Usos del alcohol

En su entra?able autobiograf¨ªa, On the Move, Oliver Sacks cuenta dos episodios vitales en donde el alcohol juega un papel, digamos, vehicular. Para huir del asfixiante calor del verano en Nueva York, Sacks se iba a un hotelito rural a la campi?a del que sal¨ªa cada d¨ªa a hacer largos paseos en bicicleta. Adem¨¢s del beneficio f¨ªsico del ejercicio, aquellos desplazamientos por la naturaleza le serv¨ªan para darle vueltas a esas historias, como la del se?or que confund¨ªa a su mujer con un sombrero, que lo convirtieron en un escritor muy le¨ªdo en todo el mundo. Pero antes de emprender el paseo, y la catarata reflexiva que generaba el pedalear, compraba un gal¨®n de sidra, dividido en dos recipientes, que colgaba de un lado y otro del manubrio, para mantenerse ¡°hidratado y ligeramente achispado¡± a lo largo del recorrido. La catarata reflexiva la generaba el pedaleo, pero la sidra aceitaba el tr¨¢nsito de un pensamiento al otro, situaba al famoso neur¨®logo en un conveniente estado filosofal.

En el otro episodio tenemos a Oliver Sacks, de 16 a?os, a bordo de un ferri que lo lleva de Noruega a Inglaterra, muy bien acompa?ado por la novela Ulises, de Joyce, y por dos botellas de Aquavit. Aislado del resto de los pasajeros, el muchacho se acomoda en un camastro y, dej¨¢ndose llevar por ¡°el movimiento hipn¨®tico del barco¡±, ejecuta una lectura de la novela al tiempo que acent¨²a el ritmo con los sorbos que va dando a la botella de Aquavit. ¡°Iba tan concentrado en la lectura de Ulises que perd¨ª el sentido del tiempo¡±, cuenta Sacks, que de pronto not¨® que el barco atracaba en el puerto y que la botella estaba vac¨ªa. A la m¨²sica hipn¨®tica del mar, hab¨ªa sumado la m¨²sica de Ulises y la del Aquavit, y el resultado fue una tempestuosa sinfon¨ªa, que tuvo como final al joven Oliver desembarcando en Inglaterra, en brazos de un forzudo marinero.

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