Amy
Si me gustaba Krahe era por la elegancia y esa forma de ser radical sin perder los modales
Nos gusta tanto un funeral que a estas alturas todos los muertos parecen iguales. Me refiero a aquellos difuntos que han gozado de un nombre lo suficientemente conocido como para aparecer en los medios. Las necrol¨®gicas gozan de gran popularidad y ahora no se publican una sino veinte y se exprime al finado o finada de tal forma que al d¨ªa siguiente el lector lo que tiene es un empacho que desembocar¨¢ en una segunda muerte del muerto, porque a nadie le quedar¨¢n ya ganas por un tiempo de seguir record¨¢ndolo.Hoy en d¨ªa, da igual haber sido Marujita D¨ªaz que Philip Seymour Hoffman, las biograf¨ªas de ambos se adornan con los mismos adjetivos. De Marujita llegu¨¦ a escuchar en una radio que la tonadillera, con su proverbial desparpajo, hab¨ªa alegrado nuestros oscuros a?os de posguerra, y pens¨¦, mira, al menos mis padres, que ya no est¨¢n aqu¨ª, se ahorran semejante majader¨ªa.
Perd¨®nenme si vengo aqu¨ª a ser una aguafiestas del funeralismo, que es un ismo de rabiosa actualidad, pero yo s¨ª tengo escalaf¨®n en mi ranking necrol¨®gico. Y tambi¨¦n tengo o¨ªdo, oiga. Si me gustaba Krahe, como es obvio, no era por su virtuosismo vocal, sino por el humor (lo de inteligente no est¨¢ de sobra en estos tiempos), la elegancia y esa forma que ten¨ªa de ser radical sin perder los modales. Compensaba con el genio lo que pudiera haber de escasas facultades musicales. Un cantautor puede permit¨ªrselo.Por el contrario, me gustaba Amy Winehouse, porque hac¨ªa a?os que una voz y una manera de utilizarla no me sacud¨ªa tanto las entra?as. No s¨¦ qu¨¦ cultura musical o cultura general ten¨ªa, espero descubrirlo en Amy, el documental que llega a los cines la semana que viene, pero pose¨ªa esa fuerza innata, animal, de la que s¨®lo est¨¢n dotados los elegidos. A¨²n hoy, cuando en un supermercado o en un taxi irrumpe de pronto su Back to Black tengo que detenerme para seguir el curso de su voz, porque no puedo concentrarme en lo que estoy haciendo. No todos los artistas vivos aportan lo mismo y, por tanto, no todos los artistas muertos han de alcanzar la gloria.
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