Tres historias de miedo sobre menores migrantes en Espa?a
W. es la inicial del nombre de un ni?o camerun¨¦s que fue apartado de su familia con cinco a?os, all¨¢ en 2009, por el Servicio de Protecci¨®n al Menor del Gobierno de Cantabria. Sus padres, Ferdinand Kome y Monike Mbakong, fueron acusados de maltratarlo despu¨¦s de que el peque?o fuese atendido en el hospital varias veces. En marzo de 2013, el juez los absolvi¨® al no quedar demostrado que estos fueran unos maltratadores, igual que tambi¨¦n lo hizo la Audiencia Provincial despu¨¦s de que el Gobierno de Cantabria recurriese la primera sentencia.
A dia de hoy, W. sigue separado de sus progenitores, a quienes no ha visto en los ¨²ltimos cinco a?os, est¨¢ acogido por una nueva familia y en proceso de adopci¨®n definitiva pese a que los tribunales han confimado que ni Ferdinand ni Monike, que tienen otros dos hijos, cometieron malos tratos. Los servicios sociales de Cantabria no les han devuelto la tutela del ni?o, del que perdieron la patria potestad a los dos a?os de iniciarse el procedimiento.
La situaci¨®n en la que se encuentra esta familia se ha dado a conocer a trav¨¦s de redes sociales y medios de comunicaci¨®n y se ha creado una plataforma ciudadana que est¨¢ luchando para ayudar a los padres biol¨®gicos a recuperar a su hijo y tambi¨¦n se est¨¢n recogiendo firmas de apoyo. El ¨²ltimo paso que han dado Ferdinand y Monike ha sido reclamar, al menos, que se reanuden las visitas a su hijo, suspendidas en 2010.
Muerte asesinato en un acantilado
No sabemos el nombre del chico, ni su edad ni qu¨¦ motivos le llevaron a arriesgar su vida para acabar despe?ado entre las rocas. El Gobierno melillense asegur¨® que no estaba registrado y nunca hab¨ªa sido usuario del centro de acogida de La Pur¨ªsima, donde son internados los chicos sin papeles y no acompa?ados que llegan a esta ciudad.
Gracias a la cuenta de Facebook de Jos¨¦ Palaz¨®n, activista y fundador de la ONG Prodeyn de ayuda a menores migrantes, supimos que al d¨ªa siguiente de conocerse la muerte del joven, un grupo de ni?os realizaron una concentraci¨®n en Melilla. "No te olvidamos", rezaba una. "Libertad", dec¨ªa la otra. Palaz¨®n calific¨® este suceso como una "muerte-asesinato".
En una maleta por 41 euros
Otra historia mucho m¨¢s medi¨¢tica es la del ni?o de la maleta. La foto del esc¨¢ner de seguridad en la que se ve la figura del peque?o acurrucada dentro de un equipaje de ruedas ha dado la vuelta al mundo y pocos no conocen su historia a estas alturas. El ni?o se llama Adou Outtara, es de Costa de Marfil y fue encontrado por la Guardia Civil en el interior de una trolley en Ceuta gracias al control de rayos X. Su portadora, una desconocida llamada F¨¢tima que est¨¢ en prisi¨®n acusada de tr¨¢fico ilegal de personas. Su padre, Al¨ª Outtara, con permiso de residencia en Espa?a y que entr¨® por el mismo paso ceut¨ª el mismo d¨ªa, tambi¨¦n fue internado en la c¨¢rcel por esa raz¨®n.
Los padres del ni?o residen en Fuerteventura desde que, hace nueve a?os, Ali llegara en patera a Canarias. Luego fue su madre y, luego, sus hijos mayores. El peque?o Adou viv¨ªa con su abuela y su hermano de 17 a?os en su aldea natal, en Costa de Marfil. Cuando la abuela falleci¨®, los padres del ni?o decidieron traerlo con ellos, pero su solicitud de reagrupaci¨®n familiar fue rechazada por la delegaci¨®n del Gobierno de Las Palmas ya que no llegaban a la cantidad m¨ªnima de ingresos familiares requerida: faltaban 41 euros.
As¨ª, el padre de Adou reconoci¨® que pag¨® 5.000 euros en Marruecos para que le ayudaran a meter a su hijo en Espa?a, pero pensaba que iba a ir como cualquier otra persona, no en una maleta. La prueba de su buena voluntad es que, cuando fue preguntado por la Guardia Civil si el ni?o que acababa de cruzar la frontera era suyo, ¨¦l respondi¨® que s¨ª y que esperaba encontrarlo con su pasaporte, seg¨²n cuenta el diario El Pa¨ªs.
Al¨ª ha pasado un mes en la c¨¢rcel; el mismo tiempo que Adou ha estado internado en un centro de menores ceut¨ª. La madre del ni?o fue avisada y, por fin, el 9 de junio el ni?o se reuni¨® con sus dos padres, pues Al¨ª ha sido puesto en libertad.
Esta ¨²ltima historia ha tenido un final feliz. Pero Monike y Ferdinand siguen esperando el suyo y, desgraciadamente, el chico que cay¨® por ese acantilado de Melilla ha encontrado otro inesperado e injusto. Inciertos son los finales de todos los ni?os sin papeles internados en centros de acogida que est¨¢n solos y que quedar¨¢n a expensas de su suerte cuando cumpl¨¢n la mayor¨ªa de edad. Estos ejemplos deben hacernos ver que por encima de las pol¨ªticas migratorias de un Estado debe priorizarse el sentido com¨²n y la protecci¨®n de los menores.
El joven de Melilla no hubiera muerto, probablemente, de no haber temido por su futuro al cumplir la mayor¨ªa de edad. Adou no hubiera sido encontrado en una maleta si el Gobierno hubiera aceptado la solicitud de reagrupaci¨®n familiar de sus padres pese a esos 56 euros que faltaban. Y habr¨ªa que ver si W. hubiera sido separado de sus padres con tanta premura si estos hubieran sido espa?oles. Pongamos sentido com¨²n para proteger a los m¨¢s peque?os, por favor.
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