Hace falta calor
Espa?a ha evolucionado hacia el calentamiento pol¨ªtico global
Tengo un amigo que niega el cambio clim¨¢tico, como el famoso primo de Rajoy, y no le faltan razones: vive en Le¨®n, donde el clima no cambia desde que los romanos fundaron la ciudad hace m¨¢s de dos mil a?os, y, adem¨¢s, no sale de los bares, donde la temperatura suele ser constante.
Pero que venga a Madrid, y no digo ya a C¨®rdoba o a Badajoz, y que mantenga su argumentaci¨®n si es que consigue exponerla entera antes de caer fulminado al suelo por los 40 grados que alcanzan los term¨®metros estos d¨ªas sin que en la madrugada bajen de los 25. Si alguien contin¨²a negando que las temperaturas van en aumento en el mundo desde hace d¨¦cadas es que quiere negar la realidad o que vive en Le¨®n, como mi amigo.
Hace falta valor, ven a la escuela de calor, dec¨ªa una canci¨®n de un grupo de la movidade los ochenta sin pensar en las consecuencias que su inconsciente declaraci¨®n de intenciones tendr¨ªa para el pa¨ªs. Desde entonces para ac¨¢ el calor no ha dejado de aumentar, con innegables efectos para sus habitantes y para la geograf¨ªa de un territorio cuya relaci¨®n con ?frica es mayor que con Europa por m¨¢s que muchos lo nieguen. Y no me refiero s¨®lo a las caracter¨ªsticas de nuestros paisajes, tan semejantes en muchas regiones a los de los pa¨ªses del sur del Mediterr¨¢neo, ni a las de nuestra agricultura, que compite con las de ¨¦stos cada vez m¨¢s en lugar de con las de los europeos, sino tambi¨¦n a las de nuestra pol¨ªtica, m¨¢s caliente cada vez tambi¨¦n. De la templanza y hasta del aburrimiento en que se desenvolv¨ªa en los a?os ochenta y primeros de los noventa a pesar de algunos nost¨¢lgicos del franquismo y del terrorismo de ETA, la pol¨ªtica espa?ola ha evolucionado hacia la tensi¨®n y el enfrentamiento o, como dir¨ªa Rajoy, hacia el radicalismo (que lo diga ¨¦l tiene m¨¦rito), o sea, hacia el calentamiento pol¨ªtico global. Por si faltara algo, ha vuelto a aparecer Aznar, que durante varios meses hab¨ªa permanecido hibernado como el conde Dr¨¢cula en su ata¨²d sin decir palabra de los sucesivos casos de corrupci¨®n del PP pese a que la mayor¨ªa de los implicados en ellos hab¨ªan sido nombrados por ¨¦l o hab¨ªan sido invitados a la boda de su hija en El Escorial, y ha pedido a los suyos que echen m¨¢s le?a a la hoguera, que den m¨¢s cera a los extremistas (¨¦l no lo es, por supuesto), que aticen las calderas de la pol¨ªtica y de la econom¨ªa espa?olas, que hay que ganar las elecciones del mes de noviembre como sea. ?Se necesitan m¨¢s pruebas de que el calentamiento global no es una invenci¨®n?
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