El ¡®no¡¯ de Grecia

Vaclav Havel ¡ªel opositor a la dictadura y luego primer presidente de la Checoslovaquia poscomunista¡ª ofreci¨® hace veinte a?os una interesante reflexi¨®n sobre las relaciones entre ¨¦tica y pol¨ªtica. Para un responsable pol¨ªtico, el gran dilema que se le presenta ¡ªse?alaba Havel¡ª es la contradicci¨®n entre sus convicciones fundamentales y el camino estrecho del realismo pol¨ªtico. Este dilema se aproxima a la alternativa weberiana entre guiarse por una ¨¦tica de la convicci¨®n o por una ¨¦tica de la responsabilidad. Entre seguir la senda marcada por los valores que cada uno defiende o conformarse con lo aparentemente posible. Entre continuar intentando su proyecto ideal o resignarse al mal menor disponible como salida de una situaci¨®n problem¨¢tica.

Las negociaciones entre el Gobierno de Grecia y la UE no pueden desvincularse de estas consideraciones de fondo y plantean de nuevo el dilema del escritor y pol¨ªtico checo. ?Qu¨¦ dir¨ªa Havel sobre este caso? No podemos saberlo. Pero su reflexi¨®n no era especulativa. La aplic¨® a episodios dolorosos de la historia de su pa¨ªs. Havel rememoraba la decisi¨®n del presidente Benes en 1938 pleg¨¢ndose al ultim¨¢tum alem¨¢n y aceptando la invasi¨®n nazi como mal menor para evitar los costes humanos y econ¨®micos de una resistencia armada. Havel evocaba tambi¨¦n la claudicaci¨®n del propio Benes en 1948 ante el golpe de Estado comunista de aquel a?o. Y recordaba finalmente a los dirigentes checoslovacos de 1968 que hab¨ªan cedido al chantaje de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En tales ocasiones se hab¨ªa optado por la ¨¦tica de la responsabilidad, sacrificando convicciones para evitar costes inmediatos muy graves.

Se preguntaba Havel si estos sacrificios hab¨ªan valido la pena. Y respond¨ªa que el abandono de los principios y la preservaci¨®n inmediata de da?os humanos y materiales hab¨ªan conllevado probablemente un da?o a¨²n mayor: la p¨¦rdida de integridad moral y democr¨¢tica en una sociedad que qued¨® traumatizada y desmoralizada por las decisiones abandonistas de sus dirigentes. Lo que parec¨ªa positivo a corto plazo se hab¨ªa manifestado mucho m¨¢s negativo en perspectiva hist¨®rica. Havel se guardaba de condenar a aquellos dirigentes porque ¡ªtras su propia experiencia presidencial¡ª entend¨ªa que tuvieron que operar en circunstancias muy complejas y sin todos los datos necesarios. Pero estimaba que las consecuencias de sus actos hab¨ªan pesado muy negativamente sobre la salud democr¨¢tica de la sociedad.

La situaci¨®n actual de Grecia y de sus dirigentes no es la misma que la de Checoslovaquia en aquellos momentos. No es id¨¦ntica, pero es comparable. La alternativa del Gobierno griego era seguir pleg¨¢ndose a condiciones muy onerosas impuestas desde el exterior o intentar moderarlas con todos los recursos a su alcance. Las condiciones impuestas no son estrictamente econ¨®mico-financieras. Son condiciones que nacen de una determinada concepci¨®n de la pol¨ªtica en la que la legitimidad democr¨¢tica de las decisiones econ¨®micas no cuenta mucho. Syriza y Tsipras interpretaron que deb¨ªan hacer frente a este planteamiento en el plano pol¨ªtico y con un recurso poco discutible: la voluntad popular expresada libremente.

Es dif¨ªcil impugnar la legitimidad de la respuesta que Tsipras ha querido dar una UE cada vez m¨¢s alejada de la orientaci¨®n de sus ¡°padres fundadores¡±

Se podr¨¢n formular cr¨ªticas a la t¨¢ctica negociadora, al tono y al estilo del Gobierno griego desde que fue elegido para dirigir al pa¨ªs. Como pueden expresarse tambi¨¦n cr¨ªticas argumentadas a la t¨¢ctica, al estilo y al tono de unos dirigentes europeos que han conducido a Grecia y a toda la UE a la situaci¨®n actual de estancamiento econ¨®mico y desasosiego democr¨¢tico. Pero m¨¢s all¨¢ de todas las cr¨ªticas, es dif¨ªcil impugnar la legitimidad de la respuesta que Tsipras y su Gobierno han querido dar a la l¨®gica de una UE cada vez m¨¢s alejada de la orientaci¨®n de unos ¡°padres fundadores¡± resistentes al nazi-fascismo e inspirados por valores de justicia social que la socialdemocracia actual ha sacrificado a menudo en el camino de un pretendido realismo.

El resultado del refer¨¦ndum griego no resolver¨¢ de golpe los problemas pendientes, ni griegos, ni europeos. Pero este nuevo ¡°d¨ªa del no¡± no podr¨¢ ser ignorado cuando se reemprenda la inevitable negociaci¨®n. Pienso que as¨ª lo habr¨ªa visto Havel, detectando en este resultado un efecto positivo a medio y largo plazo: la recuperaci¨®n de una cierta dignidad democr¨¢tica consustancial al ideal de la Europa unida. Para el pueblo griego, en primer lugar. Y tambi¨¦n para otros ciudadanos del viejo continente que no han renunciado a una Europa diferente de la que se est¨¢ configurando en los ¨²ltimos a?os.

?Se solucionan solo ¡°con dignidad democr¨¢tica¡± los prosaicos problemas de la deuda y del d¨¦ficit? No. Pero es m¨¢s que dudosa la viabilidad a medio plazo de cualquier resoluci¨®n pol¨ªtica para abordarlos que no cuente con un dep¨®sito suficiente de apoyo ciudadano y legitimidad democr¨¢tica. Esta ser¨ªa a mi juicio la respuesta de Havel a los ¡°realistas del mal menor¡±.

Josep M. Vall¨¨s es profesor em¨¦rito de Ciencia Pol¨ªtica (UAB).