Revoluci¨®n del armario global
Christian Dior puso patas arriba la sociedad francesa de posguerra con el traje Bar y la est¨¦tica del 'new look', que celebraba el poder de lo femenino frente a la austeridad Setenta a?os despu¨¦s, a¨²n puede percibirse su influencia. Ahora, un libro y una exposici¨®n analizan este fen¨®meno
Dise?ar una falda por debajo de la rodilla podr¨ªa parecer tan provocador como dejarse barba de tres d¨ªas. Pero este acto supuestamente irrelevante se convierte en todo un desaf¨ªo si se acomete en las postrimer¨ªas de la II Guerra Mundial. Una ¨¦poca en la que las cartillas de racionamiento a¨²n funcionaban en Francia, el metro de tela segu¨ªa vendi¨¦ndose a precio de chulet¨®n de buey en Reino Unido y los shorts vaqueros formaban ya parte del paisaje costero estadounidense. Pese a todo ello, el 12 de febrero de 1947, Christian Dior (Granville, Francia, 1905) decidi¨® presentar en Par¨ªs un modelo compuesto por una falda larga negra y una chaqueta blanca que ¡°marcaba la cintura al tiempo que redondeaba las caderas, enfatizaba el pecho y subrayaba los hombros¡±. As¨ª defin¨ªa Gianfranco Ferre, dise?ador de Dior desde 1989 hasta 1997, el traje Bar. Esta pieza no solo acapar¨® el protagonismo del primer desfile de alta costura de la maison, sino que dio lugar al new look, una nueva est¨¦tica que redefin¨ªa la silueta de la mujer. Celebrando el poder de las curvas frente a la austeridad imperante, sacudi¨® los cimientos de la moda y agit¨® una sociedad en plena transformaci¨®n.
Siete d¨¦cadas despu¨¦s, su influencia a¨²n puede percibirse con claridad. Desde los salones de alta costura hasta las salas de juntas. Un libro de la editorial ?Rizzoli y una exposici¨®n titulados Dior, la revoluci¨®n del new look analizan ahora la trascendencia de este fen¨®meno. Bajo una mirada esc¨¦ptica o propia del a?o 2015 ¨Cdonde pr¨¢cticamente cualquier cosa es tendencia¨C resulta dif¨ªcil creer que un cambio en el patronaje pueda tener un efecto real en la vida de las mujeres y en la industria de la moda.
Por eso, a Laurence Bena?m, responsable del libro Dior, la revoluci¨®n del new look (Rizzoli), le gusta recordar el impacto que la aparici¨®n del traje Bar gener¨® en Estados Unidos. Dior fue acusado de querer ¡°ocultar las sagradas piernas de las americanas¡± e incluso hubo protestas en Chicago al grito de ¡°?Abajo con el new look! ?Quememos al se?or Dior!¡±.
Esta nueva est¨¦tica no solo era percibida por algunas mujeres ¡°como un paso atr¨¢s¡±, seg¨²n apunta Bena?m, sino tambi¨¦n como un ejercicio de ostentaci¨®n gratuito tras las penurias de la guerra. En Reino Unido, por ejemplo, la Normativa para la fabricaci¨®n de la ropa civil, vigente durante la II Guerra Mundial, limitaba el ancho de las faldas a seis pies (1,83 metros). Para fabricar una de las que Dior present¨® en 1947 se requer¨ªan casi 60 metros de tela.
¡°En el resto de Europa, sin embargo, estos ambiciosos patrones animaron la reindustrializaci¨®n textil, donde Marcel Boussac, propietario de la marca Christian Dior, fue un actor principal¡±, se?ala Bena?m.
Gracias o a pesar de la pol¨¦mica, el new look se convirti¨® en un ¨¦xito inmediato. El traje Bar, que costaba 58.500 francos (unos 3.200 euros actuales), fue uno de los m¨¢s demandados de la colecci¨®n, seg¨²n asegura Pierre Cardin, aprendiz por entonces de monsieur Dior.
Adem¨¢s, el maestro de Granville decidi¨® vender licencias para que otros fabricantes produjesen versiones de sus piezas. Lo que solo ayud¨® a popularizar a¨²n m¨¢s el new look. ¡°De repente todo lo dem¨¢s parec¨ªa pasado de moda. Recuerdo ver a mujeres a?adiendo trozos de tela a sus faldas¡±, cuenta Hubert de Givenchy en el libro de Bena?m. ¡°Esa colecci¨®n de 1947 funcion¨® como un verdadero manifiesto. Reivindica el poder de la vida, simbolizado por una opulenta femineidad, en contra de la destrucci¨®n. Encarna la esperanza en el futuro¡±, argumenta Florence M¨¹ller, comisaria de la exposici¨®n Dior, la revoluci¨®n del new Look, que acoge el Museo Christian Dior de Granville (Francia).
Seg¨²n Bena?m, ese desfile ¡°materializ¨® la idea de bienestar reencontrado, la vuelta al arte de gustar¡±. Ocho a?os despu¨¦s, Christian Dior y su new look ya vend¨ªan, seg¨²n datos de la marca, m¨¢s prendas que sus competidores directos: 5.154 frente a las 4.140 de Jacques Fath y las 300 de Chanel.
?Supo leer el maestro una pulsi¨®n inconsciente entre las mujeres que hab¨ªan pasado a?os enfundadas en uniformes de soldado, enfermera u obrera, o la provoc¨®? ¡°El gran modisto es aquel que sabe, como un alquimista, asociar su historia a la historia y hacer que no sepamos cu¨¢l es el origen exacto de sus creaciones. Un gran artista es el que no deja el cuerpo del delito. Si no, ser¨ªa demasiado f¨¢cil, ?verdad?¡±, reflexiona Bena?m.
Los expertos como M¨¹ller creen que pudo inspirarse en la belle ¨¦poque de su infancia, as¨ª como en la indumentaria de las amazonas de finales del siglo XIX. Pero m¨¢s trascendente que las ra¨ªces de esta nueva silueta resulta su influencia a lo largo de las d¨¦cadas. Empezando por su propia casa y terminando por las cadenas low cost.
La clave de que el new look contin¨²e siendo un referente relevante e inagotable reside, en palabras de Bena?m, en la compleja t¨¦cnica que esconde: ¡°Constituye una lecci¨®n absoluta de rigor y de corte¡±. El equilibrio ¡°entre las estructuras arquitect¨®nicas y flexibles¡± que exhiben sus dise?os los convierte, seg¨²n M¨¹ller, en piezas atemporales. Y, por tanto, trasladables a cualquier ¨¦poca, incluida la actual. Si no literalmente, s¨ª a trav¨¦s de algunos de los elementos que Dior ide¨®.
Para su primera colecci¨®n al frente de la casa francesa hace tres a?os, Raf Simons reinterpret¨® la curva sobre las caderas de la chaqueta Bar y la combin¨® con unos pantalones negros. Antes que ¨¦l, John Galliano, director creativo de la maison desde 1997 hasta 2011, le dio un toque neocolonial y la aderez¨® con collares mas¨¢is. Y as¨ª ad infinitum. Puede que Christian Dior muriese 10 a?os despu¨¦s de crear el new look, pero su obra, como la de los grandes genios, le ha sobrevivido custodiada en museos, plasmada en libros y caminando, cada d¨ªa, entre nosotros.
Dior, the new look revolution. Museo Christian Dior. Granville. Francia. Hasta el 1 de noviembre.
Libro: Dior, the new look revolution. Laurence Bena?m. ?Rizzoli. 152 p¨¢ginas. 35 euros.
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