Los que mandan
Empezaremos a ver una soluci¨®n a esta crisis cuando la casta econ¨®mica haga concesiones
Mandar es un trabajo de equipo. Cualquier r¨¦gimen de dominaci¨®n se basa en un conjunto m¨¢s o menos organizado de individuos cuya posici¨®n social les otorga una capacidad determinante para conseguir que los dem¨¢s hagan cosas. Al hilo de la publicaci¨®n de El establishment, el ensayo de Owen Jones sobre la estructura del poder en Gran Breta?a, parece conveniente reflexionar sobre este asunto. Seg¨²n Jones, siete familias compiten por el n¨²cleo del poder en la Gran Breta?a actual: la industria, las finanzas, las fuerzas del orden, la burocracia estatal, las organizaciones de movilizaci¨®n (sindicatos e iglesias), los poderes medi¨¢ticos y, finalmente, los partidos pol¨ªticos. Sin embargo, para entender por qu¨¦ domina cada grupo hay que tener en cuenta los intereses y principios de legitimidad que ostentan unos y otros, y eso nos lleva a una de las aventuras sociol¨®gicas m¨¢s ambiciosas de los ¨²ltimos a?os: Las fuentes del poder social, obra magna de Michael Mann cuyo cuarto y ¨²ltimo volumen apareci¨® en 2013. Una historia de la dominaci¨®n que define cuatro ¡°fuentes de poder¡± enfrentadas entre s¨ª ¡ªideol¨®gica, econ¨®mica, militar y pol¨ªtica¡ª y sigue sus diferentes configuraciones por los caminos del tiempo.
Otros art¨ªculos del autor
Desde estas dos perspectivas podemos cartografiar la estructura del establishment actual en cuatro reinos de precario equilibrio: poderes econ¨®micos (industria y finanzas), cuyo inter¨¦s es potenciar el desarrollo del capitalismo; poderes militares (ej¨¦rcitos y polic¨ªas), orientados b¨¢sicamente a la conservaci¨®n del monopolio de la violencia leg¨ªtima; poderes ideol¨®gicos (iglesias y medios de comunicaci¨®n), interesados en mantener la capacidad de definir la realidad leg¨ªtima; y poderes pol¨ªticos (partidos y burocracia estatal), cuya voluntad primera es conservar el control del Estado.
En la actual coyuntura hist¨®rica, el poder econ¨®mico (y dentro de ¨¦l, las finanzas) ocupa el n¨²cleo del campo de poder de modo que su inter¨¦s particular ¡ªla acumulaci¨®n del capital¡ª se ha convertido en el marco invisible dentro del cu¨¢l se pueden defender el resto de ideas y programas. Los nuevos intelectuales org¨¢nicos conquistaron las universidades prestigiosas, los militares un rol primordial en el equilibrio econ¨®mico nacional y los pol¨ªticos, seg¨²n iban perdiendo capacidad real de gobierno, el papel decisivo de especialistas en relaciones p¨²blicas entre elites. Queda articulado as¨ª el r¨¦gimen de dominaci¨®n que impera en el mundo democr¨¢tico.
El eslab¨®n d¨¦bil de la cadena es una elite pol¨ªtica cada vez m¨¢s cuestionada por la poblaci¨®n
Yo soy lo real: he aqu¨ª la esencia del poder en su destilaci¨®n m¨¢s pura y, a mi juicio, lo primero que cualquier proyecto serio de reforma pol¨ªtica debe cuestionar. Si la elite econ¨®mica ha conquistado el campo de poder, eso significa que por ahora ninguna otra puede poner en duda la acumulaci¨®n del capital sin ser tachada de radical, ignorante o antisistema. En los ¨²ltimos treinta a?os, el r¨¦gimen neoliberal ha triunfado porque los campeones de la banca y la gran industria lograron acomodar al resto de elites en un orden beneficioso para todas ellas. Esta pax neoliberal ha encontrado en la presente crisis econ¨®mica su primer gran obst¨¢culo hist¨®rico, abriendo espacio para nuevas configuraciones. El eslab¨®n d¨¦bil de la cadena es, sin duda, una elite pol¨ªtica cada vez m¨¢s cuestionada por la poblaci¨®n, que la apremia a tomar un papel m¨¢s protagonista en el equilibrio de poder o amenaza con sustituirla.
Nuevas elites pol¨ªticas entran en los parlamentos, forjan alianzas con las anteriores y producen ciertas innovaciones. Sin embargo, en una situaci¨®n hegem¨®nica como la que en este momento disfruta la casta del capital cualquier peque?a concesi¨®n ¡ªuna quita de deuda o un banco p¨²blico, por ejemplos¡ª puede ser entendida como muestra de debilidad, y m¨¢s en medio de una crisis que para esta elite no tiene otra soluci¨®n que plusval¨ªa y desposesi¨®n: intensificar la explotaci¨®n del trabajo y extraer directamente riqueza de la poblaci¨®n. Empezaremos a atisbar una verdadera soluci¨®n a esta crisis cuando la casta econ¨®mica comprenda que no tiene m¨¢s remedio que hacer concesiones. Y conseguir que lo entienda es la misi¨®n hist¨®rica de las elites del saber, de la fuerza y del Estado, sean nuevas o viejas. Al final de Matrix, Neo se inmola ante el Arquitecto para conseguir un sistema operativo m¨ªnimamente menos injusto. En el ¨²ltimo canto de la Il¨ªada, Pr¨ªamo se arrodilla ante Aquiles para lograr once d¨ªas de tregua y enterrar a los muertos. Lo dem¨¢s es la guerra.
Luis Garc¨ªa Tojar es profesor de Sociolog¨ªa y Comunicaci¨®n pol¨ªtica en la Universidad Complutense de Madrid. @erroresnuevos
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.