No sabemos morir
Con 23 a?os y 8 funerales de familia directa en mi memoria, puedo afirmar desde el tanatorio en el que escribo que la muerte es nuestra asignatura pendiente. Ahora mismo se organiza para alargar el duelo en un masoquismo inducido por la tradici¨®n. En el velatorio, un desfile de personas hace acto de presencia diciendo ¡°sentir¡± algo que aumenta tu cansancio. Las habas que se cuecen en todas las familias se acaban sirviendo con muecas en los inc¨®modos sillones. Durante la misa, el cura instiga al llanto en un serm¨®n que prepara conociendo solo sexo, edad y si fue muerte natural o no. As¨ª creemos acompa?ar al difunto. Nos han enga?ado bien para que pensemos que somos solo cuerpo. Yo quiero, y que sirva de testamento, que me acompa?en sentados en un caf¨¦. Me paseen por mi Santiago empedrado y me deseen buenas noches mirando las estrellas con una sonrisa y un hasta ma?ana.¡ª Mar¨ªa Segade.
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