'Ni?o Marica': poes¨ªa para una infancia diferente
Le llamaban as¨ª en el colegio. Ahora, ?scar Espirita ha convertido aquel insulto en un poemario que celebra lo distinto
Qu¨¦ dif¨ªcil es comprender el mundo cuando no se sigue la norma establecida. Cuando tu padre se empe?a en comprarte una equipaci¨®n de f¨²tbol y t¨² preferir¨ªas apuntarte a gimnasia r¨ªtmica. Cuando tus t¨ªas te preguntan si ya te gusta alguna ni?a del colegio y t¨² te sientes mucho m¨¢s interesado por los ni?os. Cuando tu madre te castiga a recoger la mesa todas las noches despu¨¦s de pillarte por el pasillo con sus zapatos de tac¨®n -los mejores, dijo ella, pese a que sab¨ªa que 'mejores' no ten¨ªa ningunos-. Cuando te das cuenta que no eres como tus compa?eros de pupitre pero tampoco acabas de saber muy bien si el problema es tuyo o de ellos. Vamos, cuando eres un 'ni?o marica' y todos lo saben menos t¨² -y lo peor es que a ti todav¨ªa te quedan unos cuantos a?os para saberlo-.
No todos los homosexuales de hoy han sido ni?os maricas, como tampoco todas las infancias, maricas o no, han sido iguales -ni felices-. Aun as¨ª, parece que por un designio del m¨¢s all¨¢, por un caprichoso movimiento de la mujer del espacio, por un c¨®digo gen¨¦tico modificado en alg¨²n lugar de la evoluci¨®n, por la raz¨®n que sea -elijan la que m¨¢s se ajuste a sus creencias-, existe un ideario, una serie de lugares comunes presentes en las vivencias de todos los ni?os maricas que les unen sin necesidad si quiera de comentarlo -porque estas cosas, en la infancia, no se comentan-. ?Qui¨¦n no ha so?ado con lanzar una de esas cintas que utilizan las gimnastas en los Juegos Ol¨ªmpicos y hacer tirabuzones en el aire con ella? ?Qui¨¦n no ha sentido un escalofr¨ªo el¨¦ctrico al rozarse involuntariamente con el mat¨®n de la clase? ?Qui¨¦n no ha cantado 'True Blue' de Madonna -o 'Wrecking Ball' de Miley Cyrus- con una toalla anudada a la cabeza en forma de melena?
"Marica no volver¨¢ a ser para m¨ª un insulto, ahora es mi primer libro de poemas. He conseguido hacer algo m¨¢s que poes¨ªa, he hecho justicia po¨¦tica¡±
De todo esto habla Ni?o marica (ed. Hidroavi¨®n, 2015), el primer poemario publicado por ?scar Espirita. Una suerte de suicidio literario -poes¨ªa y marica- con el que ha estado casi un a?o en ca¨ªda libre hasta que, por fin, ha podido ver la luz. ¡°S¨¦ que es un t¨ªtulo arriesgado, pero he querido seguir la tradici¨®n Queer de utilizar los insultos en tu favor para desactivarlos, transform¨¢ndolos as¨ª en algo bonito. Marica no volver¨¢ a ser para m¨ª un insulto, ahora es mi primer libro de poemas. He conseguido hacer algo m¨¢s que poes¨ªa, he hecho justicia po¨¦tica¡±. Y no solo eso. Ni?o marica rezuma felicidad, nerviosismo, descubrimientos, amor¨ªos y una placentera y c¨¢lida sensaci¨®n en la entrepierna. Pod¨ªa ser la historia de cada uno, pero es la de ?scar. Podr¨ªa ser la infancia de cualquier ni?o, pero es la de un marica. S¨ª, marica.
?Cu¨¢ndo te diste cuenta que fuiste un ni?o marica?
Me di cuenta cuando los compa?eros del colegio empezaron a llamarme as¨ª. Escrib¨ª este libro partiendo de la siguiente pregunta: '?Qu¨¦ ve¨ªan el resto de los ni?os distinto en m¨ª?'. Y llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que, en realidad, no tiene que ver tanto con la orientaci¨®n sexual, si no m¨¢s bien con una serie de comportamientos que traspasan las l¨ªneas del g¨¦nero. La sociedad marca unos comportamientos muy limitados, seg¨²n te asignen como hombre o mujer, y cualquiera que osa saltarse las normas del juego es se?alado, y se?alado adem¨¢s de una forma muy negativa. Pero si de algo me he dado cuenta escribiendo este libro es que detr¨¢s de este tipo de comportamientos no hay nada negativo. Tener pluma o ser afeminado deber¨ªa estar mucho mejor considerado, reprimir esto es como encontrar una luci¨¦rnaga y no dejar que brille. ?Ni?o marica es un bote de cristal lleno de luci¨¦rnagas brillantes!
?Alguna vez notaste que ser un ni?o marica estaba condicionando tu infancia?
De peque?o en l¨ªneas generales me sent¨ªa feliz. Pero ya siendo adulto, me he dado cuenta de que ha marcado mucho mi forma de actuar. Siempre me han dicho que soy muy t¨ªmido y es cierto, pero creo que se debe a que yo entend¨ªa que mi forma de hablar o de moverme ten¨ªa algo distinto, as¨ª que pensaba que cuanto menos hablase o menos llamase la atenci¨®n, menos probabilidades ten¨ªa de ser descubierto. Era un ni?o que viv¨ªa para adentro y que hablaba poco. A¨²n as¨ª, no he sufrido demasiado acoso, se me daban bien los deportes y aprend¨ª a disimular.
?Crees que, a estas alturas, ser un ni?o marica sigue suponiendo un plus de sufrimiento?
Supongo que s¨ª, cualquier persona que se aleja de lo socialmente establecido como normal, crece con un plus de sufrimiento. Pero 'Ni?o Marica' habla desde la celebraci¨®n, habla de transformar todos esos sentimientos en orgullo, habla de que cuando logras aceptarte, floreces.
En tu poemario vemos fantas¨ªas comunes a muchos ni?os maricas, desde la fascinaci¨®n por el l¨ªder del colegio hasta el momento de hacerse una melena con una camiseta en la cabeza. ?Hay una fuerza marica por encima de todos nosotros?
Los primeros lectores con los que he podido hablar se han sentido muy identificados, y me cuentan que ellos hac¨ªan cosas muy parecidas. Esos trucos como ponerse la funda de la almohada como vestido, los hac¨ªa a escondidas y por iniciativa propia, vamos que era imposible hab¨¦rselos visto a otros ni?os, as¨ª que supongo que algo tendremos en com¨²n, no s¨¦ lo que es. 'Ni?o marica' no trata tampoco de darle una respuesta, simplemente lo describe para que cada uno saque sus conclusiones.
?Qu¨¦ papel juegan las axilas en tus referentes como ni?o marica? Porque est¨¢n muy presentes en tus poemas...
Es puro fetichismo y creo que viene precisamente de cuando era peque?o. Hab¨ªa un anuncio de desodorantes en los 90 en los que sal¨ªa una mujer bes¨¢ndole la axila a un hombre y recuerdo que una vez est¨¢bamos mi hermana y yo con la chica que nos cuidaba y sali¨® ese anuncio. Nosotros empezamos a decir que era muy asqueroso, pero ella nos dijo que cuando fu¨¦ramos mayores, lo entender¨ªamos y nos encantar¨ªa. Y desde entonces tengo una relaci¨®n de amor-odio que me vuelven loco. En el libro lo utilizo tambi¨¦n como s¨ªmbolo del paso de la ni?ez a la adolescencia.
El libro se divide en dos grandes bloques, 'ni?o marica' y 'adolescente maric¨®n'. ?Recuerdas tu paso de uno a otro?
En el libro se resuelve esa transici¨®n con un sue?o en el que aparece un hombre desnudo ofreciendo un caim¨¢n [con ilustraci¨®n incluida de Andr¨¦s Sierra]. Recuerdo muy bien el paso a la adolescencia sobretodo por el descubrimiento del placer sexual, que es algo maravilloso, pero en mi caso ese placer sexual ten¨ªa un doble filo y es que de repente, te das cuenta de lo que realmente significaba ser marica.
Es que el sexo tiene mucho protagonismo en tu libro. ?Tambi¨¦n en tu vida?
Me gusta mucho escribir sobre sexo, porque en el sexo veo verdad. No creo que se pueda mentir en una relaci¨®n sexual. Se puede fingir, pero se termina notando. Al final o te pones cachondo o no, o gritas de placer o te quedas callado. En mi vida personal el sexo est¨¢ muy presente, pero nunca he sido muy promiscuo, necesito confianza para sentirme a gusto.
Antes de llegar a la publicaci¨®n del libro, muchos ya le¨ªmos tus poemas en un sitio tan poco literario como instagram. ?La aceptaci¨®n fue un detonante para recopilarlos?
Empec¨¦ a publicar mis poemas tanto en fanzines como en instagram despu¨¦s de un viaje que hice a Lisboa con mi novio Cristian y dos amigos Israel y Andr¨¦s Sierra, que es el ilustrador de 'Ni?o Marica'. Les hice un peque?o recital y me insistieron tanto los tres en que ten¨ªa que hacer algo con todo ello que me busqu¨¦ un nombre art¨ªstico y me lanc¨¦ a hacer cosas. Lo m¨¢s importante que he conseguido en instagram es que gente a la que admiro me lea. Que alguien a quien admiras te diga cosas bonitas sobre lo que escribes es un aliciente inigualable. Adem¨¢s la editorial lleg¨® a m¨ª por medio de instagram y me ofrecieron publicar algo. Yo ten¨ªa ya 'Ni?o Marica' escrito y guardado en un caj¨®n junto a otros poemarios. Nunca sabes cuando puede surgir la oportunidad. Por eso es importante no dejar nunca de intentarlo.
Terminar de leer 'Ni?o marica' sin una erecci¨®n es casi imposible. ?Es un triunfo como escritor?
Es un triunfo total desde luego. Siempre digo que si consigo arrancarte una sonrisa, una lagrimita y un calent¨®n, ?es que el libro es un ¨¦xito!
Y t¨², ?fuiste un ni?o marica?
Popy Blasco, periodista
¡°Yo fui un ni?o marica. Todas las ni?as andaban detr¨¢s m¨ªo, enamoradas, precisamente por eso, porque a las ni?as les encanta los ni?os maricas... Jam¨¢s jugu¨¦ al f¨²tbol, yo era m¨¢s de estar en recreo hablando de ovnis, de Raffaella Carr¨¤, del monstruo del lago Ness, de Madonna... Tuve todos los Masters del Universo, que me excitaban porque estaban s¨²per cachas, pero tambi¨¦n tuve Barbies, aunque no las vest¨ªa; yo era m¨¢s de tenerlas desnudas en la ba?era. Me encantaba ver c¨®mo se mov¨ªa su melena ba?o el agua, me relajaba... Mi madre me pon¨ªa las pel¨ªculas de Almod¨®var, 'El beso de la mujer ara?a', me ped¨ªa que le hiciese trenzas de ra¨ªz. Fui un ni?o marica. Eso s¨ª, jam¨¢s sufr¨ª marginaci¨®n ninguna porque las chicas m¨¢s guapas de mi clase eran mis mejores amigas y los ni?os heteruzos sab¨ªan que si se llevaban mal conmigo ya no ten¨ªan nada que hacer con ellas, as¨ª que siempre he vivido la discriminaci¨®n positiva, afortunadamente¡±.
Gonzalo Izquierdo, editor en la Editorial 2 bigotes
¡°Yo fui un ni?o marica desde que tengo uso de (sin)raz¨®n, un ni?o orgullosamente marica con alma de 'entertainer' que desde peque?o tuvo clara la necesidad de darse a su p¨²blico. Arropado por un grupo de f¨¦minas incondicionales, adaptaba y coreografiaba los ¨²ltimos ¨¦xitos de Madonna (esa cassette de 'True Blue' con la car¨¢tula fotocopiada y coloreada) para exhibirlos ante cualquier auditorio improvisado¡±.
Iv¨¢n Garc¨ªa, ilustrador
¡°En realidad fui m¨¢s bien un ni?o lesbiana. Ped¨ªa camiones de Goz¨¢n a los reyes, hac¨ªa naves espaciales con cajas de cart¨®n, me pon¨ªan de portero jugando al f¨²tbol porque les romp¨ªa las piernas a patadas y, si alguna vez una mu?eca ca¨ªa en mis manos, hac¨ªa de ella una guerrera tipo princesa Leia, o una Scarlett de los G.I.Joe¡±.
Davide Martini, escritor
¡°S¨ª, ?fui un ni?o marica! Me encantaba sentarme en la cocina con las mujeres de casa mientras los hombres ve¨ªan el f¨²tbol, adoraba las divas de la tele, no me gustaba pelearme con los dem¨¢s chicos. Creo que fui un tipo peculiar de ni?o marica : el gafapasta (aunque mi vis¨®n fuera perfecta en aquel entonces). Viv¨ªa en el mundo de los libros. A veces pienso que fue mi estrategia para no aceptar un t¨®pico masculino que rechazaba sin que me masacraran en el colegio. Empoll¨®n mejor que marica¡±.
Roberto Villal¨®n, fot¨®grafo
¡°No lo s¨¦. Fui un ni?o distinto. Como he sido toda la vida. Poco gregario, pero social, contest¨®n y combativo. No me gustaba el f¨²tbol, ni ahora. Me gustaba cantar, bailar, hacer coreos. Pues como ahora. No me gustaba que me impusieran normas, pero era legal. No era consciente de ser marica, pero seguro que lo era¡±.
Jos¨¦ Luis Algar, m¨²sico
¡°Para nada. Ten¨ªa suficiente con ser el 'ni?o gordo' y a ratos el ni?o raro (hac¨ªa cortos con 10-11 a?os y otras extravagancias...) y con eso era suficiente. Por suerte, pegu¨¦ el estir¨®n pronto, aunque segu¨ª siendo igual de ancho, y qui¨¦n se met¨ªa conmigo se llevaba una hostia bien dada¡±.
Andr¨¦s Sierra, ilustrador
¡°Fui un ni?o marica muy feliz que nadaba sin preocupaci¨®n. Despu¨¦s me convert¨ª en un adolescente a la deriva hasta que choqu¨¦ con mi volc¨¢n maric¨®n y entr¨¦ en erupci¨®n¡±.
Carles Su?¨¦, periodista
¡°Creo que jam¨¢s fui un ni?o marica (seguro que mi madre y mi entorno de aquel entonces desterrar¨ªa esto que digo), pero creo que fui un p¨²ber marica. Cuando empezaron a interesarme las pililas ya estaba algo crecidito y 'maduro'. Justo hab¨ªa acabado de capturar a Mewtwo en el Pok¨¦mon Edici¨®n Roja para Game Boy y mis borracheras eran con Malib¨² pi?a en el pub musical de mierda del pueblo. Fue salir del ambiente rural, llegar a Barcelona y descubrir que lo de marica lo llevaba en la sangre. Maric¨®n se nace, aunque muchos a¨²n no lo saben¡±.
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