La lengua com¨²n del cacao
Antes, cuando se hablaba del tipo criollo casi siempre se pensaba en Venezuela y Colombia, pero todo cambia en Latinoam¨¦rica
Los cacaos pueden ser forasteros, trinitarios o criollos. Los primeros cubren la mayor parte de la producci¨®n mundial, concentrada fundamentalmente en ?frica. Son cacaos r¨²sticos y muy productivos. Entre ellos, hay algunas variedades, realmente atractivas, como el cacao nacional fino de aroma ecuatoriano. La exuberancia productiva del forastero contrasta con la racaner¨ªa del criollo. Poco productivo y muy sensible a las plagas, ?reclama atenci¨®n gracias a su incre¨ªble potencial arom¨¢tico. Entraron siempre en esa categor¨ªa las grandes estrellas del cacaotal venezolano; el chuao, el choron¨ª y sobre todo el porcelana, la m¨ªtica variedad cultivada al sur de Maracaibo.
Luego est¨¢ el trinitario, que viene a ser un cruce de ambos. En parte criollo, en parte forastero, abre la puerta a una legi¨®n de h¨ªbridos que han colonizado buena parte del cacaotal americano. Sobre todo en las zonas emergentes, como Per¨², Bolivia y Ecuador, donde un h¨ªbrido de color rojo y forma alargada, llamado CCN 51, ha impuesto su presencia. Sus privilegios son su mayor productividad y la rapidez con que entra en producci¨®n. Razones suficientes para ocupar un lugar destacado en las preferencias de muchos nuevos productores. Tambi¨¦n en el caso de estados como el peruano, que utilizan el cacao como arma para sustituir y erradicar los cultivos de coca.
Hasta hace bien poco, cuando se hablaba de cacaos criollos casi todas las miradas se dirig¨ªan al norte de la regi¨®n Amaz¨®nica, representada por Venezuela y Colombia. Despu¨¦s avanzando por Panam¨¢ a trav¨¦s de las plantaciones de Bocas del Toro, cerca del l¨ªmite con Costa Rica, que tambi¨¦n se suma al festival, Honduras, Nicaragua y las selvas del sur de M¨¦xico. Tabasco, Oaxaca, Guerrero y Chiapas concentran la producci¨®n del pa¨ªs que dio vida al chocolate. Rep¨²blica Dominicana, Jamaica y Trinidad son otras referencias a tener en cuenta.
Todo cambia r¨¢pido en esta Latinoam¨¦rica que parece moverse a golpe de convulsiones. Por un lado, la situaci¨®n que vive Venezuela ha provocado algunos cambios. Aunque su producci¨®n apenas representa el 3,5 % del cacaotal americano, proporcionaba las referencias m¨¢s cotizadas hasta que los obst¨¢culos al movimiento de capitales y mercanc¨ªas y el abandono de la producci¨®n en muchos lugares ha dado lugar a m¨¢s de una paradoja, como la de ver a alg¨²n importante productor venezolano importando haba de cacao desde Ecuador.
Per¨² escala posiciones en el r¨¢nking de los productores superando ya a M¨¦xico en hect¨¢reas plantadas
Y luego est¨¢ la irrupci¨®n de Per¨² en el panorama cacaotero. El pa¨ªs escala posiciones en el r¨¢nking de los productores superando ya a M¨¦xico en hect¨¢reas plantadas. Es el resultado de la lucha contra la coca que vive el pa¨ªs desde hace 15 a?os: cacao a cambio de hoja de coca. En medio de este proceso, se viven algunos hechos singulares. La mayor¨ªa se concreta en torno a la irrupci¨®n de los cacaos criollos en el cacaotal local. Est¨¢, para empezar, la irrupci¨®n del cacao blanco en Piura y Tumbes, las regiones situadas m¨¢s al norte del pa¨ªs. Con este nombre se identifica al cacao porcelana implantado en la zona, punto de partida de chocolates de una gran finura y delicadeza arom¨¢tica. No menos singular es la revelaci¨®n del Fortunato n? 4. Los t¨¦cnicos dicen que se trata de un cacao forastero. Hace unos siete a?os aparecieron dos ¨¢rboles en la finca de Faustino Colala, en Ja¨¦n (departamento de Amazonas), que fueron identificados como los ¨²nicos supervivientes del Nacional, la gran estrella del cacaotal ecuatoriano declarada extinta a comienzos del siglo XX. Su tremenda elegancia le avala como uno de los cacaos m¨¢s cotizados del momento.
Finalmente, est¨¢n los cacaos nativos que van abandonando las profundidades de la selva, donde permanecieron escondidos durante siglos, para mostrarse en todo su esplendor. El chuncho reimplantado en Concepci¨®n, en la parte de selva amaz¨®nica m¨¢s cercana a Cuzco, es el mas relevante. Peque?o, redondeado, de piel fina y muy fr¨¢gil, es una de las estrellas emergentes del cacaotal peruano. Muchas otras esperan a ser descubiertas y van saliendo a la luz con el trabajo de las comunidades nativas que pueblan los l¨ªmites de la Amazon¨ªa. Ashaninkas, shipivos, machiguengas, notmachiguengas, awajunes, wapis o lamistas, entre otros, concentran buena parte de su trabajo en esas nuevas variedades criollas. Lo mismo sucede en Bolivia con los takana y la comunidad nativa Pueblo Leco de Larecaja.
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