Europa no tiene estrategia
La UE avanza a trompicones hacia un nuevo relato. No puede dejar pasar esta oportunidad
Camuflado entre las conclusiones del Consejo Europeo de los d¨ªas 25 y 26 de junio se ha aprobado el mandato ¡ªcon plazo de entrega incluido¡ª de la esperada Estrategia Global de la UE sobre Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad. M¨¢s all¨¢ de su proyecci¨®n inmediata, la iniciativa podr¨ªa dotar a la UE de la consciencia com¨²n que tanto necesita.
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Europa se encuentra en un estado de convulsi¨®n permanente, como consecuencia de la complejidad creciente del mundo y del entrelazamiento de sus realidades interna y externa, manifestado en cuatro amenazas existenciales que se solapan. Primero, Rusia ha hecho resurgir un desaf¨ªo tradicional a la seguridad que se pensaban superado. En segundo lugar, el terrorismo transnacional se erige en peligro fundamental y multifac¨¦tico. Tercero, la acuciante crisis migratoria suscita dudas sobre la identidad y los valores europeos. Por ¨²ltimo, una generalizada falta de visi¨®n sobre el proyecto europeo ha extendido la desafecci¨®n de los ciudadanos, debilitando la cohesi¨®n y, por ende, la capacidad de acci¨®n de la UE.
Estas amenazas interact¨²an, se exacerban e intensifican. Los actos terroristas contribuyen a la violencia y a la inestabilidad en regiones vecinas, y empujan a un n¨²mero creciente de inmigrantes hacia la UE. Las dificultades para integrar a estas comunidades en las sociedades europeas han llevado a la radicalizaci¨®n pol¨ªtica ¡ªpolvor¨ªn de partidos nacionalistas¡ª y a una correlativa fragmentaci¨®n del continente. Por su parte, los dirigentes rusos trabajan insidiosamente para minar la solidaridad, esencial para la solvencia del conjunto a la hora de responder a estos envites. Todo ello despierta serias dudas sobre el papel global de la UE, al tiempo que erosiona la viabilidad del proyecto europeo en s¨ª.
Precisamente debido a esta interrelaci¨®n de factores, no puede sorprender que, pese a su gran calado, las compartimentadas respuestas de la UE ¡ªtales como la Agenda Europea de Migraci¨®n o la Estrategia de Seguridad Energ¨¦tica¡ª resulten insuficientes. Se necesita un marco general que no s¨®lo sirva de base a una respuesta coordinada ante amenazas clave para la seguridad, sino que adem¨¢s permita aprovechar las oportunidades y las interconexiones existentes susceptibles de apuntalar la capacidad de acci¨®n de la Uni¨®n.
Esta nueva conceptualizaci¨®n ¡ªy no s¨®lo revisi¨®n¡ª de la estrategia de seguridad debe tener en cuenta la cada vez mayor ambig¨¹edad entre los ¨¢mbitos interior y exterior. En efecto, iniciativas internas, de las cuales el Mercado ?nico Digital es un buen ejemplo, tienen a menudo un ineludible impacto internacional. De igual manera, las realidades externas condicionan la vida de los ciudadanos de la UE. Por todo ello, la nueva estrategia de seguridad debe valorar las pol¨ªticas internas en toda su trascendencia y poner a su servicio todos los instrumentos de que dispone.
Se necesita un marco que no s¨®lo sirva de base a una respuesta coordinada ante amenazas clave para la seguridad
Federica Mogherini, la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Pol¨ªtica de Seguridad y vicepresidenta de la Comisi¨®n Europea, lleva raz¨®n cuando insta a los Estados miembros a un compromiso m¨¢s estrecho en el debate que les permita sentir una mayor interiorizaci¨®n de las iniciativas que finalmente prosperen. El objetivo debe consistir en formular ideas viables, edificar consensos y generar v¨ªnculos ¡ªprimero y ante todo en el seno de la UE¡ª entre los Estados miembros y con las instituciones, sin dejar de lado a socios y aliados.
Incapaz de aspirar a la prosperidad compartida como raz¨®n de ser, la UE avanza a trompicones en busca de un nuevo relato que convenza de que la integraci¨®n tiene hoy valor real. Una estrategia que no s¨®lo se centre en c¨®mo el mundo impacta en la UE, sino tambi¨¦n en c¨®mo los valores e intereses europeos pueden y deben proyectarse al mundo, para as¨ª encarnar un llamamiento de unidad en torno a una misi¨®n amplia y un objetivo claro.
La construcci¨®n europea, desde su concepci¨®n, se ha guiado por valores y fundado en normas ¡ªdos cualidades cuyo deterioro profundo destaca en el mundo de hoy¡ª. La UE puede revertir las fuerzas centr¨ªfugas crecidas durante la crisis y erigirse en baluarte internacional del sistema liberal, el buen gobierno y el Estado de derecho. Con ello reforzar¨¢ su capacidad para enfrentarse a los retos de hoy y afianzar¨¢ su posici¨®n en el mundo de ma?ana. No podemos permitirnos el lujo de dejar pasar esta oportunidad.
Ana Palacio, exministra de Asuntos Exteriores y exvicepresidenta primera del Banco Mundial, es miembro del Consejo de Estado de Espa?a.
?? Project Syndicate, 2015.
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