¡®Roaming¡¯, la ¨²ltima frontera en el seno de la UE
El 15 de junio de 2017 se abolir¨¢ el sobrecoste del m¨®vil entre distintos pa¨ªses
Para muchos europeos, desconectar el tel¨¦fono m¨®vil al traspasar la frontera de su pa¨ªs es un acto reflejo. Un olvido puede tener consecuencias fatales en el recibo por culpa del roaming, ese sobrecoste <TB>que cobran los operadores cuando se utiliza el celular fuera del Estado en el que est¨¢ registrado. Los datos del Eurobar¨®metro reflejan c¨®mo los consumidores, amedrentados por el temido roaming,reducen dr¨¢sticamente las llamadas, anulan la actualizaci¨®n del correo electr¨®nico y sellan el acceso a las redes sociales cuando est¨¢n de viaje. A muchos turistas, especialmente a los adictos a navegar por Internet, merodear por las redes sociales, pinchar aplicaciones o bajarse mapas de las ciudades que visitan, la factura de la itinerancia pod¨ªa salirles m¨¢s cara que el billete de avi¨®n. Y, en el peor de los casos, m¨¢s onerosa que el propio viaje.
La UE, que tanto ha avanzado en la supresi¨®n de las fronteras laborales o financieras, ha construido un s¨®lido muro en el sector de las telecomunicaciones. Derribarlo no est¨¢ siendo nada f¨¢cil, aunque los organismos comunitarios han llegado a un acuerdo para abolir el roaming en junio de 2017. Para entonces, acceder a Internet, mandar un SMS o hacer una llamada m¨®vil (tambi¨¦n recibirla) desde el extranjero no acarrear¨¢ sobrecoste. Como contrapartida, las operadoras podr¨¢n cargar tarifas extra por otros conceptos, de manera que su facturaci¨®n no se resienta demasiado.
Acabar con el roaming ha sido una reivindicaci¨®n largamente perseguida por los consumidores, que encontraron en la entonces comisaria de la Agenda Digital, Neelie Kroes, una aliada excepcional. La pol¨ªtica holandesa libr¨® desde 2010 una encendida batalla contra los abusos de la itinerancia. Empe?ada en romper los obst¨¢culos para lograr un continente realmente conectado, se lamentaba de que ¡°para cada europeo y cada empresa que pretende viajar, comerciar o negociar en la UE, el ¨²ltimo recordatorio que queda de nuestras antiguas fronteras f¨ªsicas suele ser el tel¨¦fono m¨®vil que lleva en el bolsillo¡±.
En los ¨²ltimos a?os la UE ha ido con pies de plomo para preservar el negocio de las telecos, especialmente de las herederas de antiguos monopolios nacionales. Ha ido reduciendo de manera progresiva las eurotarifas y as¨ª seguir¨¢ siendo. Seg¨²n el acuerdo alcanzado por el Consejo de la UE y el Europarlamento, en abril de 2016 se habr¨¢ rebajado el coste de la itinerancia nada menos que un 75%. Y el 15 de junio de 2017 se abolir¨¢ el recargo, aunque los operadores tendr¨¢n un peque?o margen de maniobra para evitar abusos de usuarios compulsivos.
Con estas medidas se da un gran paso adelante hacia la construcci¨®n de un verdadero mercado digital ¨²nico. Europa estar¨¢ m¨¢s cerca de ser un continente conectado y, de paso, se acercar¨¢ al sue?o de Kroes, que solo aspiraba a hacer la vida de los europeos m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s barata.
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