embargo, la tribuna dispuesta para las autoridades oficiales alemanas, cubierta con una alfombra roja, se qued¨®, en ambas ocasiones, completamente vac¨ªa. De fondo ondeaban al viento las banderas de los estados europeos.
La organizaci¨®n ZPS quiere que todos y cada uno de los inmigrantes que tratan de llegar a Europa sean, de una vez por todas, los protagonistas de la agenda pol¨ªtica; quiere dar visibilidad a los muertos y brindarles un ¨²ltimo y merecido descanso. Para ello, el grupo emplea nuevas formas de comunicaci¨®n m¨¢s creativas y art¨ªsticas. Se definen a s¨ª mismos como ¡°agresivos humanistas¡±. No son activistas. ¡°El ministro del Interior alem¨¢n quiere que los muertos sean invisibles. Nosotros los traemos hasta el centro del poder, al lugar de donde proceden las ¨®rdenes para las fronteras europeas de la muerte: al barrio del Gobierno en Berl¨ªn¡±, revela Stefan Pelzer.
Varios columnistas y medios alemanes discuten si se trata o no de una acci¨®n irreverente. En respuesta a las acusaciones, Philipp Ruch ha explicado en varias ocasiones c¨®mo ¨¦l mismo ha podido documentar en muchos puntos de la frontera c¨®mo inmigrantes han sido enterrados en tumbas inhumanas, fosas comunes o almacenados en c¨¢maras frigor¨ªficas durante meses. Seg¨²n Pelzer no hay justificaci¨®n para semejantes acciones: ¡°Las muertes no se comunican ni a organizaciones internacionales como la Cruz Roja. Ni siquiera se busca a las familiares de las v¨ªctimas. Las autoridades fronterizas declaran que las tareas de reconocimiento son a menudo demasiado complicadas. Sin embargo, la mayor¨ªa de estas personas lleva encima pasaportes, documentos de identidad o papeles¡±.
¡°El ¨²ltimo descanso de las v¨ªctimas ha de convertirse en nuestra intranquilidad pol¨ªtica¡±
Para Philipp Ruch, fil¨®sofo y director art¨ªstico del ZPS, el arte ha de doler, desgarrar, rendir resistencia. Con el fin de mostrar la angustia que causan el hambre, las guerras y la industria armament¨ªstica, el colectivo invit¨® a la sociedad alemana a asistir a la Marcha de los Decididos. Si se trataba de marcha y no manifestaci¨®n era sin duda una cuesti¨®n de concepto. La concentraci¨®n deb¨ªa tener un car¨¢cter de duelo, de cortejo f¨²nebre. El p¨²blico, heterog¨¦neo y entre el que se encontraban asistentes de todas las edades, llevaron trozos de madera, cruces, l¨¢pidas de porexpan y miles de flores. No faltaron las pancartas: ¡°Las fronteras matan¡± o ¡°Ning¨²n ser humano es ilegal¡±. Otros portaban preguntas: ¡°?Cu¨¢ndo hemos perdido la humanidad?¡±.
La m¨²sica de los compositores cl¨¢sicos del concierto multitudinario frente a la ?pera Nacional de Berl¨ªn se mezclaba con las palabras de algunos de los miembros del ZPS, que con un meg¨¢fono saludaban a los asistentes: ¡°Esta acci¨®n en Berl¨ªn es para los muertos, porque no han sido tratados de forma humana¡±. Finalmente, en torno a las dos y media de la tarde, la multitud se ech¨® a andar. Dos furgonetas f¨²nebres son conducidas en medio de la marcha. Van despacio. Varios de los voluntarios del Centro rodean los veh¨ªculos con un cordel. Todos ellos visten camisetas blancas con el eslogan de la campa?a y llevan sus rostros manchados de holl¨ªn. Entre ellos caminaba Justus Lenz, el portavoz del grupo de artistas: ¡°Las autoridades nos han prohibido hoy enterrar a las v¨ªctimas, as¨ª que ahora tenemos un plan B¡±. Con iron¨ªa, Lenz aclaraba los detalles sobre c¨®mo el grupo hab¨ªa planeado la convocatoria: ¡°No queremos que la gente sea creativa. No queremos que nadie traiga cemento, ni cruces, ni que los asistentes levanten tumbas frente al Parlamento¡±.
Despu¨¦s de dos kil¨®metros, una barrera de polic¨ªas antidisturbios sellaba la llegada a la explanada frente a la Canciller¨ªa. Delante de los agentes, entre los edificios gubernamentales de Berl¨ªn, miles de personas manifestaban en silencio su rechazo a las pol¨ªticas europeas que cada d¨ªa consuman el drama migratorio. Todos rend¨ªan culto al cartel de m¨¢s de tres metros de altura en que se le¨ªa: ¡°Aqu¨ª construye la Uni¨®n Europea¡±, como si de la futura edificaci¨®n de un monumento a los ca¨ªdos se tratara. Las banderas alemana y europea cubren los dos f¨¦retros blancos, vac¨ªos, que en unos minutos se cubren con flores de los asistentes. Berl¨ªn tomaba conciencia de la verdad inc¨®moda a la que Europa est¨¢ negando ayuda. Y lleg¨® entonces la rabia: las vallas que proteg¨ªan el c¨¦sped reci¨¦n plantado cayeron y m¨¢s de 5.000 personas entraron euf¨®ricos y emocionados a la Plaza de la Rep¨²blica. Miles revolvieron durante una hora la tierra del jard¨ªn del Parlamento. M¨¢s tarde, la explanada se convirti¨® en un cementerio simb¨®lico dedicado a aquellos que dejaron sus ¨²ltimos esfuerzos buscando la protecci¨®n de Europa. Pareci¨® que la m¨²sica de Barenboim y su direcci¨®n de la pieza ¡°Oda a la alegr¨ªa¡± coordin¨® este movimiento inesperado, que dej¨® a la polic¨ªa sin estrategia y a muchos de los presentes sin palabras.
La concentraci¨®n se alarg¨® varias horas por los enfrentamientos entre la polic¨ªa y algunos de los asistentes. En total, 91 personas fueron detenidas al negarse a abandonar el recinto. Sin embargo, Berl¨ªn demostr¨® haberse llenado de esperanza: ¡°Hoy nos hemos tomado la libertad de dar nuestra opini¨®n y hemos mostrado nuestra indignaci¨®n con el hecho de que cada mes se ahoguen miles de personas en el Mar Mediterr¨¢neo¡±, declar¨® la activista Anke Domscheit-Berg.
La campa?a ¡°Vienen los muertos¡± a¨²n no ha terminado. La financiaci¨®n continuar¨¢ abierta ocho d¨ªas m¨¢s y, seg¨²n parece, al colectivo le quedan meses de vida para seguir promoviendo actos creativos de resistencia que conmuevan a Alemania y para, sobre todo, seguir llamando la atenci¨®n a los pol¨ªticos sobre el drama de los inmigrantes que a¨²n siguen llamando a las puertas de Europa.
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